jueves. 28.03.2024

OTRA VEZ EL ZAMPABOLLOS DE PAPA NOEL NO, POR FAVOR

Que nadie se atreva a comparar a ese payaso sopazas de Papa Noel con los Reyes Magos. Ni por asomo. La historia de The Three Wise Men (los 3 sabios) en la más ajustada denominación inglesa, posee una intensidad poética y mítica que enamora. También estética.

Quizá desde la Edad Media y con seguridad desde el siglo XIX, se estableciese la costumbre de vincularlos con los regalos navideños de los niños

No es de extrañar que, quizá desde la Edad Media y con seguridad desde el siglo XIX, se estableciese la costumbre de vincularlos con los regalos navideños de los niños. Porque el magnetismo y el misterio de estos personajes ya existía desde muchos siglos atrás.

NI ERAN REYES, NI ERAN TRES, NI NÁ

Los reyes no eran reyes. Eran Magi, una casta sacerdotal de Persia vinculada al reformador Zoroastro. Universalmente respetados en aquel tiempo por sus conocimientos sobre estrellas, magias y misterios. Tampoco eran precisamente tres, un número que se empieza a mencionar unos siglos más tarde, quizá porque ofrecieron tres regalos. 

Otras tradiciones cristianas, como la armenia o la siríaca, hablan de doce sabios. Y en el evangelio apócrifo de la infancia de la iglesia siríaca se les describe escoltados por un contingente militar.

Los Reyes buscando la estrella en una imagen medieval
Los Reyes buscando la estrella en una imagen medieval

Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar aparecen más tardíamente, en el siglo VI, y difieren entre las distintas ramas del cristianismo.

Las fuentes son escasas y oscuras. Apenas unas líneas en el evangelio de Mateo y una descripción un poco más detallada en algún evangelio apócrifo. Mateo dice que vinieron del este. Y al este estaba Persia, en aquel tiempo bajo el imperio Parto.

El cristianismo se fue apropiando a toda prisa de material mítico del mitraísmo, de la cultura helenísica, de los gnósticos y otras creencias de Oriente Medio

 Si existieron ¿Qué pintaban esos estrambóticos personajes venidos desde tan lejos persiguiendo una estrella?

EL MARKETING Y DIOS 

En el tiempo en que se escribieron los evangelios, el cristianismo era una herejía del judaísmo, construida a partir de las deslavazadas enseñanzas de un oscuro maestro espiritual que había muerto ejecutado como un delincuente ¿Cómo competir con otras religiones centenarias para disputarles la fe de los creyentes?

Los Reyes buscando a Jesús, según James Brassey
Los Reyes buscando a Jesús, según James Brassey

Sobre la base del judaísmo, del que debía diferenciarse, el cristianismo se fue apropiando a toda prisa de material mítico del mitraísmo, de la cultura helenísica, de los gnósticos y otras creencias de Oriente Medio como el zoroastrismo. Y necesitaba credibilidad.

La imagen de los entonces afamados sabios persas –y por tanto paganos– postrándose para adorar al redentor de la recién nacida religión, empuja a imitarlos. Posee el poder sugestivo de los grandes anuncios publicitarios, como lo prueba el que la escena ha sido reproducida cientos, tal vez miles de veces en el arte occidental. ¿Es esta imagen solo publicidad?

Imagen medieval de los Reyes avisados por el ángel
Imagen medieval de los Reyes avisados por el ángel

LO QUE NO SE SABE SI OCURRIÓ

El Nuevo Testamento nos cuenta la extraña historia de unos magos venidos de Oriente siguiendo una estrella cuya aparición vinculan con el nacimiento de un gran rey de los judíos. El entonces rey Herodes, celoso de cualquier competidor, les pregunta por el inicio del fenómeno para conocer su fecha de nacimiento, y les pide que le avisen si lo encuentran. Los magos siguen la dirección de la estrella y consiguen dar con el niño Jesús, pero un ángel les comunica mediante un sueño de que no deben informar a Herodes.

Relatos míticos como el que nos ocupa suelen repetirse a lo largo del tiempo con pequeñas variaciones, copiados de unas culturas a otras

Cuando éste descubre que ha sido burlado por los magos, ordena el asesinato de todos los niños de la zona para librarse de cualquier futuro aspirante a rey. Pero José, María y el niño, alertados por otro ángel, ya han huido a Egipto. Del suceso, conocido como la Matanza de los Inocentes, no hay ningún registro histórico, y es muy probablemente falso. Al resto del relato los historiadores le dan el beneficio de la duda.

