jueves. 28.03.2024

Los consejeros del Instituto Cántabro de Finanzas (ICAF) Jorge Tomillo, Begoña Torre y Manuel José Revuelta niegan haber recibido presiones políticas para dar su 'sí' a financiar el proyecto Ecomasa y aseguran que no tomaron esta decisión "a tontas y a locas", sino en base a unos informes "suficientes" y "bastante contundentes" que lo avalaban y a la existencia de unas garantías "sólidas" para cubrir el riesgo.

Por ello, en su comparecencia en la comisión de investigación parlamentaria del 'caso Ecomasa', estos tres miembros del Consejo Ejecutivo del ICAF han negado haber incurrido en "negligencia" o "dejación" a la hora de tomar su decisión ya que, a su juicio, contaban con elementos suficientes para adoptarla. "Se previó lo previsible, se analizó lo analizable", ha afirmado Begoña Torre.

Esta profesora de Economía Financiera y consejera independiente en el ICAF desde 2008 hasta la actualidad ha reconocido que había un "riesgo operacional" que, a su juicio, era difícil de analizar. "No sé yo que tipo de técnico lo hubiera podido analizar", ha añadido.

Revuelta ha afirmado que "el porcentaje de mala suerte en esta operación fue considerable" y Tomillo ha añadido que ésta "planeó sobre el proyecto"

Por otra parte, los otros dos consejeros que han comparecido este martes, Jorge Tomillo -profesor de Derecho Mercantil y exvicerrector de la Universidad de Cantabria- y Manuel Revuelta -que perteneció al Consejo Ejecutivo del ICAF por su condición de director general de Finanzas del Gobierno del PP que lideró Ignacio Diego- han coincidido en señalar que en el proyecto Ecomasa influyó la "mala suerte".

Concretamente, Revuelta ha afirmado que "el porcentaje de mala suerte en esta operación fue considerable" y Tomillo ha añadido que ésta "planeó sobre el proyecto".

Además, Tomillo ha señalado hacia la actuación de los promotores del proyecto, Jesús Lavín y Andrés de León, como otra de las razones del fracaso de este proyecto, en el que se perdieron 18 millones de dinero público y 3,2 de las indemnizaciones de los trabajadores de Teka que pasaron a Ecomasa. "La actuación de las personas a las que se financió no estuvo a la altura de las circunstancias", ha dicho.

Aunque los comparecientes de este martes han insistido en que votaron a favor de que el ICAF financiara con préstamos y avales por valor de 12 millones de euros el proyecto Ecomasa en base a la documentación que lo avalaba y han asegurado que no tomaron la decisión de forma "precipitada", han reconocido que sí jugaba el "factor tiempo".

Han recordado entonces la situación económica que había en ese momento, en 2012, "en un tiempo atroz, de crisis brutal" y desempleo y en el que, además, se quedaba en la calle un centenar de trabajadores de Teka.

Así, han apuntado que el proyecto Ecomasa "parecía que era un buena solución" a esa situación y una "oportunidad de transformar una situación muy negativa en un momento crítico en algo positivo", tanto para evitar que 100 personas se quedaran en la calle como para el conjunto de cántabros ya que suponía implantar en la comunidad una empresa de un sector con "proyección de futuro". "Eso parecía suficiente para intentarlo", ha subrayado Tomillo.

Han reconocido que "enseguida" de arrancar el proyecto comenzaron a aparecer "desajustes" pero han explicado que "no se dio por perdido hasta el final porque se sabía" que si esta financiación "se cortaba en seco" se iba a perder "todo" el dinero público que se había puesto hasta ese momento.

Así, han relatado como desde el ICAF, a medida que fueron apareciendo estos problemas en el proyecto, se inició una "búsqueda activa" de inversores externos para el proyecto ya que se consideraba que esa era la "salida".

Por otra parte, y a preguntas de varios de los portavoces de los grupos participantes en esta comisión, Tomillo y Torre han asegurado desconocer que quien era director del ICAF cuando se aprobó el proyecto Ecomasa, Jorge Gómez de Cos, había tenido "una relación societaria previa" con Jesús Lavín, uno de los promotores del mismo.

Han explicado que Gómez de Cos "no refirió" este hecho cuando mostró su intención de ausentarse de la votación en la que se decidió apoyar a Ecomasa, sino que justificó su decisión por la existencia de una "amistad personal" y una relación de vecindad con Lavín.

El otro compareciente de hoy, Revuelta, sí ha reconocido que en algún momento supo de la existencia de esta relación societaria entre Gómez de Cos y Lavín pero consideró que "no tenía ningún efecto, legal ni ético" puesto que ésta ya se había extinguido.

La comisión de investigación de Ecomasa continuará el jueves, 6 de abril, con la comparecencia de consejeros de supervisión del ICAF.

Los consejeros del ICAF invirtieron los 12 millones en Ecomasa sin presiones y de forma...