viernes. 26.04.2024

No metan la mano en mi pensión

El Land Rover parece un coche automático, son tantas las veces que han realizado ese camino. Bajando el puerto las vistas son impresionantes, allá a lo lejos, siguiendo el curso del río se ve la ciudad, a primera hora suele ponerse esa panza de burro, esa niebla que tapa una gran parte de la misma.

Manuel se pone sus mejores galas, la camisa de cuadros nueva, el chaleco negro a juego con los pantalones de pana del mismo color y un abrigo de esos que casi le llegan hasta los pies. Coge las llaves del viejo Land Rover, y aunque Sika se empeña en seguirle,  la echa de  comer y mientras ella está distraída, arranca el todoterreno dirección a la ciudad.

Sika sale desesperada detrás de él, le sigue durante un buen tramo hasta que se da cuenta de que ya no le puede alcanzar, y vuelve triste sobre sus pasos hacia la cuadra, donde entre unos fardos de paja descansa esperando la vuelta de Manuel.

El Land Rover parece un coche automático, son tantas las veces que han realizado ese camino. Bajando el puerto las vistas son impresionantes, allá a lo lejos, siguiendo el curso del río se ve la ciudad, a primera hora suele ponerse esa panza de burro, esa niebla que tapa una gran parte de la misma.

Dejó su vehículo en los aparcamientos del centro comercial y se dirigió a la oficina del banco que está a pocos minutos del mismo. Una vez allí espera poder estar con Eugenio, un trabajador que lleva muchos años en la entidad bancaria y con el que tiene una relación de amistad, ya que conoce a su familia, su padre fue un compañero de aventuras en su infancia.

 -   ¡Hombre, Manolo, tú por aquí!

Así le recibe el gestor al verle con cara de pocos amigos, ha estado esperando a que terminara con otros clientes y el tiempo se le ha hecho eterno.

-    Cada vez cuesta más estar contigo, estás más solicitado que "La Chelito".

- Ya sabes que a primeros de mes son muchos los clientes que vienen a la entidad y además es día de feria. Bueno, Manolo, supongo que vienes a lo de todos los meses, a sacar tu pensión y mirar cómo van esos ahorrillos.

-    Pues sí, a estas alturas uno no está para cambiar de hábitos, así que si puedes dame 600 euros.

 -   Ya puedes disculpar, tenemos un pequeño problema, ahora si no sacas más de 2000 euros te cobramos una pequeña comisión.

-    ¡¡Cómo!!, ¡¡no fastidies!!, ¡¡que me vas a cobrar por sacar el dinero de mi propia pensión!!. No me lo puedo creer, cualquier día, peor, me vais a cobrar por respirar aquí dentro. Primero fue que solo nos dabais el dinero hasta las 11h., después solo los martes y jueves y ahora esto.

-     Ya sabes que no es cosa mía, nada tengo que ver, son órdenes de los jefes.

-    Pues quiero hablar con los jefes, al menos con el director de la oficina. ¡¡qué vergüenza!!

-     Manuel, por favor no crees problemas, yo te ayudo en lo que haga falta.

-    Los problemas los creáis vosotros, poniéndonos cada vez más obstáculos en todas las gestiones, ahora lo que faltaba, pagar para poder sacar nuestro dinero. Esto es un abuso intolerable.

-    Sabes que yo siempre te ayudo, lo hice con el gran problema de "las preferentes".

 -    Hombre, me metiste en el lío, y luego me ayudaste a salir, pero tú sabes que perdí algunas plumas.

-    Sé justo, si no es por mí casi pierdes todos tus ahorros.

-    Es verdad,  tengo que dar las gracias porque no habéis robado todo mi dinero. Cada día a las personas mayores nos tratan con más desprecio, todo son problemas. Antes todavía dabais algún interés. Ahora encima de no darnos un céntimo, nos queréis echar porque para vosotros somos ya objetos inútiles.

-    Manuel, sabes de mi aprecio y el de mi familia, pero son otros tiempos, yo te ayudo a sacar el dinero,  te hago una tarjeta o con la propia libreta lo puedes sacar tú.

-    Y tú sabes que no me gustan los cajeros, mucho menos desde que robaron a Tino cuando sacaba dinero.

-    Bueno te doy una solución, pero no se la cuentes a nadie que se me cae el pelo.

-    Ya será menos, que tú eres muy listo.

-    Mira, puedes mandar 600 € a otra entidad donde no te cobren, lo hacemos a través de una transferencia mensual, así luego solo tienes que ir a sacarlo allí.

-    Vamos que me mandas a la competencia porque vosotros no me dais el servicio. Pues para eso cobro mi pensión por allí y os mando a paseo.

