jueves. 28.03.2024

"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles". Bertolt Brecht

Discurso de Jesús de Cos en el 15 M

"Yo os voy a hablar en nombre de la Asociación de guerrilleros AGE, que somos la primera organización que ha logrado despertar al pueblo, así de simple:

Mis palabras no pueden más que dirigirse, en estos tiempos convulsos, pero creativos y sorprendentes por su canto a la libertad, primero a los más jóvenes, segundo a los que conseguimos sobrevivir a la generación del silencio y tercero a aquellos que, aún con el silencio del terror de la dictadura, han sido capaces de desbrozar el camino y pasar el testigo de la historia. ¡Aquí seguimos y aquí seguiremos, no nos pueden echar!

¿Qué esperamos de todo este movimiento insurgente? ¿Qué mueve a tantos ciudadanos demandando justicia?

Probablemente ese sentido genérico de civilidad y libertades, y esa inmensa ebullición de culturas, ideales, federalismo y tolerancia que ha transmitido la historia, esa esencia de la segunda República por la que murieron cientos de miles de españoles. Nuestra función es mostrar la plantilla, los renglones, sobre la que los más jóvenes puedan escribir su propia historia, y esa plantilla ya está hecha, forjada y resuelta, y se traduce en una palabra concluyente ¡Indignación!

Desde nuestra asociación hemos trabajado durante estos años reordenando los materiales que la dictadura y la transición llamada democrática habían procurado esconder, falsificar o simplemente destruir. Hemos contribuido, y no en pequeña parte, a presentar a toda la sociedad esos materiales como fueron y como son, con las heridas del tiempo y la derrota pero con su integridad y categoría moral y social, hemos participado y no en poco, en la labor ardua de presentar la historia que se prohibió y se falsificó, tal como es, y de que no se pierda la memoria de nadie que hubiera dejado su vida, hubiera sido encarcelado, torturado, exiliado, represaliado o humilladamente silenciado, por sus ideales republicanos, socialistas, libertarios o simplemente su anhelo de vivir en un mundo mejor y más justo.

Ahora la sociedad va teniendo cada vez más un espejo más pulido y limpio en que verse a sí misma, en que indagar sobre su historia y por tanto en que empezar a preguntarse qué hacer, qué futuro crear. Esa es la pregunta que nuestros hijos y nietos se hacen. Se la hacen a sí mismos, no nos la hacen a nosotros. Nuestra función no es decirles qué deben hacer sino quiénes somos y ayudarles a averiguar quiénes son ellos. ¡Por eso toman las calles, hacen de ellas su casa y, como en su día hicimos los guerrilleros antifranquistas, no ceden el terreno y combaten por la plaza ocupada!

Así pues debemos disponernos para empezar una tarea bien distinta que requiere instrumentos y materiales diferentes.

Debemos, en primer lugar, volver a ocupar nuestro lugar en la lucha por las libertades, contra la injusticia y la explotación no como maestros en nada, sino como compañeros de lucha. En segundo lugar, debemos ofrecer nuestro discurso por lo que vale en sí, no porque lo digamos nosotros que fuimos protagonistas de los hechos ya pasados. Y en tercer lugar, debemos una vez más escuchar, debatir, ofrecer dudas, críticas, aportar visiones, en suma enseñar a dudar de lo que hay, más que querer enseñar a afirmar lo que aún no hay.

¡Compañeros, hemos ocupado una plaza, la de la memoria colectiva, no cedamos el terreno. Ese terreno, es nuestra aportación a un pueblo que debe recuperar su memoria democrática! ¡Porque en este país no hay democracia verdadera!"

