jueves. 25.04.2024

Algunas lenguas muertas que ahora están muy vivas

El tesón y el empeño de algunos pueblos por recuperar su lengua nacional es, y de hecho ha sido, el camino que ciertas comunidades han empleado a la hora de poder rescatar e impulsar a una lengua que ya estaba casi extinta. Y es que las políticas gubernamentales y el interés por recuperar la herencia cultural también hace que se revitalicen idiomas que estaban condenados al olvido.

Se llama lengua muerta o lengua extinta a una lengua que no es la lengua materna de ningún individuo, y por lo tanto, tampoco se usa en ninguna comunidad natural de hablantes. A este respecto existen tres procesos principales por el cual una lengua muere: La sustitución lingüística o cambio de lengua. La evolución lingüística o cambio lingüístico. La desaparición de los hablantes por violencia, guerras o epidemias: históricamente se ha dado con mucha menos frecuencia que las otras dos.

Algunas lenguas muertas continúan en ciertos usos, como segunda lengua, lengua clásica o lengua litúrgica; aunque la lengua ya no sea adquirida por nadie como lengua materna. Aún en esos casos la lengua no sigue el camino normal de evolución y desarrollo que ocurre a lo largo del tiempo con y en las lenguas vivas.

El término extinción lingüística se reserva generalmente para describir el proceso de sustitución lingüística por el cual una lengua puede llegar a perder todos sus hablantes. Sin embargo, el tesón y el empeño de algunos pueblos por recuperar su lengua nacional es, y de hecho ha sido, el camino que ciertas comunidades han empleado a la hora de poder rescatar e impulsar a una lengua que ya estaba casi extinta. Y es que las políticas gubernamentales y el interés por recuperar la herencia cultural también hace que se revitalicen idiomas que estaban condenados al olvido.

“No está muy claro qué parámetros fijos determinan cuándo una lengua desaparece pero suele ser cuando muere el penúltimo hablante"

Para Aitor García Moreno, investigador del Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y de Oriente Próximo, “no está muy claro qué parámetros fijos determinan cuándo una lengua desaparece pero suele ser cuando muere el penúltimo hablante (criterio utilizado para componer el Atlas de las Lenguas en Peligro de la UNESCO) porque después ya no podrá haber conversaciones en ese idioma”.

La diferencia entre una lengua muerta, moribunda o resucitada es muy compleja. El proceso habitual para estas lenguas que están, a priori, condenadas a desaparecer es que se extingan en las dos próximas generaciones por el avance imparable de las mayoritarias que inevitablemente “llegan a las nuevas generaciones a través de la escolarización. No debemos olvidar que gran parte de los usuarios de los idiomas minoritarios son analfabetos”, explican desde la UNESCO. Pero, también asistimos al proceso inverso: el de los nietos que se interesan por conocer la que fue la lengua de sus mayores.

Estos son solo algunos ejemplos de la resurrección de idiomas que antaño no eran usados, o bien ya apenas tenían hablantes cuando fueron rescatados:

LIVON:

Los livonios (o livos) son hoy un pequeño grupo étnico que habita en la parte más Occidental de Letonia, sin embargo, antaño fueron un importante pueblo que ocupó alguna vez el área habitada por los livonios, viniendo a designar en la Edad Media a un territorio mucho más extenso (Terra Mariana) que el actual controlado por la Orden de Livonia: en las costas orientales del mar Báltico, y en las hoy actuales Letonia y Estonia.

Sus fronteras eran el Golfo de Riga y el Golfo de Finlandia, en el Noreste; el Lago Peipus y Rusia, en el Este; y Lituania, al Sur. Es decir, la actual Letonia y más territorios adyacentes. Desde el siglo XII Livonia ha sido ocupada sistemáticamente por daneses, alemanes, suecos, lituanos, polacos, rusos, etc.

De escritura latina, la lengua livonnia tuvo hasta el año 2013 (y en la persona de Grizelda Kristiņa) a la última hablante de esta lengua de la familia urálico-ugrofinesa. Para la UNESCO, la última persona cuyo primer idioma fue el livón fue Viktor Berthold, quien murió en 2009 en Letonia. Otras referencias también discuten que le sobrevivieron algunos otros, como es el caso de Grizelda Kristiņa, familiar de Berthold; quien moriría en Canadá en 2013.

