sábado. 20.04.2024

Altamira es cultura

En su momento querían imponer el dinero por encima del mantenimiento de tan preciado bien histórico, y ahora pretenden que la visita a la Altamira original sea cosa de `suertudos´ y de ricos.

Estos días he leído con gran estupor como el consejero Francisco Martín planteaba la idea de realizar una subasta de entradas para poder visitar la cueva de Altamira, la original. Una idea que el Gobierno de Cantabria propondrá al patronato.

Me apena profundamente tener que volver a escribir sobre Altamira. Primero se intentó predominar el negocio, por encima de la responsabilidad y la cultura. Aún recuerdo cómo se hablaba de reabrir Altamira por ser un negocio y un activo a explotar. Y cómo otros defendíamos la responsabilidad de preservar el gran patrimonio que suponen las singulares grabaciones pictóricas de Santillana del Mar, para que durasen miles de años más. Los que buscaban el negocio hacían oídos sordos a los expertos que desaconsejaban volver abrir las puertas de una cueva que es Patrimonio de la Humanidad.

Aquella discusión se superó, o mejor dicho, se metió debajo de la alfombra, estableciendo unas visitas experimentales –que ya no son experimentales- de un bajo número de visitantes elegidos al azar. Entonces los que pedían rentabilidad debieron de pensar que más vale pájaro en mano que ciento volando, y con aquello se conformaron. Ya que esperaban un gran repunte en las visitas a la “neocueva”. Un repunte que parece que no ha existido. En el 2015 el número de visitantes fue de 255.679 visitantes, una cifra muy parecida a las 245.473 del 2014 –año de reapertura de la cueva-. Pero estas cifras suponen un repunte de poco menos de 20.000 visitantes con respecto a los años en los que la cueva original estaba totalmente cerrada.

Por lo tanto los que pedían negocio vuelven a rabiar. En su momento querían imponer el dinero por encima del mantenimiento de tan preciado bien histórico, y ahora pretenden que la visita a la Altamira original sea cosa de `suertudos´ y de ricos.

La cultura es un bien que debe ser accesible para todos, y el gobierno regionalista y socialista pretende que no sea así. La sociedad en general, y la cántabra en particular no podemos tolerar que el acceso a la cueva de Altamira sea un derecho para los ricos y poderosos. El acceso “VIP” a la denominada Capilla Sixtina del Arte Rupestre supone sin ningún tipo de dudas un gran retroceso en la sociedad, y es que parecía que ya estaba superado el “la cultura para quien pueda pagársela” pero por lo visto  un gobierno que se hace llamar “social” quiere que no sea así. En definitiva los cántabros de “a pie” podremos entrar a Altamira si nos toca la quiniela, si no veremos desde el otro lado de la acera como los ricos pueden disfrutar de la cultura.

Altamira es cultura
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