sábado. 27.04.2024

Crecimiento y progreso. Las dos máximas de la ciudad de Torrelavega a mediados de siglo XIX que marcaron su propio devenir hasta convertirse en el núcleo industrial más importante de la comarca del Besaya. Zona destinada al turismo y que de simple villa agraria pasó a considerarse toda una ciudad. Una etapa en la que importantes empresas vieron con buenos ojos establecerse en la población cántabra, y junto a las familias que movían con ellas, aumentaron la importancia económica del lugar. Y de todo ese caldo de cultivo se aprovechó el Círculo de Recreo de Torrelavega para nacer en 1861. Los vecinos necesitaban un centro de reunión, ocio, tertulia, ambiente y amistad. ‘El Casino’, como se le conocía popularmente, se convirtió en realidad.

Gregorio Ceballos fue su primer presidente, aunque el primer reglamento de la institución se aprobó en 1875 bajo el mandato de Higinio Polanco. En él se incluían las primeras normas para que los socios del casino recreativo cultural supieran cómo comportarse en la sala de lecturas, en la barra de bar y en las mesas de juego. La buena organización y el atractivo número de afiliados derivó en la compra de los terrenos del “Majuelo”, en el que se construyó un gran edificio neoclásico como primera sede social. Ni si quiera en Santander existía por entonces una estructura parecida. Algo que parece haber quedado en el olvido para capitalinos y demás habitantes regionales.

El juego también tenía su espacio en esta sociedad, si bien jamás se pudo asemejar al aspecto del Gran Casino Sardinero que surgiría en la capital en 1916. A día de hoy el gran acaparador de todos los focos en la comunidad en cuanto a espacio de ocio se refiere, sin reparar lo suficiente en que su vecino de Torrelavega había comenzado su historia 55 años antes. Quizá en la actualidad no cuenta con servicios de azar tan sofisticados como el casino santanderino, ni tampoco se ha planteado tomar la senda de introducirse en la lista de casinos online como el caso de otros grandes edificios como Gran Casino Madrid o Casino Barcelona (tampoco lo ha hecho por el momento el Casino de Cantabria). Pero tiene otras muchas virtudes de las que se aprovechan sus gentes.

Las disciplinas más populares que se practicaban con baraja española y baraja francesa eran las que reinaban entre los participantes en las mesas de juego. Incluso el bingo se podía tomar como referencia en el apartado de juegos de apuestas, aunque siempre dentro de un contexto social armonioso, alejado del carácter lúdico de los predecesores en la materia. La prioridad era la diversión de los presentes y el entretenimiento previo o posterior a los eventos culturales y de sociedad que estuvieran programados para cada jornada. Hablamos de concursos infantiles, de fotografía, cine o pintura, algunos llegando a alcanzar repercusión nacional.

El deterioro de la primera sede central llevó al Círculo a construir un nuevo edificio de cuatro pisos, que se inauguró en 1969. Dicha finca se mantiene como la actual, salvo una parte de la zona ajardinada que decidió venderse por su gran valor, al situarse en una zona céntrica. Si bien la sociedad se expandió en 1974 al adquirir las tierras del conocido como “Caserío de la Barda” y reformarlas para crear el Club de Verano o Sede Deportiva. Eso ayudó a que el cambio de siglo y la llegada de la etapa contemporánea no desgastara la popularidad del centro. A principios de los 2000 se conservaban al menos 1.700 socios y más de 3.500 usuarios, un 6% de la población del municipio.

UNAS INSTALACIONES MULTIUSO

La sede central del actual Círculo de Torrelavega alberga muchos espacios y muy importantes por sus dimensiones. Destaca una biblioteca con más de 7.000 ejemplares que incluye una sección exclusiva de videoteca con vídeos y dvd’s de índole cultural. En la planta baja también confluyen un salón de encuentro, un salón de lecturas, una sala de televisión y dos salones de juegos de cartas, que se complementan con los servicios de cafetería y restaurante. Subiendo las escaleras encontramos varios despachos, un gimnasio y un salón con capacidad para 300 personas en el que se llevan a cabo cursos durante todo el año. En el tercer piso está la boîte de bailes y un poco más arriba la terraza.

A finales de los 70 y principios de los 80 se crearon tanto la escuela de ajedrez como la de tenis, de las que han salido muy buenos jugadores

A finales de los 70 y principios de los 80 se crearon tanto la escuela de ajedrez como la de tenis, de las que han salido muy buenos jugadores formados deportivamente y con grandes valores educacionales. Aunque es en la sede deportiva donde se añaden piscina olímpica e infantil, solárium, pista de frontón, pistas de padel, campo de fútbol, cancha de baloncesto, pistas de petanca y una bolera montañesa. Le acompañan zonas verdes frondosas y un parque de columpios, al margen de otro edificio con vestuarios, bar, más salones de juego y el aparcamiento.

Un despliegue fantástico para una entidad centenaria en Cantabria que llena de actividades las agendas de los torrelaveguenses. Y sin nada que envidiar a otras ciudades de la región. Vida social, deporte, gastronomía, eventos o naturaleza. Ideal para encontrar nuevas formas de ir de picnic, de pasar tiempo con los amigos o de encontrar un nuevo reto físico. Y lo que le queda por dar.

Cuando el Círculo de Torrelavega impartía juego en Cantabria
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