Los parientes lingüísticos más cercanos del livonio son el estonio, el finlandés y el carelio

El alfabeto livonio es una mezcla entre el letón y el estonio, y de hecho, se asemeja más al estonio y al finés que al letón. Esta lengua perteneciente a la rama balto-fínica de las lenguas urálicas (o si lo preferimos, a la rama finesa del grupo de lenguas fino-ugrias), siendo uno de los pocos idiomas no indoeuropeos de Europa. Por lo tanto, los parientes lingüísticos más cercanos del livonio son el estonio, el finlandés y el carelio. Los más distantes incluyen al sami, al húngaro, al mordvino y a otros idiomas urálicos.

Este idioma (hablado hoy al Este del Golfo de Riga), y de acuerdo con el Instituto Livonés, en la actualidad lo hablan fluidamente en torno a 90 personas; por lo que se puede decir claramente que la lengua vuelve de nuevo a reverdecer en esta parte de Europa. Y así, el número de personas que entienden parte o logran entenderse “a duras penas” sobrepasan ya con creces las 300. En la actualidad el número de personas que se pueden comunicar en este idioma está aumentando rápidamente, como ciertamente nos informa el portal de cultura, idioma e historia de Livonia; que es desarrollado y mantenido por Līvõ Kultūr sidām (Centro de Cultura Livona).

Otras organizaciones livonas importantes son: la Unión Livoniana (Līvõd Īt), surgida el 2 de Abril de 1923 en Mazirbe (Norte de Dundagas Novads), teniendo entre sus objetivos principales en sus estatutos: “(…) el mantener viva la lengua livonia, difundir el conocimiento y el aprendizaje entre los livonios, para así ayudar a mejorar su vida económica y social de su pueblo”. Y la Sociedad Internacional de Amigos de Livonia (Liiviläisten ystävät ry).

En la antigüedad, el livonio se hablaba en gran parte de la Letonia actual: en el Norte de Kurzeme, en las regiones del Bajo Daugava y Gauja, en el Noroeste de Vidzeme, y también, en cierta medida, en áreas directamente al otro lado de la frontera con Estonia. Asimilando poco a poco por los letones, el área donde se hablaba el livonio disminuye drásticamente a mediados del siglo XIX, cuando entonces ya solo se podía escuchar en el Norte de Vidzeme y Kurzeme. Por esta razón es costumbre distinguir los dialectos de vidzeme y kurzeme de Livonia.

Tras haber sufrido la lógica y normal estandarización propia de los idiomas que desean ser recuperados, el livonio moderno está formado por el dialecto kurzeme (que se habló originalmente en los pueblos pesqueros de Livonia a lo largo de la costa Norte de Kurzeme), el cual tiene dos dialectos principales propios: los dialectos Occidental y el Oriental (que están divididos por el río Irbe) y el lielirbe (ubicado en la desembocadura del río Irbe, donde se hablaba el dialecto Occidental incorporando ciertas características propias Orientales). Por lo tanto, a veces el idioma de esta aldea se llama dialecto medio o transicional. El dialecto Oriental de Kurzeme es en la actualidad la base del lenguaje literario moderno de Livonia.

Al ser una lengua principalmente de transmisión oral, no se tienen constancias de que haya sido escrita antes del siglo XIX, utilizando normalmente hoy los livonios el letón como lengua escrita y para la común habitual. En el año 2005 murió Eduard Vääri, el primer filólogo e investigador de la lengua de Livonia.

Esta circunstancia no se produce de igual manera con el ruso, que pese a ser la segunda lengua nacional del país (aproximadamente el 35,2% de la población lo tiene como lengua materna), al ser considerada como una “lengua extranjera”, en la actualidad este idioma no goza de ningún tipo de protección especial; y simplemente entra a formas parte de la categoría de lenguas no oficiales del país.

