viernes. 19.04.2024

Idoia Villanueva (Pamplona, 1980) entró a formar parte en 2017 de la Ejecutiva de Podemos. Eurodiputada desde 2019, la secretaria de Internacional de la formación ha visitado Santander para participar en una jornada que forma parte de los encuentros con jóvenes dentro del marco de la Conferencia Europea. Un espacio de reflexión y debate sobre Europa y el papel fundamental que juega la juventud tras el que atiende a eldiariocantabria.es para abordar no solo los retos a los que se enfrentan las nuevas generaciones, sino el modo en que Europa y España están afrontando la crisis recrudecida por la invasión de Putin a Ucrania.

Está en Santander con motivo de un encuentro con la juventud. ¿Qué respuesta está encontrando ante esta iniciativa por parte de los jóvenes?

Creo que es muy importante que las administraciones trabajen por garantizar los derechos de las personas

La participación de los jóvenes es esencial porque forman parte del presente y del futuro de lo que será Europa. Y hemos estado hablando precisamente de que Europa muchas veces se ve como algo lejano, como esas estructuras desde las que nos llegan directrices, cuando en realidad la conformamos todos y todas, los primeros ellos mismos. La jornada de hoy estaba centrada en temas de migración y asilo, y me ha sorprendido la alta participación e inquietud de los jóvenes. Han planteado cuestiones sobre por qué ahora se ha actuado de manera diferente con Ucrania frente a otras crisis como las de la frontera sur. Han señalado que hay comunidades autónomas donde viven menores no acompañados o con personas que trabajan 24 horas, y han planteado la necesidad de poner más recursos al respecto. Es muy esperanzador ver cómo la juventud tiene ganas de implicarse, de saber cómo aportar, ayudar e influir en la política y las decisiones que se toman sobre su vida y su futuro.

Llevamos un comienzo de siglo muy convulso, con la crisis económica, el Covid, ahora la guerra. ¿Por dónde se puede comenzar a construir el futuro para estos jóvenes?

Ahora mismo, los jóvenes son de las primeras generaciones que se señalan como aquellas que pueden vivir peor que sus padres. Están muy bien formados, con altos grados de participación en educación superior, y sin embargo tienen dificultades de acceso a empleo estable, de acceso a la vivienda y diseñar un futuro de vida. Ante las múltiples crisis que hemos vivido en los últimos años, creo que es muy importante que las administraciones trabajen por garantizar los derechos de las personas. Y en este sentido, hay que tener políticas especiales para los jóvenes. Uno de los grandes que tienen en nuestro país es el acceso a la vivienda. Hoy en España tenemos sobre la mesa un proyecto de Ley de Vivienda, que confiamos que salga adelante para poder limitar los precios de los alquileres y hacer más accesible esa vivienda. Es un camino que también está señalando Europa, diciendo a los estados que es importante que garanticen los derechos sociales a las poblaciones ante las múltiples crisis que estamos sufriendo.

Europa puede hacer mucho más impulsando la petición de alto el fuego y trabajando con los países para desarrollar vías de diálogo para lograr unas condiciones de paz

El modelo de Europa nació en un contexto muy concreto y unos años muy diferentes. Ahora mismo… ¿es adecuado para lo que demanda la juventud o es necesario un cambio?

Europa nació con unos valores fundacionales de garantías de derechos y libertades sociales, políticas y civiles. Pero ha crecido de una manera muy rápida de acuerdo a unos intereses de sostenibilidad de un mercado común, siempre con esa mirada de crecimiento económico y dejando de lado otros derechos y valores fundacionales. Esto se cristalizó en la crisis de 2008, cuando se salvaron las finanzas y se aplicaron diferentes políticas de austeridad, lo que generó muchísimo dolor y mucha ralentización. Se concluyó que era necesario tener un pilar social más fuerte dentro de la UE, y sin embargo hoy seguimos sin llevarlo a cabo. Frente a la crisis de la pandemia se ha actuado de forma diferente, con planes de reconstrucción conjuntos, pero se sigue echando en falta la apuesta clara por ese pilar social fuerte, por garantizar que todos los estados tienen una inversión mínima en educación, sanidad, vivienda… Hoy nos encontramos con otra crisis múltiple originada por la invasión de Putin en Ucrania, y pensamos que la mejor medida anticrisis es la construcción de paz. Europa puede hacer mucho más impulsando la petición de alto el fuego y trabajando con los países para desarrollar vías de diálogo para lograr unas condiciones de paz. Es esencial que el proyecto europeo, si quiere seguir teniendo futuro, sea capaz de retomar esos valores fundacionales y ahondar en ese pilar social.

¿En qué cree que debe basarse ese pilar social?

Es esencial un compromiso mínimo de inversión en los estados de bienestar, trabajar por desterrar esa desigualdad. Estamos viendo que las múltiples crisis que hemos vivido no han afectado igual a todo el mundo. El crecimiento de la desigualdad es exponencial, y el porcentaje de ricos se incrementa, pero los niveles de pobreza crecen. Por eso es necesario ese compromiso para invertir en educación, sanidad, sistema de pensiones seguro… Si alguien nos pregunta qué significa ser europeo, que podamos responder con rotundidad que es una garantía de derechos y libertades.

Antes hablaba de la necesidad de paz, pero todo apunta en la otra dirección. ¿Cree que habrá un recrudecimiento de la situación en Ucrania?

