miércoles. 24.04.2024

Gatos duchados

Sabido es que en la siberia política hace mucho frío y es mejor atar los perros con longaniza en los ministerios con cargo al peculio general.

Afirma Sánchez que no peligra el pacto (pese a la desautorización a Podemos en las últimas leyes: Sí es Sí o de Bienestar Animal). En realidad, lo que ha querido decir es que todos han renovado la nómina para 2023. Y los que amenazaban con dimitir (algunos de Podemos, ahora Podíamos) ya no se acuerdan. O no les importa desayunar sapo, porque es peor no tener qué almorzar. Con Sánchez nadie sabe, se desconoce si un segundo después pensará lo que trata de razonar en éste. Es un mago de la flauta: suena por aquí, suena por allá; y si no, trombón.

Pese a quedar todos peor que gatos duchados, han subido tiritando a la embarcación mientras el guapo sigue al sol en la cubierta de proa

Ésta es la ley del Gobierno, será pionera en todo el planeta, la copiarán, dijo taxativo el presidente, convencido y con gesto grave, a propósito de la mal llamada Ley Montero, porque es del Ejecutivo y, por lo tanto, de él. El caso es que, habida cuenta de la suelta de condenados y rebaja de penas, Moncloa ha pegado una ciaboga virulenta y, con ella, ha lanzado al mar a todos los ministros de babor y a los de estribor –los suyos– que le siguieron a pies juntillas tras la primera declaración presidencial ahora corregida (veremos hacia dónde) por el temor a una estocada de las encuestas a las puertas de los comicios de mayo.

Pero, ¡oh política! Pese a quedar todos peor que gatos duchados, han subido tiritando a la embarcación mientras el guapo sigue al sol en la cubierta de proa (bronceado por aquí, bronceado por allá) tocando la lira como Nerón cuando ardía Roma. Insulsas preguntas, contrición, caras de tristeza, de resignación (la ministra de Justicia, al borde del llanto en su escaño con rictus compungido), pero silencio o a lo sumo alguna cosilla: palos en las ruedas del socio, los bildus y el geyperman republicano. Aunque con freno de mano, que igual salen de una patada por la popa.

¿Dimitir? Eso es un nombre ruso, propio o impropio, y sabido es que en la siberia política hace mucho frío y es mejor atar los perros con longaniza en los ministerios con cargo al peculio general.

Gatos duchados
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