Después de casi una semana, la “escultura” colocada en una rotonda de La Albericia finalmente ha sido retirada por el Ayuntamiento. Este martes el espacio público ha amanecido sin el retrete que, desde el pasado jueves, se había dejado en medio de esta glorieta. La “celeridad” con la que ha actuado el equipo de Gobierno de Íñigo de la Serna contrasta mucho con la eficacia que tienen los servicios de limpieza en las zonas más turísticas de Santander.
Según han explicado algunos vecinos, el retrete llevaba más de dos semanas cerca de unos contenedores próximos, antes de que fuera trasladado al centro de la plaza. El carácter vergonzoso de ver el retrete a modo de monumento ha dado paso a la indignación ciudadana, que ha comprobado que el Ayuntamiento aplica un trato diferente, al menos en la eficacia de los servicios municipales, a unos barrios y a otros.
El hecho de que hayan pasado más de cinco días, con los riesgos sanitarios y urbanos que puede generar, evidencia el interés que existe en aquellas zonas de la capital cántabra que no tienen un carácter más turístico. Pero como han recordado muchos vecinos estos días, las tasas de basura se pagan en todos los barrios por igual, por lo que todos los ciudadanos tienen derecho a un servicio digno.
Muchos se han preguntado si esto habría sido posible en esa ciudad que De la Serna promociona en diversos foros internacionales como un atractivo turístico único en España, en la que destacan zonas como El Sardinero, el Paseo Pereda o Puerto Chico. O en esa Smart City que, al parecer, todavía no llega a los barrios de segunda que parece tener Santander.
