jueves. 28.03.2024

Dinero electrónico, monedas locales y trueque

El pasado nos sirve muchas veces para entender mejor que la aceleración de nuestras vidas no es una fatalidad, ni tampoco responde a fragilidades individuales, sino que más bien su explicación habría que buscarla en las condiciones que impone hoy el sistema económico actual.

Suelen ser los meses de Octubre y de Noviembre los normalmente elegidos para realizar los diferentes y participativos encuentros estatales y locales que tienen que ver con las monedas sociales, de proximidad y/o complementarias, siendo esta la razón principal y fundamental del presente artículo, que también encuadra y abarca al mundo alternativo que de una u otra manera tiene mucho que ver con el trueque y/o la economía alternativa o circular.

Decía el poeta italiano Jean Antoine de Baif, allá por mediados del siglo XVI, “que la buena voluntad encuentra siempre el modelo y la oportunidad”, y esta frase es la que hoy elegimos para precisamente hablar de un tema candente, y sin duda polémico: el dinero electrónico, aunque también, y como contrapeso a este, acerca de las monedas locales y del trueque.

Nos hemos convertido en mercancía desechable al servicio de una minoría que solo busca su propio beneficio

Y es que (y para los tiempos que corren) el pasado nos sirve muchas veces para entender mejor que la aceleración de nuestras vidas no es una fatalidad, ni tampoco responde a fragilidades individuales, sino que más bien su explicación habría que buscarla en las condiciones que impone hoy el sistema económico actual de explotación, deuda y dependencia, donde la sociedad en buena medida se ha transformado (gracias a los mensajes subliminales puestos al descubierto por la programación predictiva de los “controladores”) en ganado desechable que sirve y es usado como alimento de los más poderosos y acaudalados para dominar a los incautos y a los desinformados. Y hete aquí que es así como nos hemos convertido en mercancía desechable al servicio de una minoría que solo busca su propio beneficio, o mejor, su mejor y más adecuada autocomplacencia.

Y todo porque una buena parte de los medios de comunicación mundiales (los también llamados medios de la desinformación) nos mantienen sedados, dormidos e hipnotizados al decirnos qué hacer, qué comprar, qué decir… qué creer. Edouard Herriot (que fue un político y escritor francés, jefe de gobierno en tres ocasiones durante la Tercera República francesa) solía decir que: “el valor de una civilización no se mide por lo que sabe crear, sino por lo que sabe conservar”.

Por lo que una de las razones (de las muchas que hay) por las cuales se implementa el dinero electrónico es que a través de este proceso de digitalización, se retrasa y se evita el momento por el cual las élites tengan que ceder cuotas de poder mayores y más evidentes a un público que poco a poco ha sido acostumbrado, o mejor, ha ido siendo encauzado progresivamente hacia la esclavitud y la dependencia más absoluta de élites de oscuros presagios y peores intenciones. Porque, y como dijo en su día Publio Siro (escritor latino de la antigua Roma) allá por el siglo I a.C.), “a duras penas lograrás corregirte de las cosas a las que te vas acostumbrando tranquilamente”.

Las primeras monedas sociales surgen de las primeras crisis de los años 30 del pasado siglo

Desde hace casi un siglo podemos encontrar diferentes proyectos e iniciativas que pretenden encontrar a través de las políticas de la administración local fórmulas que estén encaminadas a reactivar y a dinamizar la economía de territorios concretos, fomentando así y de esta manera el crecimiento económico, el empleo y también la calidad de vida de las personas.

Hay que decir que aunque se hayan popularizado durante los últimos años, en realidad las primeras monedas sociales surgen de las primeras crisis de los años 30 del pasado siglo, y así, el primer caso fue el WIR, que fue creada por una cooperativa de PYMES en Zúrich (Suiza) en 1934. Ochenta y ocho años después la iniciativa cuenta ya con más de 60.000 empresas adheridas. Y a nivel global se cree que pueden llegar a existir al menos 4.000 monedas locales en funcionamiento, si bien algunas estadísticas suben esta cifra hasta las casi 6.000. Una moneda social que al final no deja de ser una herramienta creada y utilizada por una comunidad (generalmente de ámbito local), a fin de poder así facilitar intercambios, tanto de productos, como de servicios y de conocimientos.

