viernes. 19.04.2024
ESTEFANÍA TORRES

“No puede ser que por poner urnas a la gente le caigan palos. Eso no es aceptable en una democracia”

La eurodiputada de Podemos cree que quienes toman las decisiones en el conflicto catalán son “pirómanos a los que no les importan las consecuencias”.

Torres considera que es necesario que la clase política deje de tratar a la ciudadanía como "menor de edad" en el debate sobre la regulación del cannabis, y aboga por una regulación integral del uso de la planta.

La eurodiputada de Podemos, Estefanía Torres. Foto: edc
La eurodiputada de Podemos, Estefanía Torres. Foto: edc

Podemos Cantabria organiza este sábado en su sede una jornada que, bajo el título 'El futuro del cannabis. Modelo de libertades y tutela de los estados', pretende abrir un debate “sosegado y sereno” sobre esta planta, el uso medicinal y social de la misma y la regulación necesaria en España para lograr un nuevo modelo productivo en torno a todas las posibilidades que ofrece, entre ellas en el ámbito de la investigación. En dichas jornadas participan diversos representantes políticos y sociales, entre ellos el portavoz del PP en el Parlamento de Cantabria, Eduardo Van den Eynde, y la eurodiputada de Podemos Estefanía Torres.

Con motivo de su paso por Santander para participar en esta jornada, eldiariocantabria ha entrevistado a la responsable política para abordar la situación de España en esta regulación frente a otros países de todo el mundo que ya han establecido un marco legal, o están en vías de lograrlo. Para Torres es necesario que la clase política deje de tratar a la sociedad como si fuera menor de edad y establecer una regulación global que afecte a todos los aspectos y posibilidades que ofrece la planta. Sobre Cataluña reconoce la preocupación que existe en Europa al considerar que se han vulnerado derechos fundamentales, y defiende el diálogo y una mediación internacional como vías para poder solventar la crisis y encontrar un nuevo marco constitucional donde tengan cabida todos los pueblos.

La jornada se centra en el uso terapéutico del cannabis y su regulación. ¿Cómo está España de avanzada en este sentido respecto a Europa?

En España se están dando pasos desde el mes de abril en lo puramente institucional. Se puso en marcha una comisión especial para el estudio sobre la posible regulación para el uso medicinal del cannabis, y eso es importante porque ayuda a avanzar, pero la regulación actual es bastante floja. Se permite la distribución y disposición de cannabis en determinadas organizaciones sin ánimo de lucro como los clubes sociales, pero hay un vacío jurídico muy importante a la hora de la tenencia y consumo en la vía pública o en tu propio domicilio.

No comparto la hoja de ruta de Puigdemont ni de la Generalitat porque creo que había otras formas de hacerlo, pero para nada está justificada la violencia

Ahí hay que trabajar mucho más para que quien de verdad cultive y consuma tenga seguridad jurídica y no se enfrente a multas escandalosas en muchos casos, como un paciente que tenga una planta en casa y que se vea muchas veces abocado a una sanción o inspección policial. Para asegurar los derechos de los consumidores debería haber una regulación más integral, y ahí estamos bastante mal. Hay varios fármacos que son legales y que los pacientes pueden adquirir, pero tienen restricciones a la hora de adquirirlos, algunas de tipo médico y otras de tipo adquisitivo, porque son caros. Y si quieres tener la planta en casa te enfrentas a lo punitivo, así que es complicado.

Cantabria ha iniciado recientemente un debate en torno a este uso terapéutico. ¿Cree posible que España pueda llegar a regular este tipo de consumo?

Creo, espero y deseo que en algún momento en España se llegue a regular de manera integral el cultivo, uso o tenencia del cannabis. Por completo, no solamente lo que se entiende por marihuana y este tipo de sustancias que salen de la planta, sino por la propia planta en sí, que ofrece muchas posibilidades de investigación médica, pero también para la producción de determinados bienes. Y sería bueno que no hubiera trabas. Ahora los investigadores tienen muchos problemas para poder trabajar con ella de manera total y con seguridad. Para que eso suceda es necesario ampliar la mirada, no centrarnos solo en el uso terapéutico sino cambiar nuestra forma de ver al cáñamo como lo que es, una planta.

¿Qué grado de separación hay entre la sociedad y el Gobierno en torno a este tema?

La sociedad está preparada para asumir debates que son más maduros, va siempre por delante de los gobernantes

Creo que la sociedad está preparada para asumir debates que son más maduros. De hecho, va siempre por delante de los gobernantes. Lo estamos para esto como lo estuvimos para aprobar la ley de matrimonio homosexual, para la ley de divorcio. Pero no se la trata con mayoría de edad y se quedan postergados debates que en otros estados se tienen con total naturalidad. Lo tiene Portugal ahora mismo y no pasa nada. Lo tuvo Uruguay, se aprobó y no está pasando nada. En muchos estados de Estados Unidos está legalizado el uso y cultivo casi en su totalidad.

En España debería poderse, pero va a depender de voluntades políticas y de qué quieran sacar a la agenda pública quienes tienen más poder. Nosotros vamos a seguir poniendo sobre la mesa el debate porque creemos que es necesario. Además, tenemos un terreno propicio para el cultivo que creemos podría aprovecharse para aumentar las arcas públicas de manera importante y sobre todo para dinamizar la economía de las zonas rurales, que están siendo abandonadas y despobladas, y este podría ser un nicho de mercado para ellas.

