jueves. 28.03.2024

La Ertzaintza, en el marco de una operación contra el expolio arqueológico del Patrimonio Cultural Vasco, ha recuperado más de 20.000 piezas obtenidas ilegalmente y ha procedido a la puesta a disposición judicial de un detenido y tres investigados, acusados de formar parte de un grupo criminal dedicado al expolio continuado de cuevas y yacimientos en Álava, principalmente, pero también en otras provincias limítrofes como Navarra o Cantabria.

Todo el material intervenido, múltiples elementos y herramientas de sílex, restos óseos, fragmentos de cerámica y metales, ha sido trasladado al Museo de Arqueología de Araba para su catalogación y estudio, según ha informado el Departamento vasco de Seguridad.

La operación, la primera de estas características que realiza la Ertzaintza y una de las más importantes a nivel del Estado, ha sido liderada y coordinada por agentes especializados de la Sección Central de la Policía autonómica, con la participación de agentes del Servicio de Investigación Territorial de Araba (SICTA), de Protección Ciudadana de la comisaría de Vitoria y de la Policía Foral de Navarra, contando también con el apoyo técnico de arqueólogos del Servicio de Museos y Arqueología de la Diputación Foral de Araba. La investigación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número 4 de Vitoria-Gasteiz, que decretó el secreto de sumario sobre las actuaciones.

REUNIÓN EN ASPARRENA

El caso se abrió en el mes de junio pasado, tras una reunión en el Ayuntamiento de Asparrena, a la que acudieron representantes de los ayuntamientos de la Llanada alavesa, de la Diputación Foral de Álava, arqueólogos que trabajan en la zona y agentes de la Ertzaintza.

En aquella reunión se trató el "grave problema" de daños y sustracción de vestigios históricos que se estaba detectando en diversos yacimientos alaveses, especialmente en las demarcaciones de Asparrena y Agurain. Tras aquel encuentro, la Diputación interpuso varias denuncias por expolio arqueológico.

Debido a la complejidad y gravedad de los hechos, las denuncias fueron asumidas por agentes especializados en la investigación de delitos contra el Patrimonio Cultural pertenecientes a la Sección Central de la Ertzaintza, concretamente de la Sección de Medio Ambiente y Urbanismo y de la Sección de Patrimonio.

EXPOLIO DE CUEVAS, ASENTAMIENTOS HUMANOS Y YACIMIENTOS

La sección policial llegó a la sospecha de que los presuntos autores del delito integraban un grupo criminal cuya finalidad era el expolio continuado de cuevas, asentamientos humanos y yacimientos ya declarados como protegidos por el Gobierno Vasco o la localización de yacimientos inéditos.

En cuanto a su 'modus operandi', los integrantes del grupo se documentaban previamente para seleccionar sus objetivos y después se desplazaban a esas cuevas y yacimientos para apoderarse ilegalmente de todos los restos arqueológicos que encontrasen. Para ello, realizaban catas clandestinas sin metodología científica, ocasionando daños irreversibles en los contextos arqueológicos y recogían todos los restos que pudieran localizar en sus incursiones espeleológicas por el interior de cuevas.

Las investigaciones también revelaron que estas personas llevaban realizando estas conductas ilegales, al menos, desde el 2010, y que sus componentes publicaban algunos vídeos de sus incursiones en Internet. Los investigadores pudieron determinar que la persona detenida era el principal depositario de los objetos expoliados, llegando a acumular en su domicilio de Agurain una importante colección particular. Además, esta persona habría ofrecido su colección a cambio de compensaciones económicas, lo que revelaría un ánimo de lucro.

UNA COLECCIÓN LÍTICA PREHISTÓRICA ÚNICA

Ante esta situación, la Sección Central de la Ertzaintza planificó el operativo "Ondare", procediendo a la detención de un varón el pasado jueves, día 10, en Agurain y a la investigación de otros tres hombres, acusados del mismo delito, dos en la misma localidad alavesa y el tercero en el municipio navarro de Ziordia.

Además, en cumplimiento de la orden de entrada y registro domiciliaria dictada por el Juzgado Instructor, los agentes también procedieron al registro de la vivienda del detenido en Agurain, donde localizaron una especie de "museo" particular con vitrinas y expositores que contenían más de 20.000 piezas, entre ellas, herramientas prehistóricas de sílex, restos óseos humanos y animales, fragmentos de cerámica y diversos objetos metálicos como clavos o herraduras.

Para hacerse una idea de la importancia de la operación, según fuentes consultadas de la Universidad del País Vasco, por su elevado volumen los elementos de sílex ocupados podrían constituir la colección lítica prehistórica más importante de todas las conocidas en Álava hasta la fecha. En el registro también se ocuparon mapas y cuadernos con anotaciones de los lugares presuntamente expoliados, equipamiento de espeleología, material informático, etc.

Todos los integrantes del grupo criminal fueron puestos a disposición judicial y las piezas fueron trasladadas al Museo de Arqueología de Araba, donde técnicos del Servicio de Museos y Arqueología de la DFA procederán a su catalogación y estudio para la confección del correspondiente informe pericial.

DETECTORES DE METALES

Desde la Ertzaintza se ha recordado que la Ley de Patrimonio Cultural Vasco prohíbe cualquier intervención arqueológica sin autorización de la Diputación Foral, así como el uso de detectores de metales en yacimientos, por lo que se solicita que, ante la mínima sospecha, se comunique al 112 cualquiera de estas situaciones.

También ha destacado que ante el hallazgo casual de restos arqueológicos por parte de un particular, no se deben recoger, sino que se debe informar inmediatamente al ayuntamiento o a la Diputación Foral, para que se proceda a la recogida de los vestigios de manera adecuada.

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