Según la definición de Bernard Liater, esta se basa en un acuerdo entre una comunidad de utilizar algo determinado como medio de intercambio. Es por ello que también son conocidas con el nombre de monedas locales. Por ejemplo, en el Estado español hay censadas unas 140 monedas locales, si bien son solo y aproximadamente 60 las que realmente están en funcionamiento (en Cantabria y desde Laredo opera “roble”) con un mayor o menor éxito, y de las cuales solo unas 40 tienen una cierta y aparente operatividad ordinaria y regular, siendo Cataluña el lugar en donde más operatividad y aceptación tienen este tipo de propuestas que van mucho más allá de la moneda tradicional, ya que fomentan valores, proyectos y actuaciones colaborativas en unos momentos y tiempos de profundas crisis, cambios organizativos y sociales a nivel global y regional.

Otro término que las identifica es el de monedas complementarias, ya que suelen pretender complementar las deficiencias del dinero legal con sus propias ventajas como dinamizadoras del comercio de proximidad, del autoempleo y de la optimización de los recursos locales. Es importante destacar también, y por otro lado, que en términos legales no se trata de monedas “stricto sensu” equiparables a las divisas tradicionales de curso legal e internacional de uso común y aceptado.

Se usa la moneda local para fomentar el comercio local y evitar así que el dinero que se generan en el municipio se gaste en grandes superficies fuera de la ciudad

Pues, y como muy bien explica August Corrons, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya, “(…) Las monedas complementarias o sociales son divisas que se crean al margen del dinero oficial y que fomentan proyectos de ámbito social o ambiental, sobre todo a escala local”. A diferencia del dinero, su acumulación no tiene sentido: “Ahorrar este tipo de monedas no se concibe, porque no generan intereses. Su objetivo es que el dinero vaya de la mano de la producción y no de la especulación”.

Aunque las monedas sociales siempre han estado vinculadas a economías transformadoras, hay no obstante iniciativas fomentadas desde los ayuntamientos, como es el caso de la ciudad inglesa de Bristol (que puso en marcha una moneda local el año 2012, el Bristol Pound), donde el propio alcalde y los funcionarios cobran parte de su sueldo en este tipo de moneda, que con el tiempo se ha convertido en una alternativa real a la moneda oficial, y a través de la cual los usuarios pueden pagar los impuestos, los salarios y hasta incluso la factura de la electricidad.

También en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) se está consolidando con éxito una moneda local, y se prevé en el futuro proponer al funcionariado que cobre parte de su sueldo en dicha moneda. “Para una ciudad es interesante que el dinero circule en la propia urbe, que no salga fuera, que el propio territorio sea más rico. Desde este punto de vista, las monedas locales no dejan de ser como un tipo de tarjeta de fidelización para que la gente vuelva a consumir, pero a escala municipal”, afirma Corrons.

El caso de la Grama, en Santa Coloma, es paradigmático. Se usa la moneda local para fomentar el comercio local y evitar así que el dinero que se generan en el municipio se gaste en grandes superficies fuera de la ciudad. Según esta lógica, si los colomenses gastan más dinero en Santa Coloma, es lógico y normal que se pueda crear más empleo en propia ciudad.

Aunque la economía es uno de sus campos de influencia, las monedas complementarias también abarcan los ámbitos sociales y ambientales, pues desde el punto de vista económico fomentan la riqueza local y tienen, además, un efecto multiplicador en el sentido de que el dinero circula dentro del propio municipio.

Una mirada sin valores recorre hoy en día la vida cotidiana de las personas sencillas

Según las corporaciones o directrices que emanan y son dictados desde los diferentes formatos capitalistas, comunistas o liberales (bancos, comités, etc.), este tipo de moneda es “indeseable”. Y lo es porque ellos (el Estado, los bancos y las corporaciones) tienen y desean el monopolio total, completo y absoluto del dinero que no quieren de ninguna de las maneras perder y malograr, y por lo tanto, cualquier alternativa que surja para intentar romper su monopolio es leída o interpretada por ellos como una amenaza o aviso a considerar hacia sus inquietudes e intereses, pero también hacia sus variopintos hechizos y atracciones, engaños y falsedades.

