jueves. 28.03.2024

El primer estudio data de 2011 y se realizó en la Oficina de Correos del Reino Unido y el Instituto Demoscópico YouGo. Entonces, el 53 % de los usuarios sentían ansiedad si perdían la cobertura o se quedaban sin batería. Hoy, seis años después los datos son alarmantes. Se calcula que el 60% de los hombres padecen este trastorno y el 48% de las mujeres. Los datos están ahí y ya hablamos de adicción. Los casos más preocupantes son los de los jóvenes ya que el 88 % considera que el móvil forma parte de su vida. Salen a la calle con él, lo llevan en la mano, les altera no recibir “me gusta” en sus publicaciones y sienten la enorme necesidad de estar conectados todo el día.

En el mismo estudio se considera caro o muy caro el precio de los teléfonos inteligentes pero se paga porque éstos tienen prestaciones y aplicaciones a las que de otro modo somos también adictos. Si además de ello la batería dura muchas horas sin cargar, y si el aparato tiene una gran capacidad, todos los problemas que le pudiésemos ver a estar conectados desaparecerían, según informa Nueva Tribuna.

La adicción lleva al punto de exigir en los aparatos una buena resolución de la cámara y sobre todo un aparato de video que sea capaz de hacer viguerías de forma que se puedan compartir en el acto. La nomofobia, abreviatura de la expresión anglosajona (No mobile phone phobia) es la enfermedad del siglo XXI y según expertos psiquiatras, más del 60 % de la población siente una dependencia con el aparato. La sensación de permanecer conectado o no recibir noticias les produce insatisfacción y todos, miran con regularidad el mismo; unas 200 veces al día los jóvenes y 100 los adultos. Muchas veces conscientemente y otras de forma impulsiva.

La nomofobia, abreviatura de la expresión anglosajona (No mobile phone phobia) es la enfermedad del siglo XXI y según los psiquiatras más del 60 % de la población siente una dependencia con el aparato​

Los síntomas que aseguran tener estos pacientes refieren al pánico a perder el teléfono, la gran incomodidad que supone quedarse sin batería y sobre todo, sensación de vacío si no reciben respuesta de los supuestos amigos; todos dicen tener algo más de 500. El miedo irracional a no llevar el teléfono encima les supone que no buscan alternativas al ocio y por tanto, no disfrutan de lo que ven a diario porque pasa por delante y no se detienen a observarlo.

Los pensamientos obsesivos que generan juntos con taquicardias, ansiedad, dolor de cabeza o de estómago son referidos entre los jóvenes que dicen haber perdido el móvil o haber estado desconectados unas horas. Los nativos digitales necesitan una educación al respecto para que construyan su personalidad en base a los demás; sentirse humillados porque no tienen o carecen de algunas cosas que sus amigos proyectan; éxito, belleza, tendencia, etc.

Las características de personalidad comunes a estos pacientes son: la baja autoestima, problemas de aceptación de su propio cuerpo, necesidad de ser alabado, déficit en habilidades sociales y resolución de conflictos. Tienen además a diario ansiedad e inquietud, sentimiento de culpa y disminución de la autoestima. Suelen publicar a diario todo cuanto hacen y dicen para que la sociedad que les sigue les demuestre cariño, lealtad, admiración, etc. y si no lo obtienen se sienten fracasados en sus expectativas cotidianas.

Las características de personalidad comunes a estos pacientes son: la baja autoestima, problemas de aceptación de su propio cuerpo, necesidad de ser alabado, déficit en habilidades sociales y necesitan publicar en a diario todo lo que hacen

Es frecuente observar que en cuanto se produce un evento de las características que sean; música, deporte, teatro, etc. los usuarios inmortalizan el mismo con su persona y graban parte de la escena aunque sea con baja calidad para obtener ese recuerdo sine die y que su memoria visual conserve que estuvieron allí, fueron partícipes del mismo y de esa forma, puedan tener material para publicar. En ocasiones el guión que siguen a diario está meticulosamente estructurado y se convierte además de en una obligación, un trabajo que les lleva tiempo desarrollar.

Entre los trastornos que produce, aparte de los psíquicos se encuentran los oculares. El creciente aumento de la miopía es debido a que los niños no enfocan al infinito desde edades tempranas lo cual supone que el 40 % de los niños menores de 10 años ya llevan gafas.

Eso también supone que sus relaciones con otras personas; familia, compañeros, pareja, se deterioran paulatinamente porque no existe contacto real; puede que sea físico, pero el usuario mientras “habla con alguien”; término que se utiliza cuando se usa la aplicación WhatsApp, no participa de la conversación con la persona que tiene delante. Estos mismos usuarios tienen infinidad de “selfies” autorretratos en los lugares en donde acuden o visitan por absurdo que parezca e inmortalizan cada escena de su vida con una caricatura de sí mismos proyectando en los demás triunfo, “ser un influencer” o ser otra persona en la red.

Los aspectos positivos de las nuevas tecnologías se pueden ver afectados por el uso indebido o patológico del mismo. En ese sentido, la prevención en el ámbito familiar y escolar es necesaria y no deben ser las niñeras del siglo XXI. Inmortalizar la vida, proyectarla a propios y a extraños y no vivirla está teniendo ya consecuencias importantes.

¿Adictos al móvil?