Si tienes voluntad de gobernar un país, y sobre todo de que un país se gobierne a sí mismo con una economía solvente podría ser una vía a explorar. Hay un tejido organizativo ya organizado, por lo que no sería tan difícil ponerlo en marcha, pero eso depende de quienes están gobernando. No sé lo que hace falta, pero es cuestión de tiempo. Muchas cosas en España están cambiando muy rápido en los últimos años, y sí se nota que la mayor parte de la gente quiere que cambien más, por lo que va a depender de que gane la voluntad popular.

La diputada autonómica de Podemos, Verónica Ordóñez, y la eurodiputada Estefanía Torres. Foto: edc

Esta regulación y los pasos que se den, ¿tienen que ver con la ideología?

La posición a negarse a abrir ciertos debates tiene que ver más con el trato que se da a la ciudadanía que con una cuestión ideológica. Sí que es verdad que puede haber determinadas organizaciones políticas como el PP, que están más reticentes a abrir el debate por el electorado que tienen, más conservador, pero también hay un poso por tratar a la ciudadanía con minoría de edad, y creo que hace falta que los políticos se den cuenta en este país que quien marca el rumbo es la sociedad, y hace mucho tiempo que está pidiendo gobernantes que estén a la altura de su pueblo.

El debate al que se enfrenta España es muy amplio que tiene que ver con una deuda histórica de no haber afrontado que es un Estado plurinacional

Y ahora piden que se regule el cannabis para tener seguridad jurídica y para prevenir los efectos secundarios de la sustancia. Si no se regula es peor, porque el control lo tendrán las mafias y al final eso perjudica a la gente más joven, a la que tiene menos información y a la que es más vulnerable. Puede que haya una parte ideológica, porque mucha gente en riesgo de exclusión social consume cannabis porque tiene una situación personal y social dura, y son capas de la población que a partidos como al PP le importan poco.

Ha hablado de que la sociedad pide que los gobernantes estén a la altura. ¿Cómo se ve la situación en Cataluña y a nuestros gobernantes desde Europa?

Esta semana en Estrasburgo, en el debate sobre Europa, salió la cuestión catalana. Por muchísimos diputados de prácticamente todos los estados miembros se incidió en la necesidad de diálogo entre España y Cataluña, y se insistió en pedirle a la Unión Europea que interceda como mediador de ese diálogo.

En Europa la gente está preocupada en general. Los cargos públicos están preocupados, como lo está la ONU o Amnistía Internacional. Y lo estamos porque hubo una vulneración de los derechos fundamentales el día 1 que no se puede consentir en una democracia. No puede ser que por poner papeletas y urnas a la gente le caigan palos. Eso no tiene cabida desde ningún punto de vista, no es aceptable en una democracia que haya violencia frente a urnas, aunque el referéndum no tenga efectos legales al no haber obtenido el aval del Tribunal Constitucional. No comparto la hoja de ruta de Puigdemont ni de la Generalitat porque creo que había otras formas de hacerlo, porque creo que es necesario un referéndum pactado y con garantías para la ciudadanía en Cataluña, pero para nada está justificada la violencia. Si justificamos la violencia en este caso, mañana la justificaremos para cualquier cosa. La violencia desmedida es siempre condenable, y lo que no puede calar en la sociedad es que esto esté justificado.

Para asegurar los derechos de los consumidores debería haber una regulación más integral, y ahí estamos bastante mal

Desde Europa hay mucho apoyo en este sentido. No sé qué va a hacer el Gobierno de Mariano Rajoy y el Gobierno de la Generalitat, pero espero, y apostamos por eso, que exista consenso y mediación. Lo planteamos hace unos días, que se establezca una mesa de negociación entre ambas partes para que alguien pudiera mediar. Esto nos afecta a todos en tanto en cuanto se está generando una confrontación social muy peligrosa que si no se corrige va a ser muy difícil de solventar después. Quienes están tomando las decisiones ahora son pirómanos a los que no les importa realmente las consecuencias, y el mayor responsable es Mariano Rajoy, porque tiene una posición de más poder y tiene que dar una imagen de Estado que no está dando. La imagen es de un Gobierno de parte que está alentando a un electorado más ultra, aquellos que salen con el ‘a por ellos’. Rajoy no se está dando cuenta de que tiene que velar por el conjunto y la convivencia, por la fraternidad y los derechos humanos. Espero que les entre la cordura a todas las partes por el bien de todos.

Pide una mediación. ¿Cree que realmente es posible?

Nosotros vamos a seguir la misma vía en el papel que tenemos, que no es por desgracia el de mayor poder para poder hacer algo. El debate al que se enfrenta España es muy amplio que tiene que ver con una deuda histórica de no haber afrontado que este es un Estado plurinacional, que Cataluña también es una nación y que hay que buscar un encaje no solo para Cataluña, sino para otros pueblos que también son nación y que tienen que sentirse parte de un conglomerado total, que es un Estado plurinacional. En lugar de pensar que esto es una amenaza hay que pensar que esto es una fortaleza y una oportunidad. No hay nada más rico que un pueblo que sepa hablar lenguas distintas que son propias. Tenemos euskera, catalán, asturiano, gallego, valenciano, … Lo que necesitamos es un marco constitucional acorde a los tiempos que corren que sepa dirimir los problemas políticos que vienen de antes. Pero eso se hace hablando, y vamos a seguir empujando y apostando por el diálogo y algo que consideramos irrenunciable: la defensa de los derechos humanos. No puede haber nada que esté por encima.

“No puede ser que por poner urnas a la gente le caigan palos. Eso no es aceptable en...
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