Sin embargo, el objetivo de estas monedas es complementar al euro, al yuan, al dólar, a la rupia, al rublo, al yen, etc. No se persigue, por tanto, acabar con estas monedas nacionales (y hacerlo sería irreal), sino más bien cambiar las mentalidades, al tiempo que también las formas de relación e interactuación que se da actualmente en un mundo, a veces o quizá demasiado estructurado y condicionado por unos poderes cada vez más reaccionarios y antidemocráticos para y hacia con sus propios conciudadanos.

Es lo mismo que pasa, y por comparar (si bien a un nivel mucho más evidente), con el dólar estadounidense y el resto de monedas internacionales que buscan competir con la moneda astro, y que al final son movimientos que no pueden coger a nadie por sorpresa dado que el dólar americano más que una moneda, en realidad es un vástago gigantesco alrededor del cual giran los asuntos comerciales, de seguridad y hasta culturales de EE.UU. a nivel global, hasta el punto de que podemos decir claramente que ha existido una cardinalidad directa entre los liderazgos financiero y militar de Norteamérica a nivel global en los últimos 100 años; pero y especialmente desde los tiempos de la presidencia de Richard Nixon: 1969-1974.

Y es que no debemos de olvidar que en el terreno de las capacidades económicas, civiles y militares, el multipolarismo ya ha sobrepasado a la economía unipolar financiera en 2015-2018, que en la actualidad se encuentra paralizada desde el año 2008, y que de hecho permanece en un circuito cerrado de emisión billonaria de dólares de papel-dinero sin respaldo y sin emisión estatal-publica de ningún tipo, y lo que es peor, sin tan siquiera un “salvavidas” que pueda hacer de “bombero” en tiempos precarios y difíciles; como los que por ejemplo en la actualidad se están sucediendo y nos tocan vivir.

Y es que, y en palabras de Alberto Buela Lamas (un filósofo y escritor existencialista argentino, discípulo de Pierre Aubenque e investigador acerca de Aristóteles), una mirada sin valores recorre hoy en día la vida cotidiana de las personas sencillas, donde las personas están en condiciones de mirar todo lo que sucede en el mundo, y así pueden técnicamente recibir información de lo que acontece en el último rincón de la tierra (y aún fuera de ella), pero muchas veces permanecen profundamente desconectados de lo que acontece en su mundo más cercano, próximo e inmediato. Y aunque la humanidad lo mira todo, y en todas partes, rara vez ve; y este es en verdad uno de los grandes y muchos problemas que hoy aquejan y afligen al mundo.

Se colocan así estos nuevos déspotas en el ámbito de la nueva circulación improductiva

¿Acaso no somos capaces de vislumbrar con meridiana claridad que con tasas de cuasi cero de interés para las grandes transnacionales (que con ello recompran sus propias acciones que no dejan de valorizarse de forma financiera y ficticia), lo que al final se produce es la segura paralización y debilitación de la economía (de la de “andar por casa”), que ésta sí que es real y concreta, verificable y auténtica?

Y es que estas ganancias se dan a costa de las corporaciones de segunda “línea”, cuyas acciones suelen comprar los grandes consorcios, que es el modo de centralización de la riqueza existente en cada vez menos manos con una economía real que al final está paralizada, aunque en el fondo esto no se diga y se manifieste públicamente para no asustar a la ciudadanía que mayoritariamente vive entretenida y distraída con los múltiples pasatiempos y jolgorios que el Sistema le proporciona de las mil y unas maneras posibles e inimaginables; para que así las mentes puedan seguir dormidas en los enredos y ensoñaciones de la Matrix por mucho más tiempo. Es decir, y para concretar, sin la creación de un dinero verificable y efectivo de capital que sea real y que verdaderamente se pueda ver y se pueda tocar.

De esta forma, “estos vicios” se manifiestan ya como clase parasitaria que provoca a golpe de digitalización la exclusión de cada vez mayores grupos y sectores de la sociedad, que lógicamente no se han adecuado y/o no han tenido el suficiente tiempo para incorporarse a las recientes imposiciones de una clase dominante que se reserva para sí misma la emisión de un dinero que en el fondo no es sino deuda, o que, simplemente, no existe y nunca va a existir; de ahí la urgente necesidad de crear el llamado “dinero digital”. Y lo mejor, y para muestras, que mejor que la del ex Primer Ministro italiano Mario Monti (ejerció como Primer Ministro y Ministro de Economía de su país en 2011), quien abiertamente y en público descaradamente reconoció en su momento, que para que los ciudadanos europeos renuncien a sus derechos e identidades, desde el poder se debe antes de generar necesariamente una crisis artificial.

