viernes. 26.04.2024

¡Que viene el lobo! Y vino

Los jabalíes patean los patatales y tierras de guardar, pero si toman todavía más confianza quizá no duden en actuar como vanguardistas forenses colmillo mediante.

El lobo, descontrolado; los ríos, atestados de maleza; la leche, por los suelos; las indemnizaciones, vuelva usted mañana; los jabalíes, de turistas por la plaza del lugar; los buitres, disfrazados de águilas reales. El campo llora, aunque no llueva. Y luego hablan de despoblación. Que vayan a cualquier pueblo estos lenguaraces, a ver cuánto aguantan con sus propias leyes. (Que vayan a trabajar, claro).

Ayer un amigo me envió la noticia: manadas de lobos despedazaron a un par de perros en los montes de Liébana y Peñarrubia. De seguir en protección absoluta, en un par de años habrá tantos lobos en el pueblo que vendrán a la puerta de casa a comer perro o lo que encuentren más a mano, me advirtió. Hace unos meses un oso atacó a una mujer de 75 años en una carretera comarcal de Asturias a zarpazo limpio. Salvó la vida de milagro. Los jabalíes patean los patatales y tierras de guardar, pero si toman todavía más confianza quizá no duden en actuar como vanguardistas forenses colmillo mediante.

El caso es que la fiesta animal (es legítimo protegerlos sin desproteger a la gente) la sufren determinados sectores con virulencia y también las personas físicas, cada vez más en riesgo de perder el físico. Y la burra por lo que vale: las indemnizaciones, si llegan tarde, mal y nunca, son otra dentellada a los ganaderos, que arriesgan su dinero, pierden la pieza y se quedan in albis.

La administración dicta leyes para que el esfuerzo lo hagan los ciudadanos

Como se dice ahora, la cosa empieza no a estar mal, sino lo siguiente, porque la administración dicta leyes para que el esfuerzo lo hagan los ciudadanos, que apechugan muchas veces resignados bajo amenaza pecuniaria. Como con la okupación: los okupas se meten y apoquina el dueño de la finca, no el dueño del cortijo político. Normalidad: tiene que invertir en bogavantes.

(PD: El combustible ha subido una barbaridad; al menos el lobo no podrá matar ovejas, terneros o perros en todoterreno. A no ser que robe el gasoil agrícola de los mismísimos garajes. No es descartable)

¡Que viene el lobo! Y vino
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