jueves. 28.03.2024

Presupuestos, el buey y el tiranosaurio

El Estado de las Autonomías se ha revelado con el paso del tiempo como un gran fraude. Da la impresión de que sólo existen dos, que, además, se quieren largar a vivir su pubertad lejos de la madre que las alumbró. Lo que hace más kafkiana la realidad que vive España.

¿Qué es un Presupuesto? Un supuesto previo en el que siempre se apalea a Cantabria. Ahora es Sánchez, antes Rajoy, mucho antes el otro o el de la moto. Tal parece que llegan a la presidencia –del Gobierno– con un solo énfasis: negar el pan y la sal a ciertas autonomías –de todos conocidas– mientras riegan con los chorros del oro a otras –también muy identificadas–. Cuando un cántabro se encuentra con un Presupuesto del Estado, primero lo mira de lejos, luego lo olisquea, después le aplica un detector de peligro y, al final, sale corriendo no vaya a ser que le atropelle un jabalí. Las cuentas de la nación suelen traer dos colmillos exteriores para rasgar de arriba abajo las esperanzas de esta tierra.

Revilla y sus huestes van a tener que regresar a Monzón de Campos –esta vez a comerse un tiranosaurio– a ver si el Gobierno central gestiona para todos o hace un metro de AVE en Cantabria. Mientras tanto, Pedro Sánchez esparce millones en Cataluña con el objetivo de salvar unos Presupuestos abyectos y partidistas que, como siempre, relegan y olvidan a los cántabros, además de a otras regiones que, como ésta, son leales y trabajadoras.

Las cuentas de la nación suelen traer dos colmillos exteriores para rasgar de arriba abajo las esperanzas de esta tierra

Pero con los bolos así plantados es más fácil que el AVE tome rumbo a Waterloo o se lo pongan a Rufián en exclusiva para que viaje desde su casa al escaño del Congreso y pueda renovar de manera más cómoda el catálogo de sandeces que representa como comercial del separatismo. El Gobierno –éste, pero insisto que también lo hicieron otros– chulea a Cantabria, la bordea. El buey de Monzón no sirvió, tampoco lo hará el tiranosaurio a la parrilla: es más fácil ahora mismo hacer un teleférico de Puertochico a Tresabuela que un par de centímetros de tren veloz sobre la piel desnutrida de la vieja Montaña.

El Estado de las Autonomías se ha revelado con el paso del tiempo como un gran fraude. Da la impresión de que sólo existen dos, que, además, se quieren largar a vivir su pubertad lejos de la madre que las alumbró. Lo que hace más kafkiana la realidad que vive España. Y que es: leña y desprecio a la lealtad; algodón y cariño a los excluyentes, racistas y golpistas.

Las televisiones no arreglan ya nada (vean la propiedad de los medios). Hace falta tirar alguna puerta. Pero quizá sea demasiado tarde: el pasillo al que debe y quiere acceder la gente noble está repleto de falta de nobleza. Cantabria sola no podrá. ¿Y quién la defiende de las traiciones centralistas y/o independentistas con patente de corso?  No soy optimista. Muchos años después de la comilona del buey en Monzón es posible que veamos la del tiranosaurio. Siempre se pueden usar las traviesas del AVE como mondadientes.

Presupuestos, el buey y el tiranosaurio
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