En síntesis, estamos pues ante una clase dominante que en lugar de acumular capital en el ámbito de la producción real (produciendo riqueza social bajo la forma de capital), lo que en realidad hace es desplazarse hacia la actividad de apropiación y centralización de la riqueza social ya existente en manos de una élite privilegiada y excluyente. Y esto lo hacen muy bien mediante la “financiación” de la economía (la emisión de dinero sin respaldo controlando la Banca Central), y operando así, y esencialmente, en el ámbito financiero y comercial, aunque no solo local, sino también (y fundamentalmente) internacional.

Es decir, se colocan así estos nuevos déspotas en el ámbito de la nueva circulación improductiva, lo que conlleva, y se manifiesta al final, en una cada vez mayor y más abundante clase dominante obsoleta y superflua, que con las prerrogativas que solo ellos se han atribuido y se otorgan para sí (sin una verificación popular que no ha sido consensuado por y con la ciudadanía), dirigen una sociedad-mundo como un todo que no tiene derecho a rechistar y a protestar ante los abusos que emanan directamente de los poderosos, y las no menos élites siniestras de pelaje diverso (a derecha e izquierda); y a veces cambiante que la sociedad no informada y manipulada total y completamente consiente muchas veces con su silencio cómplice y cobarde.

Al filósofo, matemático, lingüista y lógico austriaco Ludwig Wittgenstein (Ludwig Josef Johann Wittgenstein) le gustaba decir que “revolucionario será aquel que pueda revolucionarse a sí mismo”, y en efecto así es. Y es que al final lo mejor es la acción y el movimiento, o dicho en contexto y para lo que aquí se trata y en verdad nos concierne y nos convoca, y en palabras del ex bróker sudafricano Brett Scott (posiblemente el mayor defensor del dinero metálico en el mundo), y tras la publicación de su reciente libro: “Cloud Money”, en el que se afirma claramente y sin titubeos que los pagos con tarjeta le están comiendo poco a poco el terreno al dinero en efectivo; pues detrás de esa silenciosa transición hacia un mundo sin monedas ni billetes hay algo más que comodidad: el sistema financiero y las grandes tecnológicas buscan ampliar su cuota de poder.

Y es que para este antropólogo y activista financiero lo principal (y a estas alturas de la película) también pasaría por descartar las criptomonedas como contrapoder al mundo que ahora se está rediseñando a través de las mega corporaciones político-financieras y los estados vasallos afines, que dicho en lenguaje claro y transparente no rinden cuentas de sus actos y tropelías ante el pueblo, que tristemente aún piensa y cree que es soberano e independiente. Por eso, y en palabras de Scott, es “necesario defender el dinero efectivo para evitar que el capitalismo corporativo lo controle todo”, ya que controlar la infraestructura de pagos y la información sobre las transacciones es la última frontera que le queda aún por traspasar a las “Big Tech” para así poder dominar por completo todo el mundo.

Las monedas sociales son al final facilitadoras de orgullo, y también de soberanía al fomentar la emancipación de las sociedades

Apoyándose en la progresiva sustitución del dinero en efectivo estos que vienen a continuación son los cinco principales instrumentos que ya está empezando a usar la élite de banqueros mundialistas del Club Bilderberg, o las gestoras de fondos y corporaciones varias del estilo Blackrock y Vanguard (los que desean la sustitución del dinero en metálico), o las del por ejemplo, no menos Foro Económico Mundial para conseguir su ansiada Gran Crisis, a fin de así poder seguir incrementando su poder para al final instaurar y crear su Nuevo Orden Mundial, y su no menos Gobierno Mundial Único dirigido siempre por la élite bancaria desde sus mundialistas organizaciones creadas a la postre para tal fin y consumación.

Crean, por ejemplo, la inflación, para así poder expoliar los ahorros de los contribuyentes. Suben los tipos de interés, para así poder embargar viviendas, acciones y propiedades; quedándoselas luego los fondos de la élite que las comprarán a precio de saldo. Practican una subida exagerada de los bienes básicos de primera necesidad, para luego generar dependencia y mendicidad entre la sociedad: luz, gas, agua, gasolina, cesta de la compra, etc. Amenazan con el corte de suministro eléctrico, a fin de así poder arruinar a las grandes empresas industriales, y ello con la clara intención de que esta sea luego comprada a precio regalado a los fondos de inversión que más le compensa a la élite depredadora y deshumanizada. Provocan la supresión del suministro de materias primas básicas, como los chips provenientes de terceros países; sobre todo de la China mundialista. Etc.

