viernes. 29.03.2024

"Cantabria necesita más que turismo, pero también necesita turismo", afirmó Marina Lombó, consejera de Educación, Formación Profesional y Turismo en el mes de enero en su discurso con motivo de la celebración de Fitur 2020, antes de recordar el récord alcanzado en 2019 por el aeropuerto Seve Ballesteros-Santander que cerró el ejercicio con casi 1,2 millones de pasajeros, un 6,5% más que el año anterior y que posteriormente se ha ido manteniendo en ‘máximos históricos’.

El tráfico de pasajeros en enero crece un 11% más, consiguiendo que febrero, comparativamente, subiese un 4% en número de pasajeros. Incluso Iberia anunció que incrementaba las frecuencias de las conexiones semanales entre Santander y Barcelona a partir de este mes de abril operando la compañía cuatro viajes diarios (dos vuelos de ida y dos de vuelta) de lunes a viernes.

Pero todo eso cambió tras decretarse el estado de alarma el pasado 15 de marzo. Dos días después, el 17 de marzo, el aeropuerto Seve Ballesteros-Santander registraba el primer caso positivo por coronavirus, un trabajador de seguridad. “Se negaron a dotar a los vigilantes de mascarillas y guantes", denunciaba a este medio el delegado de personal de la empresa Segurisa, Jorge Fernández, de Alternativa Sindical. Con anterioridad, concretamente el 9 de marzo, transcendía que cuatro congresos sanitarios previstos en Santander habían sido aplazados y que Ryanair redujo su oferta de vuelos, inicialmente con Italia, para cancelar todo su tráfico posteriormente.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Cantabria (AEHC), Ángel Cuevas, afirmaba que “la amenaza del coronavirus está retrasando" las reservas en la hostelería de Cantabria para la Semana Santa, aunque el sector está "convencido" de que, pese a todo, va a "trabajar bien" en esos días festivos.

Durante el mes de abril no ha operado ningún vuelo desde el Aeropuerto Seve Ballesteros

Nada más lejos de la realidad. Durante el mes de abril no ha operado ningún vuelo desde el Aeropuerto Seve Ballesteros-Santander, es decir, ni ha despegado ni ha aterrizado ningún avión. Si lo comparamos con el mes de abril del pasado año, se contabilizaron, según informó Aena, un total 100.807 pasajeros. Un giro dramático que coloca al turismo en la punta de lanza de la economía regional frente al coronavirus y que deja realidades nunca antes vistas. Ni un solo avión, ni un solo pasajero ha llegado a Cantabria en un mes en el que el Seve Ballesteros ha mostrado una estampa ‘fantasma’ y que ha dejado en cero el tráfico de pasajeros, un hundimiento sin precedentes en la economía y el sector terciario de la región.

Las caídas masivas del tráfico aéreo han llevado a mínimos históricos las operaciones de las aerolíneas europeas y en los aeropuertos europeos, poniendo en riesgo, incluso, la viabilidad de varias compañías. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo ya ha avisado de que España se enfrenta a una caída de 114 millones de viajeros, que conlleva una pérdida de ingresos para las aerolíneas de 14.300 millones de euros y que está al frente de la lista negra de países más castigados por las restricciones de vuelos para contener la pandemia, seguido de Reino Unido, Alemania, Francia e Italia.

El inexistente tráfico aéreo ha dejado sin vida al Seve Ballesteros, que cada día veía partir y llegar a miles de pasajeros, para dársela al medio ambiente. Los nulos transportes aéreos, unido al descenso de los movimientos por tierra, se ha traducido en una mejora notable de la calidad del aire en Cantabria, con la reducción de contaminantes como el dióxido de nitrógeno de hasta un 60% en Santander y un 40% en Torrelavega en un mes de confinamiento. Así como el menor número de partículas en suspensión en la capital cántabra (17% menos) y en la del Besaya (14% menos), según los datos de CIMA Cantabria.

El Seve Ballesteros, sin vida durante la pandemia
Comentarios