domingo. 28.04.2024

El día 11 del corriente dos números gemelos atravesaron como flechas la bruma plomiza, viento negro de aquel tiempo en que maldecíamos las malas noticias y escribíamos desde el esófago. Pasajes de periodismo a la vera de cualquier texto derramado. Agitado, no revuelto. Todo en una nebulosa gris, recuerdos de treinta años atrás: Pindado ha muerto, el comunicante no acertó a decir nada más. Colgué y anduve en un espacio y tiempo indeterminados de acá para allá, sin saber adónde iba, en un flashback intenso, interruptus, de momentos vividos: en la tele, en la radio, frente a un libro o un periódico en aquellas tardes de mesa, mantel y sobremesa, cuando desmembrábamos página a página la crítica de la razón pura. Me eligió para presentar  ‘Perfiles de amistad’, su último libro. Y con la amistad, y una lágrima a pie de página, me quedo.

Recuerdo como si fuera ahora aquel día que me llamó Jesús Pindado para formar parte de la mesa de debate en el programa que presentaba y dirigía en Tú Televisión. Sería en 2008 o quizá 2009. Casi tres lustros después me requirió para copresentar 'Perfiles de amistad' en Librería Gil. Me asalta la memoria ahora que Jesús acaba de dejarnos y recuerdo cómo era capaz de hablar con propiedad mucho tiempo, sin perder jamás el hilo, en ausencia de cualquier guión.

Tuvo y retuvo el don de la palabra y no he conocido a nadie que describiera mejor a las personas, en lo bueno y en lo malo, con esa precisión muy culta del cirujano periodista que lleva muchos años surfeando el oficio. "Te lo cambio por tu eficacia", me dijo en una ocasión a los postres de una de esas comidas que celebrábamos con amigos por gentileza de Chez Mariano. Naturalmente le dije que no, porque saldría perdiendo (él).

Hizo crónicas para El Faro de eventos sociales en Cantabria que para sí quisieran las mejores secciones de sociedad, y entrevistas dignas de cualquier rotativo de relumbrón. Yo se lo hacía ver o eso intentaba, porque, tras restarle importancia, procedía a interesarse por las metáforas futbolísticas o musicales aplicadas a la crítica política, muy del gusto del que esto escribe pero sin ninguna trascendencia al margen de una mera licencia, en lo cual tampoco estuvo de acuerdo. Le precisé: es como si Paco de Lucía tratara de investigar en las cuerdas de Eddie Van Halen. Le encantó la simbiosis metafórica.

En la muerte de un amigo, Jesús Pindado Uslé, que me dedicó con gran cariño aquel libro y me honró señalándome para su presentación, no me conmueven tanto el lamento y la tristeza como la pérdida de su talento, y me asaltan a borbotones las letras del periodismo de antaño, la voz del presentador, la pluma del escritor. Y unos versos sueltos escritos por él a cincel en una mesa de Solares: escribe desde el corazón y nunca desde las tripas, aunque en ocasiones, también en la comunicación, haya que hacer de tripas corazón. Confieso, y me lo imputo, que no siempre he podido seguir su consejo.

Buen viaje, camarada de palabra y tinta. Hasta siempre: letras tiesas, goles por la escuadra y rock del duro. Como te dije, no pienso abandonar el infierno del periodismo crítico. Sé que estás de acuerdo.

Jesús Pindado in memoriam
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