jueves. 28.03.2024

Una de las denuncias que suelen hacer los vecinos a la gestión que desde hace años realiza el PP en el Ayuntamiento de Santander es que hay barrios de primera y de segunda, y por lo tanto ciudadanos que reciben un mejor trato que otros a pesar de pagar los mismos impuestos. Habitualmente esto hace referencia, por ejemplo, a las zonas más turísticas de la capital cántabra con respecto a las más periféricas, recibiendo las primeras más atención en materia de servicios y renovación del mobiliario público que las segundas. Y aunque el equipo de Gobierno dirigido por Gema Igual siempre ha defendido que trabajan por todos los santanderinos, la polémica creada por el Metro-TUS ha vuelto a poner el foco en el trato dado a unas zonas y a otras de Santander. De hecho, en la concentración frente al Consistorio del pasado 3 de marzo contra el nuevo sistema de transporte urbano ya se denunció que se había hecho una diferencia entre “vecinos de primera y vecinos de tercera”.

El motivo de esta afirmación, además de las líneas puestas en marcha que crean una barrera notable para muchos vecinos de los barrios periféricos de Santander, está en los famosos intercambiadores construidos en Valdecilla y El Sardinero. Dos puntos de conexión entre autobuses en los que cientos de ciudadanos deben esperar varios minutos entre un viaje y otro para poder acudir desde su domicilio al centro de Santander y viceversa. Y ese tiempo de espera no se pasa del mismo modo.

Intercambiador de Valdecilla. Foto: edc

En efecto, los vecinos que llegan a Valdecilla para coger otro vehículo que les lleve al centro realizan la espera a la intemperie, sin ni siquiera una mampara de cristal o algún espacio a resguardo de la lluvia de Santander o del frío del invierno. Tan solo unos bancos para no estar ese tiempo de pie, pero nada que proteja de la meteorología, salvo un tejado que no evitará a los usuarios mojarse cuando haga viento. Su diseño, además, no se asemeja, salvo en los colores, a su homólogo en El Sardinero.

Y es que el espacio creado junto a los Campos de Sport presenta diferencias sustanciales que hacen más llevaderos los problemas creados por este nuevo sistema impulsado por el Ayuntamiento. La principal crítica de los vecinos que apuntan estas diferencias de trato por parte del PP se centran en que en El Sardinero hay construida una sala de espera acristalada que aísla durante el invierno y los días de lluvia. La sala contiene también más asientos para que los usuarios puedan realizar la espera sin estar de pie.

Estas diferencias entre Valdecilla y El Sardinero, esta última una de las zonas más turísticas y conocidas de Santander, se suman a las constantes reclamaciones de los vecinos al funcionamiento del nuevo sistema y las peticiones de volver al modelo anterior, en el que los usuarios de barrios como los de Monte, Cueto o Peñacastillo podían llegar al centro de la capital cántabra sin transbordos. Las quejas por este nuevo sistema de líneas no solo se basa en el mayor tiempo que tardan los usuarios en hacer su trayecto habitual. Según señalaron los vecinos en la concentración del pasado 3 de marzo, los problemas que está generando también afectan a la dinámica diaria de las familias. Muchos padres, por ejemplo, han optado por no dejar a sus hijos ir solos al colegio al tener que bajarse de un autobús y volver a subirse a otro ante el temor de que puedan perderse. Y lo mismo ocurre con muchas personas mayores, que muestran su desconcierto al perder algo que conocían y que ahora no entienden su utilidad.

Un nuevo modelo, por cierto, que es anunciado en un cartel junto al intercambiador de El Sardinero como un “sistema de autobús de alto nivel de servicio en Santander”.

Intercambiador de El Sardinero. Foto: edc

PARCHES

Y ante estas denuncias y la multitudinaria concentración frente al Ayuntamiento, el equipo de Gobierno pone “parches”, como ha calificado la oposición a las decisiones del PP de realizar cambios en algunas líneas solo en horas punta. Sin embargo, el concejal de Medio Ambiente y Movilidad Sostenible, José Ignacio Quirós, así como la propia Igual, ya han avanzado que habrá nuevos cambios, y aunque aseguran que no se volverá al sistema antiguo, sí cabe la posibilidad de que se recupere un modelo muy similar al que existía antes de imponer sin consultar a los vecinos este Metro-TUS.

Una actitud la del Consistorio, por cierto, duramente criticada por las asociaciones de vecinos, que consideran que el equipo de Gobierno ha gastado siete millones de euros “a lo tonto” y “para estar peor”. Respecto a las palabras de Igual, que en declaraciones a los medios aseguró que “no vamos a dar marcha atrás”, el presidente de la Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos (FECAV), Ricardo Sainz Obregón, ha recordado que es gracias a los vecinos que el PP gobierna en Santander.

"Están cobrando un buen sueldo que no se lo merecen. No se lo merecen porque no están trabajando como el ciudadano quiere", ha dicho el presidente de la FECAV, que ha avisado a Igual que o "cede" o esto "le puede costar la Alcaldía" en 2019. "Si ella no quiere ceder, al final el pueblo tendrá que saber lo que tiene que votar", ha advertido.

Sala de espera del intercambiador de El Sardinero. Foto: edc

Tras estas declaraciones, y al ser cuestionada por la posibilidad de dar marcha atrás al sistema, Igual afirmó que lo que "contemplamos es que los santanderinos puedan moverse en el transporte urbano de una manera eficaz y eficiente y que además tengan la posibilidad de conectarse con toda la ciudad", reiterando que se están produciendo cambios y que "debemos de concienciarnos entre todos de que los cambios cuestan".

Los vecinos volverán a salir a la calle este viernes, 16 de marzo a las 19:30 horas, en una manifestación contra el Metro-TUS que saldrá desde Puertochico y terminará en la Plaza del Ayuntamiento. Manifestación que ha sido apoyada por Comisiones Obreras, que este martes afirmaba en un comunicado que “ese será el momento en que se evidencie un divorcio entre autoridades y ciudadanía que provoque un cambio de rumbo en el Ayuntamiento”.

El sindicato ha señalado además que el proyecto del Metro-TUS no solo no fue consultado con los vecinos, tampoco se contó “nunca” con los trabajadores. "Como ya hemos reiterado en más de una ocasión, el Ayuntamiento debe regresar a la situación previa al 1 de febrero y abrir un proceso participativo para establecer los cambios necesarios", ha pedido la secretaria de Medio Ambiente y Movilidad de CCOO de Cantabria, Laura Lombilla, quien cree que la alcaldesa "aún puede demostrar que le importa más la calidad de vida de la ciudadanía que defender un proyecto fallido".

El Metro-TUS también discrimina entre barrios de primera y de segunda
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