viernes. 29.03.2024

Casi una de cada tres mujeres con discapacidad (31%) asegura que ha sufrido o sufre algún tipo de violencia física, psicológica o sexual por parte de su pareja o expareja, más del doble que las mujeres sin discapacidad (12,5%), según un informe de la Fundación CERMI Mujeres, presentado este lunes 3 de abril, a partir de la Macroencuesta 2015 sobre violencia machista del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Así, de un total de 9.275 mujeres de 16 años y más, residentes en España, un total de 445 tenían una discapacidad acreditada y, de ellas, casi un tercio (137) aseguró que sufría malos tratos. El documento del CERMI Mujeres se centra, por tanto, en los microdatos "para dar luz a este problema", según ha explicado la vicepresidenta ejecutiva de esta organización, Ana Peláez, que ha reclamado una "macroencuesta específica" sobre violencia de género y discapacidad para poder responder de forma adecuada a las necesidades de este colectivo.

La prevalencia en todos los ámbitos de violencia en las personas con discapacidad es del doble, comparado con las mujeres sin discapacidad

La encuesta del Gobierno de 2015 no pregunta directamente a las mujeres si se sienten maltratadas sino que les interroga por actos concreto y bien definidos de cinco tipos de violencia (física, sexual, psicológica de control, psicológica emocional y económica). La prevalencia en todos los ámbitos de violencia en las personas con discapacidad es del doble, comparado con las mujeres sin discapacidad.

Así, mientras un 24,5% asegura que sufre violencia psicológica emocional -insultos, menosprecio, intimidación o amenazas verbales-, este porcentaje se reduce en más de diez puntos, hasta el 14%, en las mujeres sin discapacidad. Además, las primeras tiene peor percepción de salud derivada de este tipo de maltrato, como dolores de espalda, cambios de ánimo, ganas de llorar sin motivo, insomnio, tristeza o fatiga permanente. Todos estos síntomas en más de la mitad de los casos.

En cuanto a la violencia psicológica de control -celos, vigilancia sobre horarios y actividades, obstáculos para ver a familiares y amigos-, la referida a las mujeres con discapacidad por parte de su pareja o expareja asciende a un 23% frente al 15,1% de aquellas mujeres que no tienen discapacidad. Lo mismo ocurre con la violencia económica -control de la economía doméstica o la merma económica por parte de la pareja-, que se eleva al 13% en las mujeres con discapacidad frente al 6,4% del resto.

La violencia física la sufre el 11% de las mujeres con discapacidad mientras que se reduce al 4,7% en aquellas sin discapacidad. En relación a las preguntas de violencia sexual, como la obligación a mantener relaciones sin desearlo, un 3,4% de mujeres con discapacidad ha respondido que ha sufrido algún episodio de este tipo frente al 1,6% de aquellas encuestadas sin discapacidad.

Respecto a las secuelas físicas de la violencia machista en mujeres con discapacidad, las más frecuentes son los cortes, rasguños, moratones (6,4%) y lesiones oculares y auditivas, esguinces, luxaciones o quemaduras en el 2,4% de los casos. Estos porcentajes son del 2,6% y del 0,9%, respectivamente en el caso de las mujeres sin discapacidad.

El informe no dice cuántas de las víctimas presentan una discapacidad como consecuencia de los malos tratos sufridos, pero las autoras señalan que este es otro asunto para que el Gobierno analice en detalle, ya que muchas mujeres sufren sordera como consecuencia de los golpes en oídos o trastornos de salud mental y problemas psicosociales.

En el 75,8% de los casos la mujer no acudió a la Policía por darle poca importancia a los episodios de violencia, porque no se le ocurrió, porque estaba sola o por miedo

En 2015, del total de 60 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, tres de ellas tenían una discapacidad o dependencia reconocida (5%). Sobre este asunto la vicepresidenta ejecutiva de la Fundación CERMI Mujeres señala que posiblemente el número de víctimas mortales con discapacidad es mayor porque para ser contabilizadas necesitan un certificado: "Habrá muchas más, pero no están valoradas".

Amenazas para retirar las denuncias

El documento también señala que el detonante de la salida para el 32,6% para las mujeres con discapacidad fue alguno de los comportamientos de la pareja como consecuencia de la ruptura. Además un tercio de éstas admite que los hijos presenciaron los malos tratos sufridos, la gran mayoría menores de edad.

Además, el documento indica que el 75,8% de los casos, la mujer no acudió a la Policía por darle poca importancia a los episodios de violencia, porque no se le ocurrió, porque estaba sola o por miedo. También destaca que la causa principal de retirada de la denuncia se debe a las amenazas del agresor en el 61,3% de los casos al 16% en las mujeres sin discapacidad.

La violencia machista se ceba con las mujeres con discapacidad