Poema de Antonio Casares que Jesús de Cos integra en su libro

Pero hubo algunos hombres libres, bravos,
que no adoraron del fascismo el templo
y se fueron al monte a dar ejemplo:
preferían morir que ser esclavos.
Socialistas de cuño verdadero,
soñadores de un mundo igualitario,
hermanos de Durruti el Libertario,
con el temple más fuerte que el acero.
Emboscados al norte de los sueños,
forjados en la lucha por la Idea,
escribieron su anónima odisea
para que el mundo no tuviera dueños.
Son héroes sin estatuas ni oropeles,
hombres con el orgullo de ser hombres.
No es el momento de decir sus nombres,
ni de poner efímeros laureles.
Sus almas dan la luz a las estrellas
y su fulgor a las constelaciones,
y han dejado en nuestros corazones
la memoria imborrable de sus huellas.

Hace diez años que se nos fue Jesús de Cos Borbolla. Quizá yo no sea la más indicada para hablar de su figura puesto que no le conocí personalmente pero la cercanía con el ideario que llevó en su vida, la admiración profunda que he sentido desde siempre por la lucha guerrillera, me trae aquí para intentar recordar la figura de un hombre como Jesús, de toda la familia de Cos, porque sin su padre, Donato de Cos, sin su madre María Borbolla y sin sus hermanos que sufrieron el fascismo como tantos, Jesús de Cos, no sería lo que es, ni representaría lo que representa.

Durante la dictadura y la Transición estas personas, los/as guerrilleras antifascistas, han sido calumniados y desposeídos de la gloria que les pertenece

Durante la dictadura y la Transición estas personas, los/as guerrilleras antifascistas, han sido calumniados y desposeídos de la gloria que les pertenece. No vengo a mitificar nada, pero el estudio de la gesta guerrillera, la lucha enconada de esta gente que padeció el hambre y la miseria, pues provenían del pueblo, de la parte más precaria de este pueblo que padeció, primero una monarquía corrupta y sicaria, la dictadura de Primo de Rivera, y las miserables levas que los empujaba a luchar las guerras coloniales en Marruecos, mientras los que podían pagar escamoteaban la muerte y los gerifaltes del régimen se enriquecían con los fosfatos y el resto de minerales del Sahara. Las guerras coloniales se forman para que los poderosos tengan más poder mientras los pueblos se matan entre sí. Pobres contra pobres a favor de los ricos que asisten al espectáculo desde sus cómodas casas y llenando la bolsa.

Lucharon y consiguieron el amanecer republicano o fueron subsidiarios de la utopía, volvieron a luchar en el año 34 en apoyo de los revolucionarios de Asturias, y en 1936 tomaron de nuevo las armas en combate desigual para luchar por el ideario democrático. Vencidos pero no derrotados, salieron a Francia y muchos de ellos, volvieron a dar la talla luchando contra el nazismo, en la esperanza de que derrotándole liberarían la España que llevaban en el corazón. No fue así, las democracias occidentales, la URSS, y el llamado mundo libre les dio la espalda. Pero ellos, algunos de los que sobrevivieron no cejaron en el intento. Subieron a los montes, o formaron el ejército nacional que invadió el Valle de Arán, con la idea, utópica idea que tuvo otro gran hombre, Jesús Monzón, que merece homenaje y resarcir los vituperios, de liberar la Península Ibérica y expulsar al fascismo del poder. Vivieron y lucharon siempre. Desde que nacieron. Primero contra el hambre y la miseria y luego por la libertad y la justicia social. De esa estirpe salió el hombre que hoy homenajeamos. De esa estirpe de héroes milenarios salió Jesús de Cos Borbolla.

Quiero, antes de contarles cómo era Jesús, acercarles la figura paterna porque no entendemos a Jesús si olvidamos a Donato de Cos. El mismo Jesús le dedica su libro y creo que toda su vida intentó que ese padre mítico y admirado se sintiera orgulloso. Creo, compañero, que lo lograste de largo. Hoy la familia de Cos, está reunida en las estrellas donde  lucen los héroes.

