La situación política, social y económica de Venezuela es crítica desde décadas atrás, y eso solo se agrava con la presencia del COVID-19 en el territorio nacional, y esto podría producir una terrible emergencia funeraria en los meses de septiembre y octubre. Para los venezolanos vienen días duros, en donde la protección, el distanciamiento social y la cuarentena radical serán vitales para evitar la propagación del virus cuya curva sigue en ascenso.
Entre la segunda y tercera semana de agosto el gobierno anunció que se había traspasado la marca de 1000 contagios diarios. Una noticia que cayó como un balde de agua, pero que no sorprendió a nadie dada las circunstancias del país producto de la cuestionada y aborrecida gestión madurista. El aumento de los casos y de los fallecimientos era algo que el colegio de médicos esperaba, de hecho, en muchas ocasiones alertó de que si no se tomaban las medidas adecuadas, se brindaba equipos y las condiciones a los hospitales, la situación se saldría de las manos llevando a una catástrofe.
Si bien los ciudadanos han intentado mantener el distanciamiento, usar el tapabocas y mantenerse en cuarentena, no todos pueden hacerlo y más que por decisión propia se debe a que las condiciones económicas de cada grupo familiar no lo permite. Muchos deben trabajar todos los días para poder sobrevivir en un país donde el sueldo mínimo oficial es de 1$.
¿Qué salidas han tenido algunos venezolanos para evitar salir a la calle? El emprendimiento autónomo en mercados como productos alimenticios, tecnología y servicios, el trabajo por internet como freelancer y los juegos y plataformas que han ayudado a las personas a mantenerse a flote en pleno caos. Una de las plataformas de juegos preferidas por los adultos jóvenes es el 888 Casino, donde pueden multiplicar una pequeña inversión con juegos de azar populares como blackjack (21), la ruleta, póker o incluso máquinas tragamonedas. Otra alternativa es entrar al Synergy Casino ES, donde encuentran cientos de alternativas de este tipo.
Sin embargo, las opciones anteriores no pueden ser usadas por la mayoría de la población, ya sea por desconocimiento o porque no poseen acceso a Internet, haciendo el teletrabajo algo técnicamente imposible.
COVID-19 EN VENEZUELA: LAS CIFRAS
Para la mitad de agosto Venezuela tiene más de 33.000 casos de Coronavirus, siendo la mayoría de los contagiados del Distrito Capital, seguido de Miranda y Zulia. Según el gobierno de Maduro, más de 21.400 se han recuperado y con más de 270 fallecidos (aunque esta cifra puede ser mucho mayor según declaraciones de gobernadores y alcaldes que aún no se han contabilizado).
Una de las situaciones críticas ha sido el fallecimiento de miembros del sector salud, doctores y profesionales de enfermería, mostrando la enorme falta de insumos como equipos de seguridad y tapabocas que hay en los hospitales y clínicas del país. Para la primera quincena de agosto son 15 médicos y 2 enfermeros las víctimas de las circunstancias del país y de lo duro que resulta el COVID-19.
En total hubo 55 fallecidos dentro del sector salud desde que el virus comenzó a transmitirse en Venezuela.
- 44 médicos (33 hombres y 11 mujeres)
- 7 enfermeros (4 mujeres y 3 hombres)
- 4 entre trabajadores de la salud y un biomédico
A mayor número de contagios las estadísticas abordan un mayor número de fallecidos. A esto se le suma el colapso de los hospitales, el Poliedro manejado por un ex deportista y el costo de recluir un paciente en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de una Clínica.
ESTRATEGIA SIN SENTIDO
Una de las estrategias más cuestionadas del régimen ha sido la de 7 x 7, donde se dan 7 días de flexibilización y posteriormente 7 de cuarentena radical. Ahora, se ha modificado por niveles, dependiendo del nivel de “emergencia” del estado algunos negocios podrán abrir y otros no. Para los ciudadanos esto no es más que otro intento fallido por hacer funcionar un país en ruinas a golpe de martillo.
PAÍS FUERA DE SERVICIO
Las fallas eléctricas, la falta de agua, gas y gasolina son un constante en la vida de los venezolanos que además de tener la vida cuesta arriba tendrán que lidiar con los riesgos de una enfermedad que puede contagiar tanto a los más pequeños como a los adultos. Un virus que no distingue personas y un gobierno que es aún más nefasto. Para algunos la mejor solución es protegerse al máximo, pero con condiciones así parece que solo vamos a un destino con el que nadie querría lidiar.