-    Manuel, tienes el crédito del dinero que diste a tu hijo para el piso y te va a ser  complicado.

-    Vamos que me quieres decir que me tenéis cogido por los ... Fíjate que incluso viniendo de ti suena a una amenaza.

-    No hombre, no, todo lo contrario. Bueno mira sacas 2000 € ingresamos 1400 después, a ver si de esta forma logramos engañar al sistema.

-    Engañar al sistema, vuestro sistema sí que es el que nos engaña a los mayores y nos deja tirados, nos deja dependientes de familiares o amigos, esto después de una vida como clientes vuestros. Ya no es mi problema individual es cómo nos tratáis, esto es vergonzoso. Yo no quiero un trato de favor, quiero lo  que es justo, lo que es mío y punto.

 -   No seas cabezón, quieren que todo se haga por Internet y quitar personal, reducir costos  y el sírvase usted mismo. Ahí pierdes tú y nosotros. Los que toman las decisiones solo piensan en la cuenta de resultados, para ellos no somos personas, somos un número más, tú eres un cliente poco rentable y yo un empleado al que hay que sacarle más producción o simplemente echarnos a la calle, a veces disfrazados de prejubilaciones que poco a poco van quitando los puestos de trabajo y los servicios que dábamos.

-    Puede que tengas razón, pero hay que rebelarse contra las injusticias, no bajar la cabeza y por el egoísmo de uno, que se quiere salvar el pellejo, al final solo ganan los de siempre y perdemos todos los demás.

-    Manuel,  poco podemos hacer.

-    Yo soy un viejo, pero todavía no inválido y cuando veo que algo no es justo, pues lo denunció y, dentro de mis posibilidades intento cambiarlo. Si vosotros seguís como ovejas pronto vais a ser una más del rebaño.

-    Las cosas no son tan fáciles, el trabajo está muy complicado.

-    Yo te podría hablar de lo complicado que era en mis tiempos, pero quizás no merece la pena, eso sí, con esa actitud seguro que iréis a peor. Dame mi dinero como quieras, pero no te pago un céntimo de comisión.

-    Ahora lo intento arreglar, no te enfades conmigo.

Eugenio fue a la caja y habló con otro empleado murmurando para que le hiciera el  chanchullo, que le había contado a Manuel. El empleado de caja le miró con mala cara. A Manuel le pareció leer en los labios "te estás metiendo en un lío".

Pronto regresó Eugenio con el dinero, lo metió en un sobre y se lo dio a Manuel, quien rápidamente lo guardó en el bolsillo del abrigo, que ni siquiera se había quitado.

-    Toma tu dinero, mientras pueda no dudes que te ayudaré, pero no te quiero engañar, cada vez las cosas están peor; yo, al menos, no me veo con fuerzas para poner en riesgo el sustento de mi familia.

-    Gracias, Eugenio, sé que las cosas no son fáciles, pero recuerda que tú y yo no estamos enfrentados,  ambos somos víctimas. A mí la vida me ha enseñado, que vivir de rodillas te destroza las mismas, pero sobre todo te quita toda la dignidad,  puede que hasta la esperanza y el futuro de los tuyos.

Después de darle la mano, Manuel salió de la entidad bancaria con un sentimiento mezcla de pena y rabia, la de ver como la sociedad cada vez trata peor a los mayores y el conformismo de otros. Mucho hablar de la España vaciada, muchas fotografías con las vacas, y estamos cada vez más olvidados y marginados, cuanto mayor eres, peor para ti. La brecha digital es un muro insalvable para muchos, te hacen sentir un estorbo, ya sobras aquí.

Cerca de diez millones de personas están en riesgo de exclusión financiera por la falta de atención en las sucursales y el auge de la banca online. Los bancos y las autoridades tienen una gran responsabilidad, te obligan a cobrar tu pensión por una entidad bancaria, ¿cómo te pueden cobrar por sacar lo que es tuyo?

Carlos San Juan de 78 años ha conseguido cerca de medio millón de firmas con el lema "Soy mayor, no idiota" para pedir que los bancos no eliminen la atención presencial. Manifestaba que "la digitalización de los bancos no es justa ni humana, así cada vez más, para trámites sencillos, te exigen usar tecnologías complejas que muchos no sabemos utilizar",

Manuel regresaba, lentamente, hacia su coche reflexionando, en este mundo donde el Dios es "el poderoso caballero don dinero", donde todo se mide por la rentabilidad, que no tiene sentimientos, sin ellos igual no merece la pena vivir en él.  Hay que luchar, mientras haya un gramo de fuerza, para cambiarlo, para intentar que sea más justo, como lo está haciendo Carlos San Juan.

No metan la mano en mi pensión
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