Donato de Cos, era hijo del molinero de Celis, que junto con otros diez hermanos vivían de forma dura de la molienda. Había poco que llevarse a la boca y más dentro de una familia grande, llena de jóvenes pendencieros que luchaban por cada miga de pan o por cada trozo de borona que caía en la mesa. Donato de Cos, soñaba con otros mundos, con el mar y las aventuras que pudiera vivir allende las montañas. Con doce años, abrigado por una chaquetuca de pana y un pan de borona por todo condumio, desvió los pasos de los previstos y llegó andando horas a Cabezón de la Sal. Intentó que alguien le contratara pero sus pocos años producían risa y solo los duros puños de Donato, defendiéndose de burlas y humillaciones hacían callar a los del pueblo. Viendo que no conseguía nada, siguió camino.

Créanme si les digo, que la vida de Donato de Cos daría para una grandiosa novela de aventuras que firmaría Stevenson o Dickens, sin rubor ninguno. Al fin se embarcó de marinero; primero en el Colón, luego, debido a la explotación al que le sometían, se cambió al Isla de Panae.

En uno de los muchos viajes que hace, recala en Japón. Imaginen que sería para un niñuco de Celis la visión del imperio nipón. Años después, siendo teniente de alcalde y presidente del Frente Popular del Nansa, le contaba Matilde Zapata, como eran los amaneceres contemplados en Japón, con las palabras más bellas y la descripción más poética que la insigne periodista escuchara jamás.

Donato sigue viaje hasta Nueva York, donde se queda tres años. Estábamos ya en 1927, y las noticias de España llegan con cierto matiz de esperanza. El carácter de Donato se ha forjado en sus viajes, es brioso, fuerte, amante de la libertad y de la justicia. Intuye que el sueño de una sociedad más libre, igualitaria y democrática está cercana y torna a  tierra. La sublevación de Jaca y el fusilamiento de sus integrantes le produce inquietud, pero  decide quedarse y luchar desde el sitio donde nació por la utopía.

En 1931 nace la República y Donato de Cos, con su familia ya formada salta de alegría. Sí, ha llegado la hora. Sí, se cumplirán los sueños. Por fin la pobreza, el hambre, la humillación al señor, el silencio y la represión han acabado, se dice Donato

Los sueños se comienzan a romper en 1933 cuando las derechas ganan las elecciones, se subleva Asturias debido a la frustración minera porque las reformas a un trabajo esclavo no acaban de llegar. La represión a sangre y fuego (ensayo de la siguiente) que emprende el general Franco contra los mineros asturianos les demuestra  que el sueño es frágil, muy frágil. A los que no han muerto les espera cárcel, torturas, vejaciones…o la huida.

En casa de los de Cos, se habla de política. Donato, en la mesa explica a sus hijos lo que supone la solidaridad, la conciencia de clase, la pertenencia a los oprimidos de la tierra y la obligación de luchar por la libertad. Los tres hijos y dos hijas asienten y graban las palabras paternas en la cabeza pero sobre todo en el corazón.

Acoge en su casa a un grupo de huidos de Asturias, los esconde, con lo que eso suponía en el bienio negro

Jesús es un niño pero entiende todo lo que su padre explica. Hay una anécdota que nos hace ver la talla de Donato. Acoge en su casa a un grupo de huidos de Asturias, los esconde, con lo que eso suponía en el bienio negro. Cuenta Jesús en su libro, que un día, mientras pastoreaba a las ovejas, se encuentra a un hombre dormido, con gran susto corre a contárselo al padre. Éste, le explica que es un compañero asturiano y que no hay nada que temer. Bueno, sí, hay que temer a las sombras verdes que pueden acercarse y tornar en fuego la paz del hogar.