Por lo tanto, y con el interés prioritario de no permitir que el dinero electrónico se instale en nuestras vidas, es por lo que es fundamental el que las monedas locales se puedan consolidar y afianzar con éxito en Cantabria, y en también más lugares que no desean ser anulados y absorbidos por la dictadura del dinero, que si cabe es aún más terrible que la política; pues la monetaria le dice a la cara a las personas “que no tendrán nada en un futuro, pero no por ello dejarán de ser felices”.

En consecuencia, y si al final este tipo de monedas locales se pueden fijar en Cantabria, en ellas habría que poner textos y escritos en cántabru, ya que es a través de estas monedas como, por ejemplo, se abordan los problemas sociales con iniciativas que luchan contra la exclusión social y las desigualdades, la autonomía personal y el empoderamiento cultural de las personas. Y es que las monedas sociales son al final facilitadoras de orgullo, y también de soberanía al fomentar la emancipación de las sociedades que así, y de esta forma, sí que pueden conseguir un dinero adicional a partir de lo que ellas mismas son capaces de hacer y de producir, generar y crear, además de que fomentan la relaciones entre las personas al hacer crecer en ellas una mayor autoestima, puesto que se sentirán de esta manera y con ello parte integrante de una comunidad, y también capaces de hacer cosas favorables en pro y en favor de una nueva sociedad y mundo, si cabe más justo y habitable.

Decía el fabulista francés Jean de la Fontaine que “el trabajo es el único capital que no está sujeto a quiebras”, circunstancia esta que los apasionados del control social y mental de los cuerpos detestan. Y es que la esencia de esta vida no consiste en hacer negocios, sino en cumplir un gran destino, aunque para algunas personas esto último no sea trascendental de ninguna de las maneras, pues, como bien diría Cayo Salustio (el historiador romano del siglo I a.C.) “solo unos pocos prefieren la libertad, la mayoría de los hombres no busca más que buenos amos”.

Iniciativas y medidas en favor de la creación de monedas locales y sociales, y a la postre alternativas, que tienen como fin último el retrasar, o mejor, el evitar la ruina económica planificada a la que nos han conducido los estados profundos y “modernos” de muchas naciones, desde que hace más de dos años surgiera “de repente”, y de una manera planificada (como ya se ha demostrado y se sabe), una supuesta “pandemia” o mejor, una pandemia que oficialmente comenzó con el Decreto del Estado de Alarma que los gobiernos de algunas naciones del mundo (como representantes de élites, grupos de presión, etc.) han presentado con el fin de así acabar y de recortar muchos de los derechos básicos y fundamentales que hasta hace bien poco han sido inviolables y nunca discutidos en las naciones antes quizá llamadas libres y democráticas, pero que al final han servido para obligar a que las personas permanezcan en sus hogares, privándolas, por ejemplo, a sencillamente poseer y tener derechos básicos, como lo es la atención médico sanitaria. A ello hay que sumar la implementación de medidas del tipo: Pasaporte Covid, Crédito Social por Puntos o DNI europeo, control biométrico de la sociedad, etc.

La sociedad no termina de ver y de comprender en su más amplio espectro que ha sido encerrada muy sibilinamente en una prisión cuyos muros son una ilusión

Por lo tanto, derribar esa quimera debe ser el primer paso para recuperar la Libertad. Carlos Castaneda (nacido en el primer cuarto de siglo XX), que era un doctor en antropología, al tiempo que también un escritor peruano solía decir a menudo que “El mundo que perciben las personas generalmente es una ilusión. Una ilusión creada por la descripción que les contaron desde el momento mismo en que nacieron”.