El resto de idiomas de Letonia son considerados como “extranjeros” (alemán, polaco, estonio…) a efectos legales, con la única excepción del livonio. De hecho, y a pesar del ingreso de Letonia en la Unión Europea, la política lingüística letona sigue siendo una de las más severas y restrictivas del continente a la hora de reconocer lenguas extranjeras en cualquiera de sus modalidades.

La gran mayoría del país piensa que si esta nación (de aproximadamente 2 millones de personas) legalizara de nuevo el ruso como lengua nacional (como así fue durante el periodo soviético), es muy probable que en apenas 30-40 años el letón podría ser de nuevo un idioma minoritario en su propio espacio, debido al empuje lingüístico que posee el ruso; y que se basa en su mayor natalidad con respecto a los pueblos del Báltico.

Por lo que respecta al livonio, y desde 2009, Letonia reconoce al livonio como parte integrante de su cultura tradicional al afirmar que: “El Estado asegura la preservación, la salvaguarda y el desarrollo del livón como lengua indígena (autóctona)”, señala el artículo 4 de la ley letona al respecto de la lengua estatal. Si bien fue mucho tiempo antes (1991) cuando el Gobierno letón reconoció a los livonios como una nación indígena de Letonia, y la salvaguarda de su identidad nacional y el medio ambiente de su región natal histórica, como las responsabilidades asumibles y de obligado cumplimiento por parte del actual Estado letón.

La bandera de Livonia es verde, blanca, azul, y sus proporciones son las mismas que las de la bandera de Letonia. Esta bandera se hizó por primera vez el 18 de Noviembre de 1923, en la residencia del sacerdote de la parroquia de Mazirbe. Al principio era la bandera de la recién establecida Unión Livoniana, pero con el tiempo pasó a ser considera como la bandera de todos los livonios.

HEBREO:

Hace 160 años que nació el hombre responsable del renacimiento de la lengua de los judíos, antiguamente reservada a contextos religiosos. Este hombre llamado Eliezer Ben-Yehuda, nunca vería la creación del Estado de Israel.

La resurrección de la lengua hebrea se debe a la persistencia y al empeño de Eliezer Ben-Yehuda (el padre del hebreo moderno, nacido en la hoy Bielorrusia en 1858) quien a su vez se lo enseñó a su hijo: Ben-Zion Ben Yehuda. Él sería el primer hablante nativo de hebreo moderno, el primero de los muchos millones que hoy lo hablan en el mundo: en torno a 8 millones en Israel.

El lema que le acompañó toda su vida fue: “¡Hebreo habla hebreo!”. Antes de emigrar a Palestina en 1881 (entonces parte del Imperio Otomano), ya había entrado en contacto con el hebreo bíblico y talmúdico en sus estudios en la yeshiva: centro de estudios de la Torá y del Talmud generalmente dirigida a varones en el judaísmo ortodoxo.

Fueron sus estudios universitarios en París de historia y política del Medio Oriente, los que le llevaron al convencimiento de que el hebreo utilizado de forma oral y fuera de sus usos religiosos, podía convertirse en un vehículo para la cohesión social y cultural de la nación judía; una aspiración del ideal sionista del que Eliezer ya se había empapado. Ya en Argel (Argelia) pudo comprobar como los judíos del Norte de África se manejaban en hebreo (cada uno con sus dialectos diferentes y diferenciados) en su día a día.

Con todos estos elementos y conocimientos llegó a Palestina convencido de que la resurrección del hebreo y su normalización era el camino para consolidar la construcción de la nación. Un elemento fundamental para una sociedad formada por comunidades llegadas de muchas partes del mundo, con sus dialectos y formas de hablar autóctonas, e incluso muy dispares los unos de los otros.

Cuando Eliezer Ben-Yehuda llegó a Palestina en 1881, el hebreo no era el lenguaje hablado por el pueblo judío desde la época de la Biblia. Sin embargo, gracias a Ben-Yehuda, en 1922 (año de su muerte en Jerusalén) ya había tantos pioneros judíos hablando hebreo moderno que las autoridades del Mandato Británico lo reconocieron como el idioma oficial de los judíos en Palestina.