Como así ocurre. Entre los acogidos por Donato estaba José María Alonso, uno de los cabecillas de la revuelta. Los civiles estaban locos por pescarle. Avisado Donato de que merodeaban la casa familiar de Barciquinet, hace correr el bulo de que los asturianos tienen cercada con dinamita la casa y si se acercan los guardias harán volar todo. Nombrar juntas las palabras asturianos y dinamita, impresiona, y más en la época. No hizo falta más para hacer correr a los guardias que los dejaron en paz el tiempo suficiente para poner a salvo a los revolucionarios. Así eran los de Cos. Como no iban a salir los hermanos como salieron…

Durante ese tiempo, otro guardia, apresó a cuatro asturianos huidos, los torturaron salvajemente en el cuartel, tanto que a uno de ellos tuvieron que amputarle los órganos genitales. El guardia, siendo Donato jefe del Frente Popular, fue entregado a las autoridades santanderinas para ser juzgado de forma legal por las torturas. Que lo fue, y encarcelado. En 1938, ya con el fascismo dominando Cantabria, ese guardia que había sido liberado, fue ascendido a sargento, volviendo como Comandante de Puesto a Puentenansa realizando, como supondrán, la represión más dura imaginable y asesinando a quien se le pusiera delante.

Avanzando las tropas fascistas hacia Santander, Donato, salió de Cantabria marchando hacia Asturias, puesto que al haber sido cargo político temía, con razón, por su vida. Desde un lugar seguro de Francia, envió un camión para sacar a su familia de la casa donde habitaban. Jesús cuenta que ya tenían todo empacado y dispuestos a salir, María, la madre, en el último momento con la pena de abandonar el hogar, pensó que ellos no tenían nada que temer. Era una madre y cinco hijos, a los que acompañaba el anciano padre de Donato ¿Quién iba a hacerlos daño?

Se quedaron. La historia de las humillaciones, los golpes, y la represión que sufrieron es terrible y nos la detalla Jesús en su libro. Son confinados en el corral, de la que fue su hogar, a la intemperie mientras les incautan la casa, los animales y las fincas que poseían. Donato, regresa a España para seguir la lucha desde Barcelona. Al caer sale de nuevo para Francia y es confinado en Argelés sur Mer. Jesús crecía y la rabia al ver a su madre maltratada por los fascistas le hervía la sangre. Con poco menos de quince años se hace enlace de la guerrilla.

Es uno de los españoles que está enterrado en el campo de Mathaussen

Mientras Donato seguía en Argelés. Cuando los nazis invaden territorio francés, las autoridades militares toman conciencia de que hacen falta manos españolas que saben luchar, tienen la suficiente desesperación y ansia para ser fuerza de choque contra el enemigo nazi. Donato se une al ejército francés resistente, como tantos españoles que piensan que luchar por una Europa libre haría que España lo fuera, poco después es apresado y se le confina en Mathaussen. Ni tan siquiera el campo de concentración puede con él, se enfrenta a los kapos y le asesinan a palos. Es uno de los españoles que está enterrado en el campo de Mathaussen.

Mientras, Jesús se ha hecho hombre y su acercamiento a la guerrilla es total. Participa en las escaramuzas de la Brigada Machado, a la vez que comienza a formarse políticamente.

Se ha dicho que los guerrilleros eran analfabetos, hombres sin formación ni cultura, poco menos que salvajes. Creo que es una de las falacias que se vertieron sobre ellos. Claro que muchos de ellos llegaron sin saber leer ni escribir, pero eso no les desacredita a ellos sino al sistema oprobioso que mantenía la cultura fuera del pueblo. En la guerrilla, además de huir, de mantenerse alerta día y noche, de vivir errantes, se culturizaba políticamente a los integrantes. Podemos asegurar que hubo figuras brillantes, como la de Juanín, que no olviden, mantuvo en jaque a las fuerzas represoras hasta 1956 que es abatido. Lo mismo ocurrió con el Cariñoso, y con otros guerrilleros menos nombrados pero tan honorables y valientes. Obligados a ser estrategas y a realizar acciones militares cuando solo contaban con sus escasas fuerzas frente a cientos de guardias bien armados, aunque tan pobres y hambrientos como ellos. Solo con la traición de algunos integrantes de los pueblos, posiblemente empujados a la delación por la miseria o por viejos rencores, pudieron acabar con la guerrilla. Nunca ganaron un combate a pecho descubierto, jamás. Solo la traición pudo con ellos.

