viernes. 19.04.2024

169 camas ocupadas. 169 familias pegadas a un teléfono, las mismas que personas a las que el virus tiene atadas de pies y manos en los hospitales cántabros. Lejos de sus hijos, nietos, hermanos, parejas o amigos, encuentran el calor humano en una sonrisa intuida en los ojos de quienes se esconden bajo unas pantallas protectoras y unos buzos blancos. Un salvoconducto para no perder su arraigo con el mundo ni la fe por vencer al virus pronto. La misma tabla salvavidas a la que se agarraron los centenares de enfermos COVID que les precedieron en esas mismas camas cada semana desde que el virus comenzara a llenar hospitales y vaciar calles el pasado marzo. Algunos de ellos, ya curados, vuelven a cruzar esas baldosas blancas arrastrados, esta vez, por las secuelas que la COVID dejó en ellos y que pueden ir desde un cansancio generalizado hasta dificultad para respirar, falta de concentración, pérdida de masa muscular o fibrosis pulmonar, en los casos más graves aunque menos frecuentes, señala el Doctor Pérez del Molino, internista del Hospital Sierrallana, donde actualmente hay 38 pacientes ingresados COVID.

“Prácticamente el 100% de los pacientes que ingresan en el hospital por COVID son neumonías”, afirma Pérez del Molino, que señala como una de las secuelas más generalizadas un cuadro de cansancio bastante prolongado y que en muchos casos, ya presentan cuando se van a casa desde el hospital. Es el caso de Domingo, que ingresó por COVID el 16 de abril con una neumonía que, a pesar de pasar sin complicaciones y poder abandonar el centro en una semana, le hizo estar acompañado de esa fatiga de la que “algo todavía queda, pues el cansancio persiste”, afirma. 

En el caso de pacientes ancianos, además de quedarse con este cuadro de cansancio muy marcado, pueden presentar amiotrofia

La edad también es un factor determinante. En el caso de pacientes ancianos, además de quedarse con este cuadro de cansancio muy marcado, pueden presentar amiotrofia, una gran pérdida de masa muscular como consecuencia de hospitalizaciones más largas, que pueden llevar incluso a no acabar de recuperarse del todo. “Son pacientes que habitualmente tenemos que dejar solos –otro factor dramático-, no pueden estar acompañados por su familia y muchas veces tenemos que vernos obligados a mantenerlos con encamamientos muy prolongados. Dos o tres semanas sin levantarles supone una pérdida de masa muscular importante, y para un anciano es mucho más llamativa”, cuenta Pérez del Molino. En estos casos, la recuperación es más complicada. “Si es un paciente anciano con una amiotrofia severísima a lo mejor no se recupera nunca. A veces ingresas a un anciano, le dejas en cama muchas semanas y no vuelve andar”, afirma.

Una secuela “muy grave pero poco frecuente” es la fibrosis pulmonar. “La neumonía por COVID es una neumonía bilateral y que a la larga puede producir fibrosis pulmonar. Es de gran gravedad porque el oxígeno baja muchísimo y a veces no hay otra solución que hacer un trasplante pulmonar”. Sin embargo, “de todos los pacientes que hemos tenidos ingresados, los neumólogos solo han visto dos fibrosis pulmonares”, comenta el Doctor.

Más de la mitad de las personas que se recuperan de la COVID presentan secuelas psicológicas, según un estudio

Hay una tercera secuela que presentan los pacientes de forma más generalizada, y es que siguen notando falta de aire, se ahogan. Sin embargo, en este caso, es más complicado saber cómo se comporta pues “los neumólogos hacen las pruebas y todo indica que es normal. Probablemente ahí entre en juego un cierto componente psicológico”, cuenta Pérez del Molino. Y es que, como indica el estudio llevado a cabo en el Hospital San Rafael de Milán, publicado en la revista Brain, Behavior and Immunity, más de la mitad de las personas que se recuperan de la COVID presentan secuelas psicológicas. Lo mismo ocurre con el último efecto secundario que los pacientes experimentan tras pasar la COVID y que tiene que ver con la pérdida de memoria. “Notan que se les olvidan las cosas, que están más inatentos, pero, aunque sí se sabe que el virus puede afectar al cerebro, al sistema nervioso central, los estudios en este campo no están tan avanzados”, afirma.

La duración de las secuelas depende de los pacientes. Pero, en el caso de ese cuadro de cansancio y falta de aire dura más tiempo de lo normal. “Eso te lo cuentan una semana, tres, cinco y otro mes y otro mes...”, comenta Pérez del Molino.

Son semanas y meses que pasan bajo la sombra de estas secuelas. Un tiempo que, esperan les devuelva lo antes posible a la “normalidad”, esa que les robaron por primera vez un 15 de marzo de 2020 y que les volvió a ser asaltada más duramente el día que la COVID encontró en ellos cobijo durante semanas. Días donde el tiempo corría en su contra, con demasiado para pensar y poco para abrazar, ni siquiera con la voz, a los seres queridos. Y es que, es la soledad lo que peor llevan los pacientes ingresados que, como Domingo, afirman haber sufrido aún más por el componente de aislamiento familiar, pues para él, el estar separado de los suyos durante su ingreso en el hospital en la primera ola de la pandemia fue “el peor sentimiento”.

ROSTROS CONOCIDOS CON ESTAS SECUELAS

Son varios los rostros conocidos que se han hecho eco de las secuelas que la COVID ha dejado en ellos. La actriz Vanesa Romero explicaba en el marco de la nueva campaña de Sonae Sierra 'Bienestar psicológico en tiempos de Covid 19. Las consecuencias psicológicas de la pandemia, guía de recursos y recomendaciones', de la que es imagen, que ha sufrido las secuelas del COVID que superó durante la primera ola de la pandemia. “He estado muy fastidiada porque me dejó muchas secuelas, una debilidad muscular grande, un cansancio tremendo, me faltaba el aire", afirmaba.

Al igual que ella, las cantantes Natalia Rodríguez y Vega se han unido a la lista de famosos en pasar el COVID y en sufrir también sus consecuencias, y lo han comunicado a través de sus redes sociales para concienciar de la importancia de no “perderle el miedo al COVID” y no “relajar las medidas sanitarias y de seguridad”. La primera narraba, un tiempo después de superarlo, que todavía no había recuperado el gusto y el olfato, ambos afectados por el virus, mientras, Vega sufre de falta de aire, dolor muscular, de cabeza y una alopecia post COVID. “Hace un mes me diagnosticaron una alopecia, secuela de covid. La estoy tratando a ver si hay suerte. Mi espalda esta dolorida, todos los días, a partir de la media tarde me cuesta aguantar el tipo, a veces falta el aire y las migrañas se suceden danzando despreocupadas” relata a través de redes sociales.

No son diez días de cuarentena ni una PCR negativa para siempre. Este virus esconde todavía efectos en la salud por investigar. Quien supera el COVID sabe que ahí no acaba su batalla. Una batalla que puede no ser la de cientos de cántabros más si estas fechas navideñas son de verdad distintas, sin las reuniones, las fiestas y los abrazos de siempre. Desde Urgencias de Valdecilla también han querido concienciar de la importancia de respetar las medidas sanitarias y de seguridad: “Estamos confundiendo a la gente, cenas de 6, 10 allegados, olvidarlo todo, estas navidades deben ser distintas, solo con los que vives”. En la sala de Urgencias “estaremos en nochebuena seis personas y tenemos sitio para otros 16, depende de todos vosotros”, avisan desde el Hospital.

De los pulmones al cerebro, pasando por cansancio y amiotrofia: “Si es un paciente...
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