UNA LEYENDA PERSA

Relatos míticos como el que nos ocupa suelen repetirse a lo largo del tiempo con pequeñas variaciones, copiados de unas culturas a otras, y se puede rastrear su origen. Y desmontando el artefacto, con frecuencia aparecen piezas interesantes.

Uno de los supuestos regalos en oro de los Reyes, en el Monte Athos
Uno de los supuestos regalos en oro de los Reyes, en el Monte Athos

Así, es sabido que Seleuco Nicator, uno de los generales que heredó el imperio de Alejandro, donó al templo de Apolo en Dydima, en Turquía, oro, incienso y mirra en el siglo III a.c. Exactamente el mismo regalo de los Magos al recién nacido, lo que confirma una ofrenda ritual a la divinidad. 

Pero nadie ha encontrado una leyenda de la que el viaje de los Magos sea una variación o copia. No resulta creíble que los Magi viniesen buscando exactamente a Jesús, pero su viaje sí pudo haber sido realidad. Los evangelios apócrifos siríacos aclaran que los Magos venían tras la aparición de una estrella vinculada con una profecía de Zoroastro. Y algunos estudiosos del cristianismo coinciden en la existencia de una creencia persa que relacionaba una estrella con la aparición de un gran gobernante.

UN ROSCO TAN ANTIGUO COMO LOS REYES

El zoroastrismo arraigó en Asia hasta la llegada del islam, que lo persiguió y casi consiguió erradicarlo

Se cree que el antepasado del rosco de Reyes era una torta rellena de pasas y semillas que en la festividad invernal de las Saturnales se entregaba a las clases bajas. El roscón actual, con intencionada forma de corona, un haba y una figura en su interior, es una costumbre española y portuguesa, pero también extendida con variantes por Francia, Bélgica y Suiza, así como México, Norteamérica y algunos países sudamericanos. 

Carlo Baroja ya describe la costumbre del rosco de Reyes, también conocida como Rey de la Faba en la navarra medieval. En 1361 se coronaba como rey de la Faba al niño que encontraba el haba en el rosco, como aún se hace en muchos lugares. Ahora también hay una figurita cuyo descubridor será el rey, mientras que el haba determina quién debe pagar el rosco.

Losa incisa de un sarcófago del siglo III con los Reyes Magos
Losa incisa de un sarcófago del siglo III con los Reyes Magos

OTRO CRISTO 1.500 AÑOS ANTES DE CRISTO

La idea revolucionaria de que los humanos no somos títeres de los dioses, y disponemos de libre albedrío para decidir moralmente entre el Bien y el Mal, surgió hace unos tres mil quinientos años en algún lugar de Asia Central. La concibió Zoroastro, que también instauró el primer monoteísmo de la historia en torno a Ahura Mazda, un principio de bondad y justicia en eterno conflicto con el mal y el caos. Se sabe muy poco de él: era un sacerdote de la primitiva religión indoaria que consiguió hacer prevalecer sus ideas sobre el politeísmo tradicional, y abominó contra toda forma de violencia antes de morir asesinado por un sacerdote de su antigua fe. El zoroastrismo arraigó en Asia hasta la llegada del islam, que lo persiguió y casi consiguió erradicarlo. Hoy día solo quedan entre 100 y 200.000 zoroastrianos repartidos por el mundo.

Las leyendas piadosas cristianas describen su conversión posterior a la nueva fe, y que incluso abrazaron el martirio

LA INDIANA JONES DEL SIGLO IV

En su evangelio, Mateo solo dice que los Magos volvieron a su tierra tras adorar a Jesús. Pero las leyendas piadosas cristianas describen su conversión posterior a la nueva fe, y que incluso abrazaron el martirio, ganándose un lugar en el santoral. Uno de sus descendientes sería el mítico Preste Juan, el monarca de un fabuloso reino cristiano en Asia, en la Edad Media tan buscado como nunca descubierto.

En la crónica de sus viajes El libro del Millón, Marco Polo dijo haber visitado, en 1270, las tumbas de los tres magos en Saba, al sur de Teherán, lugar del que le dijeron habían partido hacia Palestina. Pero no olvidemos que los contemporáneos del viajero italiano alargaron el título para llamarlo  El libro del Millón… de mentiras.

Todas estas especulaciones ya las había despejado mucho antes Helena de Constantinopla, madre del emperador Constantino y una especie de Indiana Jones del siglo IV.

