jueves. 28.03.2024

¿Quién tiene más derechos el okupa o el propietario?

Ahora está brotando otro ladrón silencioso y de guante blanco, la inflación, que quita a la mayoría para dar a unos pocos. Las noticias pasan, pero los problemas se multiplican.

Dicen que detrás de cada infracción hay muchos condicionantes, que juzgar una conducta puntual, puede ser muy injusto si no se analiza cómo se llega a la misma. Quizás no se debieran olvidar las palabras de Concepción Arenal  "Odia el delito y compadece al delincuente".

No es lo mismo robar para no morir de hambre, que robar para vivir a cuerpo de rey emérito. No es lo mismo ir de viaje, que tu mujer se ponga de parto y ocupar un pajar, que entrar por la fuerza en la casa de una anciana de 92 años, y además de quedarse a vivir en la misma, vender sus pertenencias, la historia de una vida, en el mercadillo de al lado.

Aquel movimiento okupa que afloró en la década de los 70, de ideologías dispares sobre todo de izquierda y tribus varias era una forma de protesta social, a veces utópica y soñadora, pero se ha pasado a otro más violento y la mayoría de las veces con intenciones espurias o delictivas. Estos nuevos comportamientos están generando gran alarma social, negarlo es cerrar los ojos a la realidad, y con ello solo aumentan la rabia y el desconcierto de quienes sufren esta situación. Hay un binomio, seguridad-libertad, que desde la izquierda se ha llevado con algún grado de insensatez, como si los temas de seguridad fueran cosa de la derecha, cuando pocas cosas habrá más justas y necesarias que poder vivir en tu casa sin miedo a que haya personas que la puedan ocupar.

Manifestaba en el Parlamento de Cantabria, Yolanda Algorri, que la ocupación apenas existe en Cantabria, así hablaba de 22 inmuebles ocupados, y crecimiento solo de un 0,37%. Incluso sin dudar de los datos de la Sra. diputada, el problema de una vivienda ocupada no es solo esa vivienda, es la urbanización, el barrio e incluso el pueblo, donde ese miedo se apodera de muchos ciudadanos, que ven como una vivienda se puede ocupar sin problemas, pudiendo pensar que la próxima igual será la suya.

Te vas a trabajar o unos días de vacaciones con miedo, basta mirar el número de cámaras instaladas, de carteles puestos en las viviendas de compañías de seguridad, simplemente con ese hecho te das cuenta de que existe esa alarma social. ¿Cómo estará la situación cuando puedes ver anuncios de este tipo "Deskupación express 48 horas, empresa de desokupación las 24h"?

En esta Comunidad, recientemente, hemos podido ver okupas en Meruelo,  Argoños, Arnuero en el barrio de Castillo, Torrelavega, Barcena de Cicero, e incluso las viviendas que gestiona la Dirección General de Vivienda a través de la empresa pública Gesvican, se han producido ocupaciones en Santander, Santoña y Castro Urdiales... todo ello ha contribuido a una atmósfera de inseguridad en importantes núcleos de nuestra población. En el debate la alcaldesa de Polanco dio a conocer que en su municipio había 28 casos, y por su experiencia manifestó  "quienes ocupan no son familias vulnerables".

Hay además un grupo de población que pasa mucho más miedo, esas personas mayores, que viven en sus casas solas, mucho más indefensos a las actuaciones de posibles delincuentes. Hay que ponerse en su lugar cuando simplemente les cuentan que en su pueblo, o cerca del mismo han entrado en una vivienda. A veces se vive dentro de una burbuja donde se pierde la empatía con aquellos que están en una situación más débil. 

Es cierto que las verdades absolutas pocas veces se dan, pero no se debería confundir un problema social muy grave, que afecta a esta parte de la sociedad sin medios, sin acceso a lo que nuestra propia constitución le da como derecho, una vivienda digna, con mafias y delincuentes que su medio de vida es la extorsión, el robo, la apropiación indebida, y el allanamiento de morada. Cada uno debe tener su procedimiento adecuado, hay que poner los medios para garantizar los derechos básicos, como se ha hecho en esta legislatura con la Renta Básica Universal y por otra parte garantizar la seguridad de todos los ciudadanos sin complejos.

El fenómeno okupa no es marginal, está en la calle, en las conversaciones, es más grande de lo que las estadísticas nos cuentan. Un tanto por ciento elevado no se denuncia y se soluciona pagando el impuesto "revolucionario" para que salgan de la vivienda, a veces incluso entre los abogados de las dos partes. Ya se sabe aquella maldición de "pleitos tengas y los ganes",  con nuestra legislación si tienes que esperar a ganar en el procedimiento judicial, te pueden salir canas. Por no hablar de los intentos frustrados de ocupación, donde el susto se queda en el cuerpo y en el pueblo.

Íñigo Fernández manifestaba en el Parlamento: "El problema es que la legislación no tiene soluciones ágiles y las administraciones no dan respuestas", mientras que otros parlamentarios incidían en la idea de mejorar la Ley de Enjuiciamiento Civil, ya reformada en 2018 o la mayor participación de la fiscalía.

Cuando te das una vuelta por Europa, analizando el derecho comparado, se puede comprobar que algo falla en nuestro país. Así Francia ha modificado su legislación para proteger a los propietarios. Alemania ha impuesto una medida excepcional, el desalojo exprés, esto es si no acreditan la propiedad en 24 horas están en la calle, muy similar al de Francia. Italia ha endurecido las penas para este tipo de conductas. Gran Bretaña mediante denuncia a la policía verificada se puede arrestar al okupa. En los países escandinavos solo es necesario mostrar el título de la propiedad para desalojar al intruso, e incluso en EE.UU., según estados, el desalojo es muy rápido si no puede acreditar, el okupa, estar viviendo allí más medio año.

En España hay dos vías para restituir el legítimo uso de la vivienda: La penal art. 245 C.P.  y la civil art. 250.1.4 Ley de Enjuiciamiento Civil, y aunque la reforma realizada por la Ley 5/2018, introdujo fórmulas más efectivas en la recuperación del derecho de los titulares, dejó lagunas y rendijas por donde... Con procesos interminables y penas muy leves no se disuaden comportamientos ilegales; pero ojo con las actuaciones fuera de las normas, pueden llevar a graves problemas.

España y Portugal son una excepción, una isla, en la legislación europea, lo cierto es que es muy complicado saber a qué se debe, daría para un largo debate jurídico-técnico de esos sobre ¿quién tiene más derechos el okupa o el propietario?.

Ahora está brotando otro ladrón silencioso y de guante blanco, la inflación, que quita a la mayoría para dar a unos pocos. Las noticias pasan, pero los problemas se multiplican.

¿Quién tiene más derechos el okupa o el propietario?
Comentarios