La sociedad no termina de ver y de comprender en su más amplio espectro que ha sido encerrada muy sibilinamente en una prisión cuyos muros son una ilusión, viviendo la gran mayoría alegremente con esa falsa sensación de seguridad (o falsa seguridad), y siendo incapaces de vislumbrar la verdadera dimensión de la realidad. Y esa realidad se llama miedo, y ellos (los controladores) que son expertos en regalar miedo para luego vendernos seguridad, lo que hacen es pagarnos con su mejor baza, que a la postre se traduce en una cada vez mayor falta de libertad. Por lo tanto, y como muy bien diría el maestro místico, escritor y compositor armenio de origen ruso, George Ivanovich Gurdjieff, “El hombre se ha convertido en un esclavo voluntario que ya no necesita cadenas. Él comienza a encariñarse con su esclavitud y hasta a estar orgulloso de ello; esto es lo más terrible que puede sucederle a un hombre”.

Muchas personas no son conscientes de ello, pero la supresión del dinero físico solo sirve a las élites mundialistas como excusa para poder incrementar y ampliar (aún si cabe todavía más) su bien surtida agenda globalista y anuladora de las libertades y el pensamiento libre y democrático, como, por ejemplo, hemos podido ver recientemente (finales de Septiembre de 2022) con las declaraciones que hizo la Primera Ministra de Nueva Zelanda (Jacinda Ardern) al solicitar y pedir en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la censura completa y total a escala mundial de aquellos discursos que pudieran ser considerados “políticamente incorrectos”; o dicho de una manera más entendible: contrarios a la versión que se considera que es la oficial y que dan por válida los Estados, y no los ciudadanos informados y/o no sujetos a los intereses de agendas ocultas o intereses varios y turbios.

En Pekín, por ejemplo, los vagabundos se cargan a diario un cartel con su código QR para recibir una ayuda que alguna persona le quiera dar, y que al ser descargada irá directa a una cuenta de banco, siempre controlada por omnipresente Partido Comunista Chino. Por no hablar del llamado “Pasaporte Covid”, que por ejemplo no es temporal, pues parece ser que ha llegado para quedarse definitivamente si no hacemos urgentemente algo antes para pararlo y anularlo, ya que mucha gente lo ha aceptado sin apenas tener tiempo siquiera para cuestionarse cuáles son sus ventajas y cuáles sus inconvenientes.

El Banco Central Europeo está en una fase aún muy embrionaria de la puesta en marcha del euro digital como alternativa al dinero físico

Y es que quizá demasiado a menudo las personas no son conocedoras de que los derechos básicos ya no pertenecerán nunca más al individuo, sino que por el contrario estarán sujetos al respeto del momento. O si lo preferimos, nos puede conducir muy fácilmente a la desaparición de la categoría de ciudadano que tiene los derechos y los deberes inherentes a una sociedad que se dice que es libre y democrática.

O un “Pasaporte Digital” que sin ir más lejos ya nos ha introducido en el sistema de crédito social que desde hace algunos años está vigente en China, y en por ejemplo otros países para cumplir estrictamente con todas las reglas (tengan éstas o no sentido), habiéndose creado para tal fin una tecnología y un marco legal que se puede implementar en cualquier momento y circunstancia; ya que desde hace unos meses (y sin ir más lejos) el eID (identificador digital electrónico) de la Comisión Europea está ya a punto de ser lanzado, y si no se remedia pronto ejecutado para su implantación y próximo desarrollo.

Por no hablar de que el Banco Central Europeo (BCE) está en una fase aún muy embrionaria de la puesta en marcha del euro digital como alternativa al dinero físico en un momento en el que los ciudadanos utilizan cada vez más medios de pago electrónicos en su día a día, y que en última instancia pretende y busca la desaparición total del dinero físico, lo cual es una auténtica aberración y barbaridad, pues nos puede conducir irremediablemente (y si no se hacen bien las cosas) a una sociedad total y completamente controlada y sumisa; como muy bien lo expone desde hace ya algunos años Vandana Shiva, la física india, al tiempo que también activista ecofeminista, filósofa y escritora, quien en sus conferencias y manifestaciones, escritos y actividades alerta de que “(…) Imponer la economía digital a través de una prohibición del dinero en efectivo es una forma de dictadura tecnológica, en manos de los multimillonarios del mundo”.

