jueves. 25.04.2024

Manuel y su fiel compañera

Cuando algún verano sus nietos aparecían por la vieja y vaciada aldea era una revolución que duraba poco, allí no había wifi, ni casi cobertura alguna. La compañía de un viejo cascarrabias no podía competir con sus juegos de ordenador, allá el estar medio olvidado en las montañas era muy bucólico de paso, pero pronto el aburrimiento les hacía huir.

Manuel se fue quedando solo, quizás en un proceso natural de la edad, muchos amigos se habían bajado del tren de la vida. La muerte de su mujer fue esa estocada en el corazón que le dejó casi inerte e insensible sin saber qué hacía en este mundo.

Se había marchado a la aldea, intuía que no le quedaba mucho, no quería molestar, ni ser un incordio, sabía que con los años las rarezas aumentan. Él que había visto tanto mundo y tanta gente, llegó a la conclusión que muchas veces la soledad, cuando es buscada, es una buena compañera, quizás demasiado silenciosa, pero de las que mejor te aguantan.

Se levantaba con la luz del día, daba el paseo matutino entre las casas deshabitadas con Sika, una galga desamparada que el tiempo convirtió en inseparables compañeros. Llegó al pueblo famélica y llena de heridas, abandonada por algún cazador desalmado. Durante cerca de un mes se estuvieron olfateando hasta que ella fue perdiendo el miedo y él parte de la soledad. Sika le había cambiado los hábitos, le hacía caminar más de lo que le gustaba, incluso había logrado lo que sus hijos y su mujer nunca consiguieron, hacerle perder peso.

Cuando algún verano sus nietos aparecían por la vieja y vaciada aldea era una revolución que duraba poco, allí no había wifi, ni casi cobertura alguna. La compañía de un viejo cascarrabias no podía competir con sus juegos de ordenador, allá el estar medio olvidado en las montañas era muy bucólico de paso, pero pronto el aburrimiento les hacía huir.

Manuel había pasado hambre en la posguerra, de muy joven se marchó de casa un día tras un enfado con su padre, mirado con la luz del tiempo, cosas de adolescentes. Trabajó en la construcción de peón, de albañil, de fontanero, de... cuando los sacos de cemento y mortero eran de 50 kilos, y la jornada laboral de 8 horas y 4 más para poder subsistir. Fue emigrante unos años en Alemania, pero no se acabó de adaptar y volvió a su país, con unos ahorros que le dieron para comprar su casa.

Cuando oye a algunos dirigentes y tertulianos que le dan más de lo que ha cotizado, mira sus manos deformadas

Manuel tiene una jubilación de apenas 800 euros, hubo muchos años no cotizados, y las crisis dejaron sus cicatrices en la misma, aunque con lo austero que es le llega incluso para  tener algún detalle con hijos y nietos. Cuando oye a algunos dirigentes y tertulianos que le dan más de lo que ha cotizado, mira sus manos deformadas, dañadas, atrofiadas por el cemento, los esfuerzos, los años y siente una pena inmensa por lo injusto que son algunos con los que más han trabajado.

Con su voz ronca y tono sarcástico, suele decir que fue rojo, cuando se llevaba el azul y ahora es colorado por la vergüenza que siente ante algunos que dirigen el País. Hace unos años sus hijos lo llevaron a regañadientes a una residencia, pero apenas duró tres meses, solía decir que él era un inadaptado, que lo de los horarios y el toque de queda ya lo había vivido, eso era pasado.

Piensa, "ahora para lo que me queda en este convento prefiero cerrar el ciclo aquí, donde nací, y esto es lo último que quiero que mis ojos vean". Una vez a la semana en su viejo y destartalado Land Rover baja a la civilización, él dice para comprobar que siguen allí y para llenar su modesta despensa.

Ya casi no saluda a casi nadie, entre que ve poco y que no es amigo de cumplidos, lo reconoce, se ha hecho muy introvertido. Hay pocas cosas que le interesen de las que pasan en ese mundo que ya casi no considera suyo. Se ha vuelto un poco pasota, dice que le da igual quién gobierne, aunque todos sabemos que no es cierto, en su vida ha visto muchas miserias y siempre ha creído que lo bien repartido está mejor. Considera que quien se hace rico es porque está usando los recursos materiales y humanos de muchos. De la civilización echa de menos sus partidas de mus y las largas charlas con su amigo Paco, pero el pobre está ya muerto dentro de su propio cuerpo.

Al llegar la noche se sienta en el destartalado sillón orejero con vistas al valle, escuchando de fondo la radio, de esas antiguas que solo cogen la SER y la COPE y a veces Radio Nacional, suele decir que son la izquierda, la derecha y quien gobierna. Sika lame sus manos apoyadas en el borde del sillón y Manuel, simplemente, sonríe.

La radio es su compañera, una compañera de casi toda la vida, desde que era un adolescente cuando era todo un lujo. Recuerda que con ahorros de sus primeros trabajos se compró una y ese fue su gran tesoro, escuchando a  Bobby Deglané, José Luis Pecker, Carrusel deportivo dirigida por el gran Vicente Marco e intentando coger clandestinamente radio pirenaica. ¡Qué recuerdos! Mirar hacia la niñez es como meterte en tu interior en busca de ese niño que siempre llevamos dentro y al que con los años nos da cada vez más vergüenza sacar.

Ahora piensa que está la emisora progubernamental, a la que el Presidente del Gobierno ha concedido todas las entrevistas radiofónicas de esta legislatura, ahí se escuchan los logros de Sánchez y sus ministros. Por otra parte, la que parece poner voz al partido mayoritario de la oposición, donde destacan los supuestos desastres del gobierno "socialcomunista".

Estos días están a vueltas con las macrogranjas de las que pese al daño que producen pocos se acordaban de ellas

Estos días están a vueltas con las macrogranjas de las que pese al daño que producen pocos se acordaban de ellas, mucho menos cuando están cobrando por la publicidad de los productos que salen de las mismas. Otros se centran en el dedo y le dan caña al Ministro de Consumo como si no hubiera una mañana, aunque saben que en otros gobiernos no pasaría de tener el rango de subsecretario. El Ministro ha dicho alguna obviedad en el lugar equivocado, pero en campaña electoral todo vale y sobre todo que la realidad no te fastidie una buena campaña o una buena pedrada al contrario.

Estaba en estas reflexiones cuando el sueño le venció y su cabeza cayó reposando en la esquina del orejero, soñando con aquellos tiempos cuando era un adolescente y sonaba la música mientras él miraba, con vergüenza infantil, la sonrisa de la que sería su mujer. Hay un mundo de los sueños donde de cualquier tiempo pasado se pueden rescatar los más hermosos recuerdos.

Manuel nos seguirá contando sus avatares y dando la versión de la actualidad, desde las distintas caras de la noticia.

Manuel y su fiel compañera
Comentarios