Mientras en Europa, los luchadores de la Resistencia, eran agasajados como héroes, en España se les calumnió y se les asesinó vilmente. Aun hoy, la historia se muestra cicatera con estas personas que lucharon por la libertad.

A Jesús, le ordenan desde la dirección del PCE al que se ha afiliado que realice el servicio militar para formarse en el manejo de armamento y como infiltrado. Así lo hace, y marcha a Ferrol como marino de la Armada española. Allí, sus antecedentes le preceden, es detenido y torturado. Viendo que no puede cumplir los objetivos ordenados se decide que pase a Francia. Lo hace, y conforma su vida en el país vecino.

Diríamos que ya había tenido bastante, con la lucha familiar, la suya…el apresamiento tan injusto de Manolo de Cos, las torturas a las hermanas, las vejaciones a la madre a su anciano abuelo…. Pues no. Jesús de Cos, y su compañera de entonces, Agapita Gonzalez Díaz, alias Anita, siguen la lucha antifranquista. Desde Francia, Anita hace incursiones a España, con propaganda mientras él sigue peleando de forma intensa contra el franquismo.

Este relato que continua cuando Jesús de Cos regresa de forma definitiva a España implicándose con todas sus fuerzas en la recuperación de la Memoria, quiere ser reivindicación de unos ideales solidarios y sociales que no podemos perder. Si perdemos la capacidad de luchar por un mundo mejor, si caemos en el desaliento o en el triste nihilismo de que todo está mal y no podemos hacer nada, ganan. Ganan de largo porque perdemos nosotras.

Durante los últimos y fecundos años de vida de Jesús de Cos se dedicó junto a su compañera de vida, Marisol de Cos, de forma incansable a reconstruir la Memoria de sus compañeros guerrilleros, con monumentos que recordaban sus gestas, dando charlas y conferencias en donde le solicitaran, escribiendo, luchando sin descanso por sembrar en las mentes jóvenes los ideales de solidaridad y lucha que fueron los que impulsaron a la gente de la guerrilla y las numerosas personas que se sobreponían al miedo y les ayudaron. Jesús insistía en eliminar la imagen que el franquismo impulsó, de que los guerrilleros eran gente de mal vivir cuando lo cierto es que muchos se vieron obligados a huir al monte para sobrevivir y porque tenían el ideal republicano de una vida digna, solidaria y una sociedad justa y democrática. Hasta el último día de su vida no cesó en su lucha.

No me imagino a Jesús de Cos, a Manolo, a Donato, dudando o sintiendo que no tenía sentido su lucha. Se luchaba y ya. Se peleaba por la libertad y la justicia, eran solidarios con compañeros, se les amparaba y se consumían las horas empujando el carro de la sociedad hacia la utopía.

He visto fotos de Jesús de Cos en homenajes al Cariñoso, que era cenetista. En los monumentos que el empuje de Jesús y de compañeros/as de AGE, sembraron por la geografía no hay distingos ni partidos. Están todos/as. He comprobado cómo en los homenajes que realizamos hay una unión real de las izquierdas. Nadie pregunta a nadie si es trotskista, comunista, anarquista, socialista. Nadie excluye porque hay un fin común. La mejora de la sociedad porque el fin es el mismo, quizá los medios o las teorías difieran y eso se pueda discutir.

Pero el fin, recordemos, es el mismo. Quisiera que esa fuera la moraleja que nos quede de esta gente ejemplar que repartían lo poco que tenían, acogían al compañero y a la compañera y no había distingos ideológicos.

Quisiera que no olvidemos jamás a la gente del monte, a los guerrilleros que como Jesús de Cos conformaron una vida de lucha, privaciones y sacrificios por conseguir la utopía de una sociedad justa, equitativa, libre y democrática.

Olvidarlos sería perder su enseñanza. Olvidarlos sería perdernos.

Revivamos la memoria de Jesús de Cos y de toda la familia guerrillera de España.
 

Homenaje a Jesús de Cos Borbolla
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