Y es que el camino hacia un nuevo orden mundial, o las 6 fases de la dictadura global, en su día dadas a conocer por Mike Yeadon, un científico que trabajó en su momento para Pfizer (el laboratorio líder a nivel mundial en el sector farmacéutico) nos recuerda claramente lo siguiente: “Nos acercamos a la fase 5 de la tiranía, que es la instauración del caos y la ley marcial (Noviembre de 2021-Marzo de 2022), y la mayoría de la gente sigue pensando que vamos a volver a la normalidad”. Y todo este estado de acontecimientos no dejan lugar para la duda cuando en el último punto (6) se habla claramente de que el dinero físico será sustituido por una billetera digital (“Imponer el monedero digital”), que hará que las personas dependan cien por cien del Sistema para poder así comprar, viajar, vender… y en definitiva, y si lo consentimos, para poder tener una vida para siempre condicionada y dependiente, inspeccionada y vigilada.

La sociedad cántabra tiene por lo tanto que recuperar el modelo de convivencia y de cuidado que tenemos de nuestros mayores

Santiago Niño Becerra, que es un conocido economista y divulgador español, ha publicado recientemente un libro titulado, “Futuro, ¿qué futuro? Claves para sobrevivir más allá de la pandemia”, y en el mismo básicamente nos alerta de que “(…) la clase media está dejando de ser necesaria”, pues las corporaciones ya son más poderosas que los mismos Estados. Pero nada de esto sucedería si las monedas locales fueran más activas y tuvieran un mayor protagonismo en la sociedad de este ya trepidante y no menos emocionante siglo XXI.

La sociedad cántabra tiene por lo tanto que recuperar el modelo de convivencia y de cuidado que tenemos de nuestros mayores, así como del gran patrimonio que poseemos, respondiendo de esta manera (y con un marco legal y alternativo al actual) a las dificultades que se nos pudieran presentar, creando para ello unas soluciones equilibradas y sanas ante el vigente futuro que se nos muestra y plantea como irremediable.

Y es que la actual situación político-económico-sociosanitaria que estamos viviendo nos ha dejado claro que hay poco que hacer en estas actuales, y a veces estructuras, desequilibradas y sin duda perturbadas sociedades que se nos presentan, ya que para poder “sacar la cabeza” lo único que tenemos que hacer previamente es volver (y de una manera inmediata) al modelo previo al acoso y a la manipulación institucional, reuniéndonos de nuevo en un círculo donde todas las personas en colaboración emprendan el camino de la nueva autogestión de sus vidas, patrimonios, emociones y realidades. Y si para ello es necesario y mejor emplear el cántabru, ello siempre será mucho mejor y preferible a una nueva neolengua o neotecnicismo que se nos quiera sugerir y luego al final imponer.

Muy ligado a la economía alternativa que representan las monedadas locales se encuentra el trueque, o si se prefiere, el intercambio de bienes

Muy ligado a la economía alternativa que representan las monedadas locales se encuentra el trueque, o si se prefiere, el intercambio de bienes, sin más. Por eso nada mejor que recordar ahora lo que en su día decía no hace mucho el masón Mayer Amschel Bauer Rothschild cuando convencido no se ruborizaba al afirmar: “Dadme el control del suministro de dinero de una nación y no me importará quién haga sus leyes”.

Lo que quiere decir esta frase es que las leyes de una nación no tienen relevancia frente al control sobre el flujo del dinero y el capital. Y no es casual que haya sido alguien dentro de la industria bancaria el que lo dijo, y ciertamente esto es la verdad. En general, y en la mayor parte del mundo, los bancos harán lo que quieran mientras mantengan un control férreo sobre el dinero. El resto de la legislación no es relevante o importante para ellos, siendo por lo tanto el dinero tan crucial para todo lo demás y sus verdaderos fines.

Si a esto le sumamos que en el mundo de hoy existen personas que viven de no trabajar y de la usura que provocan las imposiciones del Banco Central de Reserva Fraccionaria y el Sistema de dinero-deuda o fiduciario, creando así el capitalismo-comunista más salvaje que es el de que a pesar de que no te van a dejar nada, al final los seres humanos mediatizados y anulados se ven obligados a tener que devolver monetizada una deuda de un dinero que no existe (y nunca ha existido, ni tampoco va a existir) o bien es puro y simple fraude; entonces nos encontramos con que la estafa es ya mega mayúscula y a todas luces escandalosamente fraudulenta hasta cuotas que son difícilmente imaginables y comprensibles.

