viernes. 29.03.2024

La profesora de Prehistoria de la Universidad de Salamanca (USAL) Olivia Rivero es uno de los 46 firmantes de un artículo científico que concluye que no hay evidencias arqueológicas para afirmar que los neandertales crearan arte rupestre en la Península Ibérica. En el estudio, titulado 'Still no archaeological evidence that Neanderthals created Iberian cave art', que acaba de publicar la revista mundial en esta área Journal of Human Evolution, los expertos mundiales en Arte Paleolítico demuestran "los errores inherentes" al sistema de datación Uranio-Thorio (U-Th) utilizado para afirmar que algunas pinturas de tres cuevas españolas son de hace al menos 65.000 años, más de 20.000 años antes de que los humanos modernos, los Homo sapiens, llegaran a la Península Ibérica, ha apuntado la USAL.

Fue en febrero de 2018 cuando un artículo liderado por el físico D.L. Hoffmann, del Instituto Max Planck de Alemania, revolucionaba la concepción de la Historia de la Humanidad al establecer que un signo rectangular de la cueva de La Pasiega (Cantabria), una mano en negativo de Maltravieso (Cáceres) y trazos rojos sobre estalagmitas de Ardales tenían unos 65.000 años de antigüedad y, por lo tanto, debían ser atribuidas a los neandertales. Desde entonces, especialistas han puesto en entredicho esta teoría con la publicación de varias réplicas como la que ahora firma la profesora de la Universidad de Salamanca, junto a otros arqueólogos de reconocido prestigio, no sólo de España, como Roberto Ontañon, director del Museo de Prehistoria de Cantabria (Mupac), sino también de Francia, Alemania o Estados Unidos, para pedir "nuevas pruebas objetivas".

Es probable que "el uranio se pierda, exista una proporción muy alta de torio y, en consecuencia, haya una sobrestimación de la datación"

"El uranio torio como método de datación tiene unos problemas metodológicos bastante graves, señalados por los propios químicos y otros investigadores, no lo decimos sólo los arqueólogos", ha apuntado Olivia Rivero a través de la información facilitada a Europa Press por la USAL.

DATACIÓN

El uranio con el paso del tiempo se va desintegrado y se convierte en torio y para saber la edad de una muestra se mide la cantidad de cada uno de estos elementos químicos pero debe tenerse en cuenta que el uranio es soluble en agua, y en un entorno en el que las paredes están lavadas constantemente por el agua. Por ello, es probable que "el uranio se pierda, exista una proporción muy alta de torio y, en consecuencia, haya una sobrestimación de la datación".

"Los resultados presentados por Hoffman y otros investigadores son especialmente preocupantes porque contradicen más de cien años de investigaciones del registro arqueológico de neandertales y humanos modernos; se necesitan más estudios si realmente quieren plantear un cambio de paradigma en la historia de la humanidad, porque hasta ahora sólo se ha demostrado ese comportamiento simbólico complejo del arte rupestre en el sapiens", ha indicado la experta de la Universidad de Salamanca.

La aportación de la investigadora de la USAL se ha centrado en analizar el signo rectangular de la cueva de La Pasiega. "Para evitar distracciones, dejamos de lado la cuestión de las capacidades simbólicas y cognitivas de los neandertales en favor de un examen minucioso de los hechos arqueológicos y geofísicos", ha explicado. En la cueva cántabra hay pequeñas partículas de calcita blanca a lo largo de todo el panel visualmente iguales, todas ellas datadas por Hoffman en fechas muy recientes (2.160, 3.070 o 12.600 años) y sólo una que arroja una datación 64.860 años, ha reseñado.

"De una gran cantidad de fechas ampliamente dispersas, solo se selecciona la más antigua para justificar la afirmación de un origen del Paleolítico pre-superior para la pintura rupestre y ni siquiera se considera la posibilidad de que esta fecha atípica pueda deberse a la lixiviación de uranio como resultado de las condiciones hidrológicas locales", ha explicado la doctora especialista en Arte Paleolítico. A falta de una explicación "más profunda y científica" sobre por qué una formación geológica es muchísimo más antigua que todas las que hay en la pared, "la afirmación de la autoría neandertal se anula, excluyendo el debate de si eran o no capaces de tal comportamiento", ha continuado.

La experta en arte rupestre ha considerado "igualmente importante" que el contexto arqueológico y el razonamiento formen parte del proceso

Sobre el estudio de las manos en negativo de la cueva cacereña de Maltravieso, datadas por Hoffman en al menos 66.700 años, más del triple de lo que se estimaba hasta el momento, la investigadora de la USAL ha remarcado que estas huellas están presentes en varias zonas de la Península Ibérica y Francia, con "numerosas dataciones", contextos asociados definidos y documentados cronológicamente que las sitúan en el Gravetiense de los Homo sapiens, en el Paleolítico Superior.

PALEOLÍTICO

"Uno de los problemas añadidos del artículo de Hoffman es que banaliza el arte en el Paleolítico y estamos hablando de algo muy complejo a nivel estructural con un sistema cultural detrás importante, y que, por otro lado, se trata de bienes patrimonio de la humanidad que no se pueden estudiar a la ligera, sino con un método seguro al 100%", ha aseverado la investigadora. Por ello, ha incidido en varias conclusiones. En primer lugar, los resultados de U-Th son sensibles a la degradación de parte del uranio, lo que lleva a una sobreestimación de la edad. "Esta posibilidad debe evaluarse por todos los medios disponibles (hidrogeología, mineralogía) antes del muestreo", ha asegurado Olivia Rivero.

Además, el conocimiento de esta fuente de error impone un protocolo mediante el cual los valores de U-Th obtenidos, para ser creíbles, "deben ser verificados con otros métodos independientes, y siempre que sea posible con los resultados obtenidos en la misma muestra por otros laboratorios". Y, para asegurarse de que no haya pérdida de uranio, el orden estratigráfico de las submuestras debe establecerse mediante un procedimiento "suficientemente refinado". Así que, para la profesora de la USAL, "bajo ninguna circunstancia se deben aceptar edades mínimas de hasta 65.000 -70.000 años para obras de arte parietal sobre la base de las fechas U-Th en calcita suprayacente. Estas fechas están en contradicción con abundantes datos arqueológicos, ahora datados rigurosamente por carbono 14".

CONTEXTO ARQUEOLÓGICO

La experta en arte rupestre ha considerado "igualmente importante" que el contexto arqueológico y el razonamiento formen parte del proceso. "Una lectura minuciosa de los paneles arqueológicos que se están fechando "debería detener las afirmaciones, como la de La Pasiega, donde se aceptan dos lados opuestos de la misma forma geométrica que otorgan edades mínimas de 60.000 años, en ausencia de una explicación geológica de esta anomalía". En cada caso, ha añadido, "los estudios geomorfológicos y paleoclimáticos deben acompañar tales afirmaciones de gran antigüedad basadas en U-Th para dar cuenta del posible hiato de crecimiento de calcita y la aparente discrepancia en las edades de concreciones localizadas".

Para concluir, la profesora de la USAL ha subrayado: "el arte depende íntimamente del contexto sociocultural en el que se produce y hasta ahora no tenemos pruebas de que la sociedad neandertal necesitara un medio de comunicación duradero para consolidar sus valores y creencias. Se requiere un alto grado de certeza cronológica para que esa visión sea falsificada. En resumen, todavía no hay evidencia arqueológica convincente de que los neandertales hayan creado arte rupestre en la Península Ibérica".

Un estudio concluye que no hay evidencias arqueológicas de que los neandertales crearan...
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