jueves. 25.04.2024

El lobo estudia los pronombres

De momento, lo que el cánido salvaje multiplica muy bien es el número de sus víctimas, que le salen gratis y rentables.

(En el verano de 2015, el Gobierno regional reunió una llamada Mesa del Lobo de Cantabria con sindicalistas del campo, cazadores con corbata y las organizaciones conservacionistas, además de un consejero y un director general. No se invitó al lobo; los periódicos nada dijeron de su presencia, sin duda necesaria tratándose de una reunión de la Mesa del Lobo. Se iba a redactar entonces un plan de gestión: han pasado siete años y una peste…)

El párrafo es solo una parte del magnífico artículo que ha escrito días atrás Juan G. Bedoya en Luz de Liébana, a propósito de la realidad que viven los ganaderos por la acción del mortal cánido. Cuando no convidas al lobo, que ya anda por los caminos lebaniegos como Perico por su casa, se invita él mismo: no le hace falta la mesa y el mantel, tampoco los cubiertos: se da un festín con el ganado ajeno y aguarda a la próxima reunión.

El Gobierno regional trata sin éxito de que Madrid reflexione y concilie el hambre de la bestia con sus ganas de comer

Y en eso están los políticos: en ver cómo los huesos de las terneras o las ovejas ruedan por los cuestos y sirven, de paso, para que los buitres echen una partida de bolos. El Gobierno central da protección ‘full’ al lobo para la conservación de la especie y, no descarto, que en poco tiempo trate de explicarle los pronombres y la tabla de multiplicar. De momento, lo que el cánido salvaje multiplica muy bien es el número de sus víctimas, que le salen gratis y rentables.

En este escenario trágico y patético a partes iguales, el Gobierno regional trata sin éxito de que Madrid reflexione y concilie el hambre de la bestia con sus ganas de comer, mientras el ganadero paga la fiesta y recibe las subvenciones tarde, mal y nunca, previo aparataje burocrático que más parece un ejercicio burdo de desidia y holgazanería. 

Se cuentan en la alta montaña cántabra multitud de historias del lobo, sangrientos pasajes de nieve teñida de rojo. Ahora van a sentarle en la escuela para que aprenda buenas maneras. La política, en Marte.

El lobo estudia los pronombres
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