viernes. 29.03.2024

El verano es la época tradicional de las fiestas patronales. Durante los meses de junio, julio y agosto prácticamente todos los municipios de España, y de Cantabria en particular, celebran varios días en los que la música, el color, la diversión y las actividades en la calle son los protagonistas. Unos días en los que la estampa habitual es la de miles de personas en las calles abrazándose, riendo, disfrutando juntos hasta altas horas de la noche. Pero todo eso ha desaparecido este año. El estado de alarma decretado por la crisis del coronavirus y, sobre todo, la incertidumbre ante la evolución de la pandemia, ha llevado a muchos ayuntamientos a cancelar sus fiestas. Pero no a todos.

Santander es una llamativa excepción en este panorama de confinamiento en el que vive España. El equipo de gobierno formado por PP y Cs ha decidido, por el momento, no tocar la Semana Grande, que se celebrará del 24 de julio al 2 de agosto. No solo eso, sino que trabajan en diferentes escenarios por si tuvieran que adaptar una fiesta en la que miles de personas se juntan en espacios tan acotados como la Plaza del Ayuntamiento para disfrutar de las casetas (además de otros rincones aún más pequeños de la ciudad), la Plaza Porticada para disfrutar de los conciertos gratuitos, la Plaza de Toros para la Feria de Santiago o, la que es la joya de la corona, la Campa de La Magdalena para los conciertos.

La decisión del Ayuntamiento liderado por Gema Igual contrasta mucho, muchísimo, con las tomadas por otros consistorios, que en todo momento han apelado a la responsabilidad con sus ciudadanos para suspender o posponer sin fecha definida sus actos. El caso más contundente, sin duda, es el de Piélagos, que ha decidido suspender todos sus actos de ocio y deportivos de este 2020, destinando ese dinero a afrontar la crisis económica que ya está dejando el coronavirus. Otros, como el festival Música en Grande de Torrelavega (hay que recordar que este evento se organizaba en Santander hasta hace muy pocos años), se han retrasado. En el caso de los conciertos de la capital del Besaya, pasan del mes de julio –del 2 al 5- a mediados de septiembre.

Los casos son muy dispares, pero todos coinciden en la cancelación o aplazamiento como medida preventiva. Las fiestas de San Antonio de Muriedas (Camargo), por ejemplo, se han visto igualmente afectadas por estas decisiones. Y no es algo exclusivo de Cantabria. Sin ir más lejos, Madrid suspendía ayer todas las fiestas populares entre mayo y octubre. También los sanfermines de Pamplona se han visto cancelados, igual que la Tomatina de Buñol, que estaba prevista para el último miércoles de agosto. El mismo camino han seguido las ferias de San Juan de Badajoz, Soria o Alicante –este último las celebrará en septiembre-, entre otros.

Pero el equipo de gobierno de Santander prefiere mantenerse en su ruta ya definida, pendiente eso sí de las decisiones del Gobierno de Cantabria. Ya lo adelantaba el pasado 22 de abril el portavoz del ejecutivo municipal, Javier Ceruti, quien apuntaba que no se ha tomado “ninguna decisión” sobre una posible modificación o cancelación, señalando que “lo ideal” es que se pudiera celebrar “con cierta normalidad”.

Más concreta ha sido la concejala de Dinamización Social, Inmigración y Cooperación al Desarrollo, Lorena Gutiérrez, quien en su perfil de Facebook ha explicado que, ante las preguntas de mucha gente, “estoy en disposición de decir que seguimos adelante con los planes previstos”, es decir, manteniendo la Semana Grande y su organización.

Eso sí, “siempre con prudencia y preparados para cualquier escenario posible”. Aunque no detalla esos escenarios, sí asegura Gutiérrez que tienen varios planes que dependerán de las indicaciones del Gobierno. Y si bien no ha aclarado en qué consisten dichos planes, en el actual escenario en el que nos encontramos parece improbable que puedan mantener los eventos tal y como están previstos; eso si no se contempla la cancelación de alguno, como está ocurriendo en toda España. “Mi deseo es ver nuestras calles llenas y que disfrutemos a lo grande”, ha expresado la concejala, para quien en estos momentos “lo que más me importa es la salud y el bienestar de los santanderinos”.

La actitud del equipo de gobierno contrasta mucho con lo que solicitan otros partidos políticos de la capital cántabra, entre ellos Unidas Podemos o la formación ultraderechista Vox, en la que se apoya habitualmente el bipartito PP-Cs para poder gobernar y sacar adelante sus propuestas en los plenos municipales. Dichas formaciones han solicitado la suspensión de las fiestas patronales y que el dinero que se iba a destinar a eso vaya a parar a ayudar en la crisis que vivirá la ciudad tras el estado de alarma, algo que ya se ha empezado a hacer en muchos otros municipios.

Santander no suspende de momento la Semana Grande
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