Ben-Yehuda concibió la construcción de la nación judía desde dos aspectos: el regreso a la patria histórica en la Tierra de Israel, y el renacimiento de la lengua hebrea. Para lograr esto último, Ben-Yehuda necesitaba lograr una hazaña casi imposible: transformar el hebreo (que durante siglos se había utilizado solo en el estudio religioso) en un lenguaje moderno hablado en cualquier ámbito.

Ben-Yehuda nunca vio la creación del Estado de Israel, pues falleció solo un mes después de que las autoridades británicas declararon que el hebreo era el idioma oficial de los judíos de Palestina. Sin embargo, su sueño del renacimiento de la nación de Israel en su propia tierra (hablando su propio idioma) se llevó a cabo. Y además, sus esfuerzos se encuentran entre los grandes renacimientos lingüísticos de la historia de la humanidad.

NUBIO:

Lejos de sus tierras, los nubios resucitan su lengua en el Sur de Egipto y en el Norte de Sudán, asentándose su población a lo largo del Valle del Nilo, entre la primera y la sexta Catarata del Nilo. Y esto es así porque sucedió que en los años de 1960, las tierras de la antigua Nubia quedaron sumergidas en gran parte por las aguas del Lago Nasser, nacido de la construcción de la Alta Presa de Asuán: un proyecto monumental lanzado por el presidente Gamal Abdel Nasser e inaugurado en 1971.

Cuando se construyó la represa, varias decenas de miles de personas (según las asociaciones de aquella época o una parte importante de la población nubia de aquel entonces), tuvieron que irse de las orillas fértiles del Nilo hacia el campo árido del Sur o hacia las grandes ciudades, e integrarse progresivamente en la cultura árabe dominante; adoptando así los nubios la lengua extranjera.

En la antigüedad, Nubia fue un reino independiente, sin embargo, hoy en día esta colectividad vive una profunda y desesperada marginación. En Egipto son entre tres y cuatro millones de los más de 100 millones de personas que habitan el país de los faraones. En Sudán son aproximadamente 2 millones de personas de los casi 40 millones, y el Gobierno islamista de Jartum ni tan siquiera les reconoce el estatus como pueblo diferenciado.

Hoy en día los africanos de ascendencia nubia viven principalmente en el Sur de Egipto, especialmente en la zona de Luxor y Asuán, así como en el Norte de Sudán (sobre todo en la región entre la ciudad de Wadi Halfa), en la frontera egipcio-sudanesa, y al Dabbah. Además, varios grupos conocidos como los nubios de las colinas viven en el Norte de las montes Nuba en el estado de Kordofán del Sur, Sudán. Los principales grupos nubios de Norte a Sur son los kenzi, faadicha (halfawi), sukkot, jaaliníes, shaigiya, mahas y danagla.

La lengua se ha transmitido por vía oral, transcribiéndose actualmente (principalmente) en un alfabeto de 24 letras cercano al griego

En Egipto, aunque los planes de estudios incluyen lenguas extranjeras, el nubio y el bereber, minoritarios, no se enseñan en los colegios de Egipto. La lengua nubia, cuyos orígenes se remontan a miles de años atrás, estaba presente en Egipto en dos dialectos muy diferentes entre sí. Y tanto en Egipto como en Sudán, la lengua se ha transmitido por vía oral, transcribiéndose actualmente (principalmente) en un alfabeto de 24 letras cercano al griego, y desarrollado por un equipo de investigadores en los años de 1990.

Como ejemplo de su profunda y extravagante rareza lingüística, el nubio se usó como código militar en el ejército egipcio durante la guerra de 1973 contra Israel.

Del antiguo nubio se conservan centenares de páginas de documentos, la mayoría son textos religiosos cristianos, escritos en una variante uncial de alfabeto griego, ampliado con tres signos del alfabeto copto y otros tres signos propios del antiguo nubio; aparentemente derivados de la escritura meroítica. Estos documentos escritos entre los siglos VIII y XV reflejan una lengua que parece ser la antecesora del moderno nobiin. Nobiin es la forma genitiva de Nòòbíí y literalmente significa: de los nubios. Otro término usado es “noban tamen”, que significa: la lengua nubia.

