jueves. 28.03.2024

El curso de la incertidumbre...

¿Se podrán dar las clases presencialmente? ¿Están nuestros colegios e institutos preparados para esta nueva situación? ¿Se han tomado las medidas adecuadas para garantizar la salud de la comunidad escolar? Las preguntas son muchas, las incertidumbres muchas más.

La enseñanza es una materia delicada donde el contacto, la cercanía durante muchas horas en las aulas, con lugares cerrados entre los alumnos y el personal docente, lo hacen muy sensible para la propagación del virus.

Cuando la vuelta a la escuela está a la vuelta de la esquina, pocas veces un inicio de curso ha estado tan cargado de incertidumbres. ¿Se podrán dar las clases presencialmente? ¿Están nuestros colegios e institutos preparados para esta nueva situación? ¿Se han tomado las medidas adecuadas para garantizar la salud de la comunidad escolar? Las preguntas son muchas, las incertidumbres muchas más.

El Gobierno y las Comunidades Autónomas han perdido demasiado tiempo para dar respuestas a los posibles escenarios

Por si fueran pocas las dudas, personas a las que se les supone un gran conocimiento del medio, de las necesidades de nuestras escuelas como son los inspectores de Educación, se han sumado a un coro que cada vez tiene más voces, y donde se escuchan las críticas por la falta de organización y de medidas preventivas en esta vuelta al colegio. Estos inspectores que están agrupados en la Unión Sindical de Inspectores de Educación (USIE) hablan de un escenario muy preocupante, donde el Gobierno y las Comunidades Autónomas han perdido demasiado tiempo para dar respuestas a los posibles escenarios con los que se pueden encontrar nuestra comunidad educativa.

Dicen que no se están tomando medidas relevantes, ni se han coordinado territorialmente las políticas educativas a seguir, reprochando al Gobierno Central y a la l Ministra de Educación, Isabel Celaá, su falta de liderazgo. Cuando quedan menos de dos semanas para empezar el curso, empieza a aparecer entre los docentes, padres y alumnos lo que se puede llamar el miedo escénico, eso que se produce cuando vas a un lugar que puede ser peligroso y donde no tienes nada claro lo que en el mismo puede suceder.

Observar las medidas tomadas por cada Comunidad Autónoma, donde hay más disparidad que entre los diferentes países de la Unión Europea, a veces lo que cuesta es encontrar coincidencias. La educación es una competencia transferida, pero cuando estamos ante situaciones tan preocupantes, con peligro evidente para la salud, exigir una mínima de coordinación y dar algo de seguridad a quienes inician este curso escolar esto no puede ser una simple recomendación, es realmente una obligación de cualquier país, de cualquier gobierno con un mínimo de responsabilidad.

El virus no entiende de fronteras, ni de autonomías, y parece claro la necesidad de tomar unas medidas con carácter general

Los sindicatos de la enseñanza ante tantas dudas, incertidumbres, así como la falta de medios, anuncian huelgas que al menos despierten a los responsables de una siesta veraniega que dura demasiado. Desde luego de lo que no hay dudas es que el virus no entiende de fronteras, ni de autonomías, y parece a todas luces claro, la necesidad de tomar unas medidas con carácter general. Es cierto que el miedo y la incertidumbre hacen ver los problemas incluso más grandes de lo que pueden ser, pero también es una llamada a la prudencia, que no nos pille la improvisación cuando hemos tenido tiempo más que suficiente para estudiar, y dar las soluciones adecuadas a cada escenario.

El problema puede ser también histórico, de profundidad, la educación en España ha sido un campo de batalla de la política, donde cada partido que ganaba unas elecciones quería dejar su sello a través de nuevos planes educativos, ya que consideraba que su ideología también debía impregnar nuestra enseñanza. No siendo considerado nuestro sistema educativo un servicio esencial que merece ser tratado como asunto de Estado, por encima de las miserias partidistas y que ahora se ven agravados cuando se necesitan tomar medidas urgentes y coordinadas.

Según la OCDE y la Universidad de Harvard, ante la situación de rebrotes es necesario desarrollar planes de contingencia, y además reforzar la formación del profesorado, a los que se les pide un mayor esfuerzo, pero pocas veces se les da la formación, los elementos y herramientas necesarias. 

Más del 70% de las personas consultadas en el citado informe, entre componentes de sistema educativo: funcionarios de la educación, directores de centros y profesorado..., han asegurado que han sido los docentes la clave para que la educación funcionara, y continuara pese a las grandes limitaciones, que gracias a ese trabajo realizado con un gran esfuerzo el proceso de enseñanza-aprendizaje ha sido posible a pesar del cierre de las escuelas. 

La crisis que vivimos como consecuencia de pandemia está sin duda transformando la educación, la enseñanza semipresencial ha venido para quedarse y generalizarse, pero también ha mostrado las carencias y desigualdades que hay en la misma.

Lo cierto que estamos ante un nuevo reto para la comunidad educativa, que asume los cambios con mucha lentitud, hasta hace poco el gremio de la tiza, era uno de los campos menos evolucionados, pero el cambio tecnológico, y las nuevas necesidades han revolucionado este mundo a veces demasiado conservador.

Hoy la preocupación de padres, profesores, estudiantes es que estos puedan recibir esa enseñanza de calidad que les prepare para un futuro que no se dibuja fácil, pero sobre todo que esa enseñanza se dé en unas condiciones que no pongan en riesgo su salud. El nuevo curso está ya aquí, y un nuevo reto lleno de incertidumbres, pero igual que lo mejor de la sanidad son sin duda sus profesionales, en el mundo de la enseñanza se debe destacar el gran trabajo de los docentes, y la ilusión de los estudiantes, que nos hace mirar a ese futuro con esperanza.
 

El curso de la incertidumbre...
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