sábado. 20.04.2024

Para Felipe Piña (Santander, 1979) son las primeras elecciones como candidato a la Alcaldía de Santander. Procedente del Gobierno de Cantabria, donde ocupa el cargo de director general de Transportes y Comunicaciones, lleva semanas realizando una intensa campaña visitando los diferentes barrios de la capital cántabra. Eso le ha permitido, como él mismo reconoce, ver que hay muchos problemas comunes en toda la ciudad, a los que quiere hacer frente en un programa electoral que aborda en esta entrevista.

Son sus primeras elecciones como candidato. ¿Cómo está viviendo esta campaña?

Está siendo una campaña muy bonita, muy intensa, en la que estamos dando prioridad a dos asuntos básicos. Uno es escuchar a la gente, a los colectivos, las asociaciones, las empresas, las instituciones… Y por otro lado, plantearles soluciones construyendo un programa muy ambicioso para Santander. La situación de hundimiento en la que se encuentra es tal que el programa tiene que ser más ambicioso que en una situación normal en la que Santander estuviera en el sitio que le corresponde. El programa es ambicioso, serio y muy estudiado.

¿Cuáles son las prioridades de su programa para los próximos 4 años?

Lo principal es tener un presupuesto. No me imagino ser alcalde y gobernar sin un presupuesto. Cualquiera en su sano juicio puede entender que cualquier ente social que se tenga que organizar y gestionar necesita tener claro en qué y cómo recaudar el dinero para aportar soluciones e inversiones. Por tanto, la prioridad primera y fundamental es tener un presupuesto.

Ha sido una legislatura muy negativa, no una legislatura perdida

Llega desde el Gobierno de Cantabria. ¿Cómo valora la legislatura que ahora termina en Santander desde fuera del Ayuntamiento?

Escucho al resto de candidatos la teoría de que ha sido una legislatura perdida en la que nada se ha hecho. Yo creo que no. Ha sido muy negativa, no perdida. No ha sido una legislatura de estancamiento, sino una legislatura que ha ahondado más en el desconcierto, en el caos desde todos los puntos de vista. No solo en inversiones, sino en equipamientos básicos, problemas cotidianos que tienen que ver con cuestiones resueltas en el pasado y que han decaído. Cosas muy básicas como la luz, la limpieza o la seguridad. Por tanto, no ha sido una legislatura en stand by, sino una que ha ahondado más en el deterioro y en el error permanente del equipo de gobierno, con una falta de voluntad para dialogar y llegar a acuerdos en todos los ámbitos y con todas las administraciones, incluso con sus propios socios de gobierno. Ha sido un auténtico caos.

Lleva ya bastante tiempo recorriendo los barrios de la ciudad, antes incluso de la campaña. ¿Qué le reclaman los vecinos?

Al final los vecinos de los barrios, que es gente fantástica que trabaja por mejorar la ciudad, que se organiza y se sacrifica quitando horas de su vida y su ocio, nos transmiten prácticamente lo mismo en todas partes: falta de limpieza en las calles, aparición de ratas, muy poca iluminación, falta de aparcamiento para residentes, problemas con las tramitaciones de ayudas para rehabilitación de fachadas… Santander tiene unas dificultades orográficas importantes y es por eso por lo que habría que hacer esfuerzos mayores. No solo para hacer escaleras mecánicas, que está muy bien y por supuesto que hay que mantenerlas y tenerlas en su debido estado técnico y de seguridad, sino también ahondar en la política de fomentar otras medidas de accesibilidad como los ascensores, sobre todo con una población muy envejecida.