Hoy el nubio se rescata a través de las diferentes aplicaciones móviles. Por ejemplo, y desde el año 2017, el programador Momen Talush lo hace a través de la aplicación móvil Nubi para aprender los dos dialectos nubios. Con 3.000 usuarios habituales y descargada más de 20.000 veces, la aplicación propone aprender con juegos, canciones y proverbios transcritos al alfabeto nubio moderno y traducidos al árabe.

En Sudán la situación es aún más compleja, pues existen más de 600 tribus que hablan unas 400 lenguas y dialectos diferentes, al tiempo que posee dos principales grupos culturales (los afro-árabes, aunque también algunos árabes egipcios, no negroides) y los africanos negros no árabes (con cientos de divisiones étnicas y tribales, así como grupos lingüísticos diferentes), lo que hace que la colaboración efectiva entre ellos sea un problema grave.

Fuera de la capital (Jartum, 8 millones de habitantes), no hay el menor signo de industria, ni tampoco de infraestructura moderna. La gente es muy pobre y la gran mayoría llevan una vida de autosuficiencia. La leche en polvo, por ejemplo, es uno de los alimentos básicos para las familias sudanesas. Invertir en estas condiciones en poder rescatar la lengua de los nubios resulta hoy por hoy una tarea de titanes difícil de imaginar.

Los nubios, una de las etnias más antiguas jamás conocidas de toda África, tienen una larga historia que se remonta a la época de la dinastía egipcia, que gobernaron gran parte de Egipto durante el siglo VIII A.C., poseyendo ciertas diferencias culturales (identificadas en su literatura, música y poesía), al tiempo que hablan su propia lengua; que aunque parezca difícil de imaginar es una lengua que no está escrita.

Para el investigador Husein Kobbara, de 64 años, esto es “claramente una marginación cultural” de los nubios a ambos lados de la frontera, pues según afirma: “Esto debilita nuestra identidad”, añade el profesor, de origen nubio. Es por esto por lo que en los últimos años la comunidad nubia ha decidido recuperar su patrimonio lingüístico recurriendo a las nuevas tecnologías.

Es así como las personas más preparadas tecnológicamente se dedican a recorrer la región y a grabar a los nubios ancianos que se dedican a contar las costumbres y las leyendas de sus antiguas aldeas. Desde hace unos meses existe una iniciativa titulada: Komma Waidi (“Cuentos de antaño”, en nubio), que se propone documentar una tradición oral de historias y fábulas; con el objetivo final de poder plasmarlas éstas en alfabeto escrito para que la lengua así no se pierda.

En algunos de los vídeos que se muestran (algunos de ellos disponibles en las redes sociales) una anciana baña a un recién nacido en el Nilo siete días después del nacimiento para bendecirlo y protegerlo, según un viejo ritual de bautismo nubio.

La historia reciente de los nubios está marcada por sucesivas olas de desplazamientos de la población, ya que las distintas etapas de la construcción de la antigua represa (1902, 1912, 1933), construida bajo el protectorado británico a finales del siglo XIX, dieron lugar a las primeras evacuaciones que culminaron finalmente con la construcción de la Alta Presa de Asuán en los años 1960.

En 2017, varias sentadas y marchas para facilitar el regreso de los nubios al Sur del país desembocaron en la detención de varias decenas de manifestantes. En el año 2019, el Gobierno anunció medidas parciales de compensación que prevén indemnizaciones financieras o la entrega de viviendas sociales a varios miles de nubios. Sin embargo, para los militantes de la causa nubia estas acciones no son suficientes para poder reemplazar su derecho al retorno.

Para la empresaria nubia, Hafsa Amberkab: “Siempre será nuestro sueño y debemos mantener nuestra lengua viva hasta que podamos reinstalarnos en nuestra tierra. De lo contrario será un regreso sin alma”.
 

Algunas lenguas muertas que ahora están muy vivas
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