miércoles. 24.04.2024

El partido ultraderechista Vox se ha quedado solo hoy en la petición llevada al Pleno del Parlamento de Cantabria de que se instaure en los centros educativos de la comunidad autónoma el denominado pin parental para que se necesite el "consentimiento expreso" de los padres o tutores para que los alumnos participen en cualquier actividad con contenido de valores éticos, morales, sociales o cívicos.

Blanco se queja de que "la izquierda" quiera impartir educación sexual a los alumnos desde los tres años, eliminando "los estereotipos de normalidad basados en la heterosexualidad"

El parlamentario autonómico de Vox Armando Blanco ha justificado la proposición no de ley presentada afirmando que el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos y a que éstos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones se está viendo "amenazado" en Cantabria por "leyes ideológicas y liberticidas" del PSOE, tanto autonómicas como estatales. Blanco ha asegurado que en los colegios se "adoctrina" y busca "imponer" determinados valores basados en la "ideología de género" o en la diversidad afectivo-sexual. A su juicio, las leyes del PSOE incurren en "intrusismo ideológico" e "imponen" que la Administración pueda educar a los niños en valores cuando ese es, según ha dicho, "un derecho exclusivo de los padres". Y es que, según ha incidido, esos valores que pretende "imponer" la Administración pueden coincidir o no con los de los padres. Blanco se ha quejado de que "la izquierda" quiera impartir educación sexual a los alumnos desde los tres años, explicando la "diversidad sexual y de género" y –ha dicho el diputado del partido ultraderechista– eliminando "los estereotipos de normalidad basados en la heterosexualidad". Para evitar este tipo de formación, a su juicio, ideológica, Vox quiere que se instaure el pin parental para que los centros estén obligados a solicitar el permiso expreso de los padres para que sus hijos participen en actividades con contenidos morales, éticos, sociales o cívicos. Así, piden que los centros deban informar a los padres de los objetivos y contenido de la actividad, cuándo se celebra y quién la impartirá.

Todos los grupos del Parlamento autonómico, a excepción de los parlamentarios de Vox, han dicho no a esta petición y ha habido prácticamente plena coincidencia en que lo que plantea la proposición no de ley del partido ultraderechista "rompe" con la "confianza", el "acuerdo tácito" y la "alianza" colaborativa" entre padres y centros educativos y profesores en que se basa el sistema educativo, tal y como han afirmado los portavoces en este punto de PRC, PSOE o PP. Además, algunos grupos han ido más allá en sus críticas y, por ejemplo, el PSOE considera que la iniciativa de Vox "huele a rancio", a "dictadura", a "manipulación", a "inconstitucionalismo" y a tiempos pasados.

La parlamentaria del PSOE Paz de la Cuesta, que ha tildado de "homófobo" el discurso del parlamentario del partido ultraderechista, considera que la proposición no de ley atenta contra los derechos humanos de los menores, contra la libertad de expresión y la de cátedra.

El PRC también ha dicho no a la iniciativa porque considera que sería "incumplir" las leyes educativas y pone "a los pies de los caballos" a los docentes y presume que los centros "no se enseña bien". También considera el PRC que Vox describe en su iniciativa y exposición situaciones que "no se dan" en Cantabria.

Cs ha criticado la iniciativa y ha acusado a Vox de, en su argumentación para defender la iniciativa, incurrir en la "trampa" de plantear "episodios concretos" que puedan resultar "reprobables" y ante los que se debe actuar pero sin que ello suponga hacer "causa general de las anécdotas".

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