jueves. 28.03.2024

El porcentaje de españoles que descalifica la situación política cayó diez puntos el pasado mes de junio coincidiendo con el triunfo de la moción de censura que sacó de La Moncloa a Mariano Rajoy y supuso la investidura de Pedro Sánchez, según se desprende del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente al mes pasado.

En concreto, en el barómetro de mayo la coyuntura política era calificada como "mala o muy mala" por el 76,8% de los encuestados, porcentaje que en junio bajó hasta el 66,9%, alcanzando su cota más baja de este año.

El trabajo de campo de la encuesta publicada este miércoles se basa en un total de 2.487 entrevistas personales y domiciliarias realizadas en 256 municipios de 48 provincias entre 1 y 10 de junio y tiene un margen de error de más/menos 2%.

Esta caída del pesimismo se refleja también cuando se pregunta a los encuestados cómo ha evolucionado la política en el último año

Esos fueron, precisamente, los primeros diez días de Pedro Sánchez en La Moncloa, en los que fue dando a conocer a los miembros de su Gabinete. En aquellas fechas Rajoy también renunció a seguir como presidente del PP y convocó el proceso de primarias en el que está ahora inmerso su partido.

La realización de las entrevistas también coincidió con el levantamiento de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña con el nombramiento del Gobierno de Quim Torra. Eso sí, el trabajo de campo terminó antes de la dimisión de Maxim Huerta como ministro de Cultura tras conocerse que había sido condenado por fraude fiscal.

DESCONTENTO

Con este panorama, cayó del 76,8% al 66,9% el porcentaje de quienes juzgaban como "mala o muy mala" la situación política, alcanzando su cota más baja del año y situándose en niveles similares a enero de 2017, cuando ya se había desbloqueado la situación política tras la investidura del Gobierno de Rajoy.

Para encontrar un porcentaje aún más bajo en la serie histórica del CIS hay que remontarse a diciembre de 2015. En vísperas de las elecciones generales de aquel año los que veían mal la situación política eran el 63,1%. Después, con la falta de acuerdo para la investidura, en octubre de 2017, el descontento se disparó hasta el 88,1%.

En paralelo, el pasado mes de junio mejoró la percepción de la situación política, ya que en un mes se incrementaron en 2,5 puntos los que la elogiaban, que llegaron al 4,6%, el porcentaje más alto también desde enero de 2017. Sin embargo, la mayoría de los que han dejado de descalificar la nueva coyuntura no han pasado a alabarla, sino que han optado por definirla como "regular" (23% frente al 18% de mayo).

OPTIMISMO POLÍTICO PARA EL FUTURO

Esta caída del pesimismo se refleja también cuando se pregunta a los encuestados cómo ha evolucionado la política en el último año. Los que consideran que está mejor han pasado del 3,8% de mayo a un 11,7% y los que juzgan lo contrario han caído más de siete puntos en el mismo periodo, hasta el 36,8%. Con la vista puesta en el verano de 2019, el 12,7% (diez puntos más que en mayo) confía en que mejore, frente al 23,1% que augura que empeorará, un pronóstico que un mes antes hacía el 44,1%.

Y con el cambio de gobierno también ha mejorado, aunque menos, la percepción de la situación económica. Si en mayo era "buena o muy buena" para el 6,1%, ahora se sitúa ahí el 6,7%, mientras que los que la descalifican caen el 53,8 al 49,7%. El 22,4 interpreta que ha mejorado en un año (casi 1,5 puntos más que en mayo) y los que creen que ha empeorado se anotan un 21%, la cota más baja desde enero de 2016. Sin embargo, no hay cambios entre los que auguran que dentro de un año habrá empeorado, que siguen en el 20%, y caen tres décimas quienes pronostican que irá a mejor.

Tampoco hay movimientos en la tabla de problemas que mensualmente se elabora con los datos del CIS y que sigue encabezada por el paro con un 62,4% de menciones (1,2% respecto a mayo), con la segunda plaza, de nuevo, para la corrupción (39,2%), que baja sólo cuatro décimas.

En el tercer puesto repite la clase política, aunque con menos menciones que en mayo. Concretamente cae en nueve décimas hasta el 24,5%, y también hay menos alusiones a los partidos y el Gobierno como un problema. Llevaban todo el año en torno a un 4% y ahora han caído a la mitad.

Los problemas de índole económica siguen anclados a la cuarta plaza subiendo hasta 21,9%, y la sanidad continúa como quinta preocupación con un 11,9%, casi dos puntos más que en el mes anterior. Un punto suben las menciones a los problemas de la calidad del empleo (10,7%), mientras que la inquietud por las pensiones sigue bajando y ahora está en el 10,6%.

INESTABILIDAD POLÍTICA

Tras la educación (8,8%) y los problemas de índole social (8,2%), cómo décimo problema vuelve a figurar la independencia de Cataluña, con una décima menos que en mayo (7,1%). La preocupación por inestabilidad política, que durante la legislatura fallida llegó a ser el quinto problema con un 14% de menciones, ha repuntado con el cambio de gobierno del 1,7% de mayo a un 4,2%.

La lista de problemas que más afectan personalmente a los entrevistados también tiene en primer puesto al paro (31,6%), seguido de los de índole económica (21,8%), las pensiones (14,2%), los vinculados a la calidad del empleo (11,6%), la corrupción (11,3%) y la sanidad (11%).

Cae el pesimismo por la situación política tras la investidura de Pedro Sánchez
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