jueves. 28.03.2024
Reportaje

Unas alubias plantadas y cultivadas por internos en el penal El Dueso de Santoña, permiten mantener abierta una escuela de Guatemala

Se trata de un refugio para alrededor de 20 niños que de esta forma están protegidos y fuera de las calles.   

El "menú de las alubias solidarias" sensibiliza a la gente con la importancia que tiene llevar a cabo una labor de ayuda y cooperación con el tercer mundo y permite que una pequeña escuela se mantenga abierta en uno de los barrios más conflictivos de Guatemala.

Penal de El Dueso, en Santoña
Penal de El Dueso, en Santoña

“Ayudando a los demás, encontramos en nosotros mismos valores que hasta ahora desconocíamos”, asegura Bernardo, trabajador social en la prisión del Dueso. Gracias a la colaboración entre el centro penitenciario y el Albergue de Güemes se ha podido poner en marcha un programa de Compromiso Social que ha dado un nuevo sentido al día a día de los internos.

Todo aquel que se acerque hasta el albergue puede disfrutar del Menú de Alubias Solidarias y la recaudación lograda a través de su venta permite mantener abierto un colegio en uno de los barrios más conflictivos de Guatemala.

Se trata de un trabajo en cadena, en el que la solidaridad mostrada por cada uno de los agentes que participan es indispensable para poder seguir ayudando activamente al otro lado del charco. El proceso comienza en El Dueso, donde los internos se encargan de plantar las alubias que posteriormente llevan hasta el Albergue de Güemes, donde desde octubre y durante siete meses se ofrece un menú solidario a todo aquel que cruce sus puertas. “A través de este programa descubren que ayudando a los demás se sienten bien y crecen como personas”, matiza.

Asociaciones, ONGs, grupos de profesores con alumnos y un largo etcétera de participantes han pasado por su comedor. Se trata pues, de una manera de sensibilizar a la gente con la importancia que tiene llevar a cabo una labor de ayuda y cooperación con el tercer mundo.

Para poner en marcha un programa como este ha sido necesario que los caminos de Bernardo y de Ernesto Bustio, presidente del centro, coincidiesen. “Yo utilizo todas las posibilidades que ofrece mi red social para crear este tipo de proyectos sociales. Muchas veces es muy complicado poner en marcha nuevas ideas porque no encuentras lugares donde desarrollarlas. Gracias a una utopía como este albergue nosotros podemos hacerlo. Hemos recibido la visita de otros profesionales que quieren arrancar con este tipo de iniciativas y se quedan con la boca abierta ante las posibilidades que estamos utilizando aquí”, garantiza Bernardo.

Se trata pues, de una manera de sensibilizar a la gente con la importancia que tiene llevar a cabo una labor de ayuda y cooperación con el tercer mundo

Cada año más de 10.000 personas pasan por el Albergue de Güemes buscando vivir una experiencia distinta a lo que están acostumbrados. Se trata de un ambiente en el que se respira compañerismo y solidaridad y donde muchos internos han descubierto una nueva forma de entender la vida.

Hasta ahora la respuesta ha sido muy buena, no sólo por parte de aquellos que disfrutan en el menú en el propio albergue sino por aquellos que deciden repartir este mensaje alrededor de todo el mundo. “Para poder financiar la escuela hemos creado diferentes variedades. Una de ellas consiste en que nosotros entregamos aquí un saquito con un kilo de alubias a aquellas personas que se han sentido ilusionadas con el proyecto, con el contrato emocional de que en su país organicen una comida con sus amigos y manden a la ONG Brezo la recaudación que logren entre sus seres queridos”.

Todos estos esfuerzos son los que permiten que una pequeña escuela se mantenga abierta en uno de los barrios más conflictivos de Guatemala. Se trata de un refugio para alrededor de 20 niños de la zona que de esta forma están protegidos y fuera de las calles. Desde que este proyecto comenzara su andadura hace ya siete años, muchos han sido los internos que han encontrado una nueva manera de redimirse, sentirse realizados y descubrir dentro de sí mismos muchas cualidades que hasta ahora desconocían.

Unas alubias plantadas y cultivadas por internos en el penal El Dueso de Santoña,...
Comentarios