Santander una ciudad de desequilibrios tremendos

Por lo que ha podido ver, ¿hay una Santander de primera y una Santander de segunda? Hablo de servicios, de conservación…

Perfectísimamente. Hay una ciudad de desequilibrios tremendos. Y no hay que irse a cordones periféricos como en las grandes urbes para ver cómo va decayendo el nivel adquisitivo, de servicios, de equipamientos. Aquí ocurre lo contrario. Podemos estar en el Centro Botín y prácticamente a 200 metros hacia el Cabildo, o hacia Vista Alegre, o hacia el Carmelo, que están deterioradas, con los comercios cerrados, con sus problemas de aparcamiento a la orden del día, con falta de policías cuando se les reclama. Claro que hay una ciudad de primera, que es la fachada que ve el turista en julio o agosto y se va diciendo que Santander está igual que hace 20 años salvo el epicentro de la cultura que es el Centro Botín. Pero los pueblos como San Román, Cueto, Monte o Peñacastillo tienen problemas de comunicación, problemas de aceras… Problemas de cosas muy cotidianas que ya deberían dar por resueltas los vecinos.

Hablaba antes de la necesidad de tener un presupuesto. En esas cuentas, ¿qué es lo más urgente que habría que cambiar en Santander?

No provengo de esa Administración, por lo que tendría que familiarizarme mucho con cada área de gobierno, ver qué se recauda, cuáles son los ingresos y cuáles son los gastos. Principalmente gastos que tengan que ver con la política social, de ayuda al tercer sector, a la gente con más problemas y nuestros mayores, y políticas para que los jóvenes puedan tener, de una vez por todas, mediante la empresa pública SVS, facilidad para poder quedarse en la ciudad. Eso conlleva una vinculación directa con la redacción de un Plan General que establezca bolsas, a poder ser en el centro de la ciudad, donde se puedan llevar a cabo promociones de viviendas de alquiler para jóvenes. Y por supuesto, bucear en el capítulo 6 de Inversiones para saber todo lo que se ha hecho, por qué se ha hecho mal y se han cometido errores. El parking de Medicouague está vacío, el parking próximo a la Residencia está vacío, se han gastado más de 7 millones de euros en el Metro-TUS… Va a ser muy duro, lo sé, pero hay que empezar de cero y entrar aire fresco al Ayuntamiento, armar una ciudad, que es lo que se merece, y no permitir esta sangría de pérdida de población.

Hay que tener acuerdos y hablar con las personas que tengan capacidad de mirar esta ciudad con ilusión de futuro

Todo apunta a que tras el 28M serán necesarios pactos para gobernar. ¿Necesita Santander un cambio aunque sea con acuerdo entre varios partidos?

Las mayorías absolutas no están a la orden del día, ni aquí ni en ningún sitio. Hay que hablar, hay que sentarse con los demás, hay que compartir ideas, criterios, confrontar propuestas si hace falta, pero no enrocarse como ha hecho el PP en el Ayuntamiento de Santander sin tener capacidad de dar soluciones. Todo son excusas. La culpa de las playas es de Costas, la culpa de la no apertura al mar es del Puerto, la culpa de la integración es del Ministerio, la culpa es de Cs en tanto en cuanto no ha podido ni licitarse un PGOU. Claro que hay que tener acuerdos y hablar con las personas que tengan capacidad de mirar esta ciudad con ilusión de futuro.

¿Cree que la situación política nacional puede condicionar el voto de la población en estas elecciones?

Hay un clarísimo distanciamiento entre el votante de siempre del PP y lo que ocurre en Santander

El votante de los grandes partidos, cuando medita, en muchos casos es fiel a esas siglas. Pero es cierto que en el Ayuntamiento de Santander el PP ha perdido ya 21.000 votos entre 2011 y 2019, que es como llenar el estadio del Sardinero. Hay un clarísimo distanciamiento entre el votante de siempre del PP y lo que ocurre en Santander. La gente pide un cambio a gritos independientemente de la ideología. Ven una ciudad sucia, una ciudad que con esta Bahía podría tener muchísimas más oportunidades desde el punto de vista deportivo, de equipamientos, de congresos, de la cultura, la imagen en el exterior. Y no las tiene. Todas las capitales de provincia del entorno de Santander han mantenido o ganado población en los últimos 30 años y no se han dejado atrás 23.000 vecinos.
 

“No me imagino ser alcalde y gobernar sin un presupuesto”
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