sábado. 27.04.2024

25N. La violencia hacia las mujeres no es sólo lo que ves

La violencia hacia las mujeres va más allá de la violencia física, que deja puñaladas, puñetazos y mujeres asesinadas. Incluso ésta que se ve y es explícita, todavía hay señorías y señoros que la niegan.

Es necesario visibilizar la violencia ejercida hacia las mujeres por el hecho de serlo y empezar a identificar a quien las ejercen dentro de un sistema patriarcal que sitúa en estatus de privilegio a la mitad masculina del mundo y, por ende, en estatus inferior a la mitad femenina.

La violencia que no ves, pero escuchas, es cuando se niega que se ejerce desde el poder y es una violencia que nos atraviesa

Es importante señalar esa violencia que nos sitúa en un rol sobre lo que socialmente se espera de nosotras. Desde pequeñas aprendemos a llevarnos las primeras tortas y no nos damos cuenta, pero, quienes la ejercen, lo saben. Nos entregan nuestra primera dosis de violencia envuelta en papel de regalo y con lacito, se nos prepara para aquello que la vida nos depara: cuidar a nuestras muñecas, los “cacharritos”, el cubo, la fregona y el vestido de princesa. Se nos pinta una vida color de rosa, se nos cuenta que, aunque estemos dormidas y sin nuestro consentimiento, nos besará un príncipe que nos salvará la vida.

Existe la violencia vicaria que, a pesar de habernos preparado para los cuidados, utiliza a nuestros hijos para hacernos daño.

Para hacernos sufrir, está la violencia psicológica, a través del chantaje, intimidación y amenazas. La violencia que nos aísla de nuestro entorno familiar y social y que, en muchos casos, deriva en violencia económica que nos impide la incorporación al mercado laboral y nos sitúa con dependencia económica, escasos recursos y mayor vulnerabilidad.

La violencia que niega que los roles que nos impone la sociedad son una losa y que nos impiden ser dueñas de nuestros deseos. La violencia sexual cuando se nos viola o se nos agrede, a la que se une la violencia institucional ejercida en los juzgados cuando encontramos quien cuestiona el relato de la agresión por cómo vamos vestidas o dictamina e impone a nuestros hijos visitas con nuestros agresores.

La violencia que no ves, pero escuchas, es cuando se niega que se ejerce desde el poder y es una violencia que nos atraviesa por el simple hecho de ser mujeres.

Es la violencia que cuestiona el trabajo y valía de la ministra de Igualdad, Irene Montero, que la menosprecia y que denigra por ser mujer. Los ataques personales contra ella demuestran lo necesario de un Ministerio que está acometiendo buena parte de los avances que teníamos pendientes y quedan por dar.

Porque esto último es violencia política y la víctima es mujer. Violencia de género unida a la violencia mediática que cuestiona y que dibuja un futuro desolador para las que vendrán y que pretende abrir heridas en aquellas que todavía están cicatrizando.

El 25N las mujeres, las personas feministas, compañeros, las mujeres trans, las migrantes, las racializadas, las mujeres en situación de prostitución, hijes, saldremos a las calles en un grito unánime que visibilice la violencia nosotras, las mujeres, por el mero hecho de existir.

25N. La violencia hacia las mujeres no es sólo lo que ves
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