martes. 23.04.2024

La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) ha desestimado el recurso de apelación del joven que fue condenado a 11 años y 7 meses de prisión por agredir a su novia y apuñalar a la madre de ésta y a su marido. Por la agresión a éste último fue condenado por intento de asesinato.

El fallo, que no es firme y se puede recurrir en casación ante el Tribunal Supremo, confirma la sentencia de la Audiencia provincial que en julio del año pasado le condenó como autor de tres delitos de violencia de género (maltrato de obra); un delito leve de vejaciones; otro de coacciones con la agravante de comisión del delito por razón del género; asesinato en grado de tentativa; y lesiones graves con uso de armas, aplicándole la atenuante analógica de alteración psíquica.

En su recurso de apelación, en el que acepta los hechos declarados probados de la sentencia y la responsabilidad civil, solicita la absolución o en su caso, la rebaja de las penas al grado mínimo. Así, pide que el asesinato en grado de tentativa se califique como tentativa de homicidio o como lesiones, y que se le apliquen dos eximentes incompletas o atenuantes muy cualificadas por drogadicción y alteración psíquica. También solicita su puesta en libertad en base al tiempo transcurrido desde su ingreso en prisión, en marzo de 2017.

La sentencia del TSJC, a la que ha tenido acceso Europa Press, concluye que el recurso no puede ser estimado ni en la discrepancia con la calificación jurídica de los hechos, ni en la aplicación de las circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal. En este sentido, explica que las circunstancias de la agresión al padrastro de la chica determinan la calificación como un delito de asesinato en grado de tentativa, por la existencia de alevosía.

Así, detalla que el acusado le propinó un puñetazo en la cabeza que le dejó aturdido, y en esa situación de "debilidad y desprotección", le apuñaló por la espalda con una navaja de nueve centímetros de hoja que llevaba oculta y que cogió sin que nadie le viera, asestándole un importante número de puñaladas que le provocaron 15 heridas múltiples y una herida penetrante en el hemitorax izquierdo de pronóstico grave que hizo peligrar su vida.

Asimismo, considera improcedente acoger las eximentes incompletas o atenuantes cualificadas alegadas por la defensa, y rechaza también la petición de puesta en libertad.

RECONOCE LOS HECHOS 

En el juicio, el joven reconoció y pidió perdón por los hechos por los que ha sido condenado, que ocurrieron en el barrio de La Inmobiliaria de Torrelavega los días 20 y 22 de marzo de 2017, cuando la pareja --él de 19 y ella de 17-- llevaba unos dos años de relación.

El relato de hechos probados comienza constatando que "las discusiones de la pareja fueron continuas desde el principio, dado el carácter impulsivo, posesivo y agresivo del procesado, carácter agravado en ocasiones por el consumo por éste de sustancias tóxicas", y que la relación, "cada vez más deteriorada, desembocó en agresiones consistentes en tortazos" a la joven.

La noche del 20 de marzo la pareja se encontraba en una habitación que el joven tenía alquilada cuando se inició una discusión, en la que éste golpeó a su novia en la cara y le llegó a gritar "arrodíllate cacho perra puta". Dos días después, la noche del 22, en esa misma habitación, la pareja inició una nueva discusión, lo que llevó a la chica a llamar por teléfono a su madre para que viniera a recogerla y poder marcharse de la casa, algo que enfadó al acusado, que comenzó a darle patadas y puñetazos y le sacó una navaja. La madre y el padrastro de la chica acudieron a buscarla y se inicio un enfrentamiento con el joven, que sacó hasta tres veces del coche por la fuerza a su novia, tirándola de la ropa e incluso del pelo. Cuando la madre intentó evitar que arrastrara a su hija más veces fuera del coche, la dio un puñetazo en la cabeza que hizo que se mareara. Al ver la agresión a su esposa, el marido salió del vehículo y apartó de un empujón al joven, que comenzó a golpear y rayar el vehículo, y cuando el padrastro de su novia estaba entrando nuevamente en el coche, le dio un fuerte golpe en la cabeza, y después se le tiró encima por la espalda y comenzó a apuñalarle. La mujer se acercó para evitar que continuara con la agresión, pero al ver que tenía en la mano una navaja salió corriendo calle abajo. El joven salió tras ella y le clavó la navaja por la espalda a la altura de uno de sus hombros, cayendo al suelo, donde el agresor no pudo continuar apuñalándola por la intervención de terceras personas.

Además de las penas de prisión, y la prohibición de acercarse a los tres, la Audiencia le ha impuesto diez años de libertad vigilada, y le ha condenado a indemnizar con 12.000 euros al padrastro de la chica, y con 6.000 euros a la madre, así como a pagar 1.750 euros por los daños en el vehículo, además de las costas procesales, incluidas las de las acusaciones, ejercidas por la chica y por la madre y su marido.

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