Europa ha pasado de depender del gas de Rusia a depender del gas de Estados Unidos, que se extrae con tecnología fracking

Es muy alarmante que el jefe de la Diplomacia Europea esté diciendo que esta batalla se gana en el campo de batalla. Creo que el papel de Europa debería ser otro. La invasión de Putin a Ucrania ha creado miles de muertos, millones de desplazados y un alza de los precios de la energía y los alimentos que está impactando muy directamente en Europa. Hasta ahora, lo que estamos viendo es una escalada continua. Muy pocos pensaban que Putin podría invadir Ucrania, pero lo que estamos viendo es que se está cronificando en el tiempo. Pero están pasando otras cosas: Europa ha pasado de depender del gas de Rusia a depender del gas de Estados Unidos, que se extrae con tecnología fracking, contraria a los principios y las iniciativas europeos. Y el dólar ha crecido muchísimo frente al euro, y de alguna manera, Estados Unidos es el mayor proveedor de gas de la UE. Por tanto, el interés de los europeos y europeas es lograr cuanto antes la paz, y creo que es muy peligroso ese intento de ridiculización de esas peticiones. Se oyen muy pocas veces solicitando un alto el fuego y mesas de negociación. Esto terminará cuando se llegue a algún tipo de acuerdo. Al mismo tiempo, ha puesto a Europa frente al espejo sobre la necesidad de construir esa autonomía estratégica basada en soberanía energética, alimentaria y tecnológica. Necesitamos dirigir muy bien nuestras inversiones. No es el momento de aumentar masivamente en Defensa, sino en una transición que nos permita llegar a esa soberanía.

Como Secretaria de Internacional de su partido, ¿qué opinión le merece el papel que está jugando España en la actual crisis que vivimos?

Siempre hemos sido un país de paz. Hemos sufrido en nuestras carnes las consecuencias de la guerra, y en ese sentido el Gobierno de España puede hacer un papel mucho más importante en el liderazgo en esa petición de Europa del alto el fuego, junto con Naciones Unidas o el Papa, que están señalando el camino. Y por otro lado, no hace tanto tiempo había voces que decíamos que era necesario poner impuestos a las grandes fortunas para atacar la desigualdad, que era importante limitar el precio del gas. Y hoy eso es consenso en Europa, que también dice que es necesario tener medidas sociales para proteger a las personas del proyecto europeo. España tiene bajo su responsabilidad tener un proyecto que garantice de alguna manera que estas crisis no las vuelve a pagar la mayoría social ni se vuelven a incrementar las riquezas de los que más tienen. Y todo ello hacia una transición energética con una estrategia muy bien pensada, que no termine siendo un ‘boom’ de las instalaciones renovables.

Tenemos gobiernos que directamente son antidemocráticos. Pero hay que hacer una reflexión y una autocrítica

Respecto a esto, da la sensación de que estamos llegando tarde. Llevamos años hablando de las renovables, pero ha llegado la crisis energética y no estamos preparados. ¿Cómo se gestiona esa posible ansiedad energética de los países?

Para empezar, todavía hay voces en nuestro país que niegan el cambio climático, cuando no hay más que mirar las temperaturas del último verano para ver que es una realidad. Es cierto que vamos tarde en esa transición, y las múltiples crisis no deben servir para retardarla, sino todo lo contrario. Necesitamos trabajar para acelerarla. Son frentes que hay que abordar en conjunto y con mucha responsabilidad. Los planes de reconstrucción tienen que servir para, con responsabilidad, trabajar en la transición energética de la mano de las comunidades autónomas, los municipios, no potenciando macroproyectos a grandes empresas. Toca inteligencia y responsabilidad, y trabajar por esa soberanía alimentaria. El 80% de Europa es territorio rural, pero está teniendo muchas dificultades para recuperar una actividad fundamental como el sector primario.

El auge de los fascismos ya es una realidad, llegando a gobiernos como el de Italia. ¿Hay preocupación en Europa?

Se vive con mucha preocupación. Tenemos gobiernos que directamente son antidemocráticos. Pero hay que hacer una reflexión y una autocrítica. Hay una parte que se veía venir. Si ante las múltiples crisis aplicamos políticas que hacen que crezca la riqueza de los ricos y abandonamos a las mayorías sociales, estamos creando un caldo de cultivo para esas fuerzas reaccionarias, impugnatorias y antidemocráticas. Por eso es tan importante que el proyecto europeo y los estados miembros trabajen por garantizar los derechos de las mayorías sociales. Si no, lo que generamos es un caldo de cultivo no solo antieuropeo, sino de extremismos antidemocráticos. Hoy tenemos dentro de la UE gobiernos que generan zonas libres de LGTBI, que van contra los derechos de las mujeres o que están bloqueando muchas de las iniciativas de avance como proyecto europeo.

Durante muchos años hemos visto cómo se han legitimado muchos discursos antidemocráticos y reaccionarios, con el PP acogiendo y abrazando estos discursos antipersonas

¿Y hay preocupación por lo que pueda pasar en España, con un gobierno en el que estén PP y la ultraderecha de Vox?

Nadie está libre del ascenso de fuerzas autoritarias o antidemocráticas. Y todos y todas tenemos una responsabilidad. Durante muchos años hemos visto cómo se han legitimado muchos discursos antidemocráticos y reaccionarios en medios de comunicación con distintas portavocías de distintos movimientos autoritarios, con el PP acogiendo y abrazando estos discursos antipersonas. España no está exento de que pueda ocurrir. Yo confío en los españoles y las españolas. Somos un país democrático y luchamos por tener un horizonte que garantice derechos y salidas para los jóvenes. Y en ese sentido, el Gobierno tiene una responsabilidad con las políticas que vaya a hacer para garantizar y hacer cumplir esos derechos.

“Las políticas que enriquecen más a los ricos crean un caldo de cultivo para fuerzas...
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