Sarcófago de los Reyes Magos en la Catedral de Colonia
Sarcófago de los Reyes Magos en la Catedral de Colonia

Helena había viajado a Jerusalén y, tras conocer la ubicación del lugar en el que había sido ejecutado Cristo, mandó derribar el templo de Venus allí construido y excavar hasta que aparecieron –¡Milagro!– la Vera Cruz de Jesús junto a las cruces de los dos ladrones. 

En otro arremango buscó y encontró las reliquias del apóstol Matías. Y aún tuvo tiempo para hacer lo mismo con las de los Reyes Magos, que estuvieron expuestas en Santa Sofía de Constantinopla para, tras varias vicisitudes, terminar hoy en un vistoso cofre en la catedral de Colonia, Alemania.

La sombra de Zoroastro se proyecta sobre Occidente mucho más de lo que parece

LA LIBERTAD QUE VINO DE PERSIA

Cuando en el año 587 a.c. los asirios destruyeron Jerusalén, deportaron a Babilonia a la aristocracia judía. Estuvieron allí exiliados 60 años hasta que el rey persa Ciro les permitió volver. Pero muchos no lo hicieron. En los siglos siguientes, las ideas de Zoroastro fueron impregnando la mentalidad de los judíos persas y reflejándose en partes de la Biblia, entonces aún en proceso de redacción.

Quizá la aportación persa más relevante para Occidente fue la idea del libre albedrío, con el soporte teórico que supone al concepto de libertad personal, una clave de nuestra cultura.

Un templo zoroastriano en uso en Yazd, Irán | Foto: O. L.
Un templo zoroastriano en uso en Yazd, Irán | Foto: O.L.

ZOROASTRO EN EUROPA

La sombra de Zoroastro se proyecta sobre Occidente mucho más de lo que parece. Las convulsiones políticas y las matanzas de la Cruzada Albigense, en el siglo XIII, fueron consecuencia del la herejía de los cátaros, un movimiento religioso inspirado por el maniqueísmo, herejía a su vez del zoroastrismo, que llegó hasta Europa –se cree– a través de los Balcanes.

El mensaje del antiguo profeta, como el Guadiana, se muestra u oculta en la cultura occidental, pero siempre permanece subterráneo. La Divina Comedia, el Zadig de Voltaire, algunos escritos de Goethe o Así habló Zarathrusta, de Nietzsche, son algunos ejemplos literarios. Esta última obra fue convertida en un poema sinfónico con el mismo nombre por Strauss, y Mozart también hizo su aportación: Sarastro, uno de los protagonistas de la ópera la Flauta Mágica, es una recreación del mismo Zoroastro.

El emblema de Zoroastro en un templo de esa religión en Yazd, Irán | Foto: O.L.
El emblema de Zoroastro en un templo de esa religión en Yazd, Irán | Foto: O.L.

REGALOS QUE NOS TRAJERON LOS MAGOS

Al concepto zoroastriano de libre albedrío se sumaron otras ideas que el judaísmo no contemplaba,  como la vida eterna tras la muerte o la resurrección de los cuerpos. Que el tiempo tuviese un fin, con su Juicio Final, también era ajeno a la mentalidad hebrea. El cristianismo hizo suyos todos estos temas a través de su herencia judía, y lo mismo sucedió con los ángeles y los demonios, la lucha entre el Bien y el Mal y el triunfo final del primero, la figura de Satanás, el cielo y el infierno… El mismo Mesías que llegaría con el fin de los tiempos para salvar a la Humanidad pertenece a las creencias persas bajo el nombre de Saoshyant. Por ese camino tortuoso todas estas ideas llegaron a Europa, e incluso hoy persisten en nuestra mentalidad. No hay nada nuevo bajo el sol… Y menos cuando llueve.

ELIGE TU ESTRELLA

Elige tu estrella, nos dice le leyenda. Y síguela, sin dudar, hasta el confín del mundo. 

Como la realidad supera a la ficción, las leyendas –también las mentiras– se construyen con verdades desordenadas o cambiadas de lugar, pero que no dejan de ser verdaderas. 

Qué más da si los Reyes Magos existieron. Lo valioso son las poderosas emociones que su historia suscitan en nosotros. Y la importancia de preservarla y compartirla. Y la certeza de que, si nos comprometemos en seguir una estrella, siempre nos llevará a algún lugar.

Lo que de verdad los Reyes Magos nos trajeron de Persia
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