A día de hoy el concepto que a nivel global se tiene del término “interés” es pernicioso, y hasta harto temerario

Llegados hasta aquí nos encontramos con que al final lo principal es deformar la cultura (donde entra la lengua propia del lugar que se pretende sojuzgar) para olvidar así y de esta manea la Historia, creando de esta manera seres sin memoria, o no humanos en valores (hay ya quien les llama transhumanos), o sin inquietudes más allá de las metas establecidas como correctas, de las cuales luego se nutren las entrañas de este Sistema que permite que los que dicen tener, prestan lo que ni tienen a algunos que necesitan que les presten, porque a otros, aunque lo necesiten, no les prestan o les dejen de prestar cuando convenga.

Y es que a día de hoy el concepto que a nivel global se tiene del término “interés” es pernicioso, y hasta harto temerario, ya que se presta (los bancos) en función y en la capacidad que cada cual (los estados monotorizados y dependientes) tenga de crear y monetizar la deuda prestada, que de esta manera permanece por siempre y eternamente en un estado continuado de mentira aceptada y “fijo, computable”.

Según Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial (FEM), el objetivo de la Cuarta Revolución Industrial es cambiar lo que significa el término “ser humano”, para así poder fusionar al hombre con la máquina. En resumen, y aunque no se utilice el término “transhumanismo”, es exactamente esto hacia donde la cábala global pretende llevarnos; si es que ello antes no lo evitamos con nuestra participación y acciones decididas y empoderadas hacia una realidad diferente y a todas luces discrepante. O como diría el filósofo griego Heráclito de Éfeso allá por el siglo V a.C.: “Debemos darnos cuenta de que la guerra es universal y la lucha es justicia, y que todas las cosas vienen al mundo y desaparecen a través de la lucha”.

En Noviembre de 2019, y en una entrevista en la CNN2, el profesor de historia y autor de bestsellers Yuval Noah Harari (discípulo de Klaus Schwab) advirtió que “los humanos son ahora animales jaqueables”, es decir, que ahora existe la tecnología por la que una empresa o un gobierno puede conocer mejor a una persona que incluso ella misma, y eso, si se usa mal, puede ser muy peligroso y de predicciones difícilmente asumibles e imaginables.

Predijo también que los algoritmos (algunos de los cuales se pueden perfectamente utilizar para falsificar elecciones) se utilizarán cada vez más para tomar decisiones que históricamente han sido priorizadas por los humanos, ya sea por uno mismo o por otra persona, como, por ejemplo, si te contratarán o no para un determinado puesto de trabajo, si te concederán o no un préstamo para una casa, qué plan de estudios seguirás, e incluso, con quién te podrás casar o con quien no.

Esta situación es terrible, pero puede ser corregida, o a lo mejor en parte solucionada, si se practica el trueque, o bien este se incrementa entre la ciudadanía y el pueblo que no se ve así abocado a tener que pedir para poder vivir y/o subsistir. Trueque que no es sino, y como sabemos, la acción de dar una cosa y recibir otra a cambio, especialmente cuando se trata de un intercambio de productos sin que intervenga para ello el dinero.

Si a esta filosofía y acción y dar y recibir le sumamos la posibilidad de hacer estas “transacciones” empleando para ello el cántabru, es seguro que con ello habremos dado un paso muy importante a la hora de poder visibilizar más nuestra lengua fuera del circuito establecido por el Sistema como “correcto” y/o “adecuado”.

La filosofía de estos últimos apartados quizá pueda encontrar en Apurri una buena expresión o encaminamiento de por dónde pueden ir las señales que indiquen que usar el cántabru y difundirlo es siempre posible y una buena solución, si para ello empleamos con interés nuestra lengua en todas y en cuantas situaciones esto es posible. Apurri, creado en la Primavera de 2020, es una iniciativa de la Red Cántabra de Apoyo Mutuo para canalizar las necesidades y ofrecimientos de bienes que recibe a diario. Esta palabra proviene del verbo cántabro: “apurrir”, que refiere a la acción de acercar-pasar algo, una persona a la otra.

Me gustaría cerrar este artículo con una cita del Cantar del Mio Cid que dice así: “Cuando se pase la noche y ya venga la mañana, tenedme bien preparados los caballos y las armas, entonces iremos todos a atacar a su mesnada. Hombres desterrados somos, y en tierra extraña estamos, pero en la lucha se ha de ver quién merece la soldada”.

Dinero electrónico, monedas locales y trueque
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