Santander lleva años vendiéndose como un lugar paradisíaco. Enclave inmejorable, playas de ensueño, edificios históricos... En suma, un espacio donde conviven la tradición y la modernidad en completa armonía.
Esta situacion contrasta con las continuas denuncias de los vecinos que realmente viven en Santander y que se encuentran con situaciones tan 'kafkianas' como la que refleja la fotografía de esta noticia que, una vez más, tendrá un resultado que se augura nefasto. Esta vez el lugar elegido ha sido la céntrica calle de San Luis, cerca de la Plaza de Numancia, en pleno corazón de la ciudad. Un lugar que el Ayuntamiento ha tenido a bien 'redecorar' con tres elementos que prometen intensificar la experiencia de este Santander que tanto se afanan en vender. Un espacio inigualable para descansar, mientras disfrutas del olor desprendido por dos contenedores y una papelera. El plan perfecto para cualquier vecino o visitante que se precie, siempre y cuando tenga anosmia.
Esta imagen real contrasta en todo momento con la promoción turística hacia el exterior que se hace de la capital de Cantabria como destino inteligente. Otra gran gestión del Ayuntamiento, que vuelve a dejar en evidencia su fetiche por el tema de las basuras. Santander, eres mi plan.
