viernes. 19.04.2024

Nació Paula Rego en plena dictadura salazarista en Lisboa, año 1935. Su familia era de corte liberal, el padre era ingeniero. Al poco de nacer Paula se ve obligado a residir en Londres por motivos laborales. Le acompaña su mujer quedando la pequeña en Portugal al cuidado de la abuela. Quizá las vivencias intuitivas recogidas en un país oscurecido por una dictadura fascista donde el catolicismo opresivo gobernaba la vida fueron transmutados al futuro con el fin de desarrollar una obra pictórica personal.

A los dieciséis años marcha a estudiar a Londres, impelida por su padre. Con buen sentido, el progenitor, le dice que Portugal y su oscurantismo no es país para mujeres. Cuando Paula llega a Londres aun existían cartillas de racionamiento en el país que seguía devastado por la guerra.  En Portugal ha estudiado en el St. Julian´s School de Carcabelos y en Londres lo hace en el Slade School of Art .

Fue alumna de William Coldsream, recibe influencia del Pop Art de los años sesenta, también  de los cuentos infantiles que su tía le contaba durante todo el día en la lejana Lisboa. Cuentos de Caperucita, de Pinocho, que no son inocentes historias sino que se han deformado y retorcido por la mente de la tía o de la fantasía de Paula, que los refleja en los grabados de la primera época pictorica. Durante toda su obra, transmuta las formas de animales para reflejar a los humanos.

Conoce al artista Víctor Willing, estando aún casado con otra. Se queda embarazada y poco después contraen matrimonio. Años después pintará un cuadro alegórico sobre cómo es recibida la noticia del embarazo por el padre.

Sigue pintando, con los influjos de Francis Bacon, Lucien Freud, y sobre todo de Rola Balthus, sin olvidarse jamás de Goya, o de Picasso. Años después confesará que el Prado es su museo favorito donde la gusta perderse en sus venidas a Madrid.

La pintura para Rego es la expresión de una historia. Cada cuadro, cada detalle de su obra cuenta la historia que estaba relegada en su subconsciente aflorando como un volcán. Paula Rego, cree que la forma de atacar el sistema no es con balas, o sí, pero con balas de arte. Su obra marcadamente feminista, donde pone siempre el foco  en mujeres inmensas, poderosas, comunes, que salen directamente de su tiempo en Portugal. Son mujeres abatidas pero no derrotadas en plena lucha contra un mundo hostil que las maltrata pero no las derrota.

Hizo varias obras sobre el aborto,  como forma de expresar el horror que vivían las mujeres cuando estaba prohibido en su país de origen y las mujeres debían hacerlo en casa, soltar el feto en cubos sangrantes. Es una soledad que clama venganza. Durante un tiempo los cuadros recibieron el silencio en Portugal, nadie hablaba de su simbolismo, sólo cuando estuvo permitido por ley abortar se comentó el verdadero sentido de la obra pictórica de Rego sobre ese drama. En los años noventa, se cruzó en su camino la lucha contra la ablación femenina y volvió a dedicar obra al horror de la mutilación genital de las niñas, en muchos casos obrada por las propias mujeres…Una lucha constante de supervivencia, donde Paula Rego enhebra sus pinceles como armas contra la sociedad patriarcal y machista.

Es curioso, nunca ha vuelto a vivir a Portugal, siendo como es su obra subsidiaria del país que la vio nacer. El Reino Unido la considera una pintora propia y pocas artistas son más portuguesas que ella. Confiesa que en  sus estancias en Portugal no puede pintar. Recoge impresiones, telas, objetos, ropas, recuerdos para traspasarlas al lienzo en su estudio de Londres.

Casada con Víctor Willing, gran artista que conforman una activa vida en común dedicada al arte hasta que  enferma de esclerosis múltiple y durante más de veinte años, Paula le cuida, alimenta, le da las medicinas y mantiene una vida de dedicación a su persona que vuelve a plasmarlo en su obra. Incluso la cuidadora de Víctor, Lila Nunes, le sirve de modelo en muchos de sus cuadros.

Víctor Willing muere en 1988.

Paula Rego ha formado  parte de exposiciones  colectivas del London Group, con David Hockney y R. B. Kitaj.

Le fue otorgado en 2005 el doctorado Honoris Causa de las Letras en la Universidad de Oxford confirmando de esta forma que es considerada una pintora inglesa más.

Su talento es reconocido mundialmente con valoraciones altísimas de su obra y exposiciones en los más importantes museos del mundo.

Sigue activa, combativa y pintando.

Paula Rego
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