sábado. 27.04.2024

No encontraba la salida de aquel inmenso parque de atracciones. La muchedumbre formaba como un tapón de cera en el oído. Carecía de los nervios de acero para soportar aquel secuestro, pero se tropezó con una imagen de un ángel. "Sácame de aquí, por favor. Padezco un ataque de pánico", le suplicó. Aquella figura etérea sonrió y le tendió la mano: "Ven conmigo". Le subió a una montaña rusa y cuando se activó el dispositivo los dos subían y bajaban por los raíles.

Cuando el hombre giró la cabeza a su derecha aquel ángel era la viva estampa del demonio. Le agarró con sus pezuñas y lleno de ira arrojó al vacío a su víctima. Apenas cinco minutos después, los servicios sanitarios le atendieron. No había muerto pero presentaba graves lesiones y le ingresaron en el hospital. El demonio apareció en el box de urgencias y con un cable de la luz le estranguló. A su regreso, el médico encontró al paciente sin vida y una foto colocada en su torso de un ángel caído. "Otra vez", musitó.

El ángel caído
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