viernes. 19.04.2024

La Audiencia Provincial de Cantabria ha absuelto a los tres acusados de formar parte de un grupo -de nueve miembros- dedicado a traficar con drogas dentro y fuera de la región que no reconocieron los hechos ni se conformaron con la rebaja de penas planteada por el fiscal en el inicio del juicio, el pasado julio en la Sección Tercera.

Se trata de dos hombres y una mujer, sobrina del 'cabecilla' y sentada en el banquillo por cómplice, que se enfrentaban a entre dos y tres años de prisión y que han sido declarados inocentes al no apreciar la Sala pruebas para imputarles su intervención en la red, con base en Santa Cruz de Bezana.

Los otros seis procesados, los que sí aceptaron el relato y el nuevo escrito del ministerio público, han sido condenados a las peticiones interesadas en el arranque de la vista, a las que se adhirieron sus abogados, y que van desde los 18 meses hasta los siete años de cárcel, frente a la horquilla de cinco a diez años que reclamaba con anterioridad. Además, a cinco de ellos se les aplicó la atenuante por drogadicción, en uno de los casos muy cualificada.

Todos fueron procesados por delitos contra la salud pública de sustancias que causan grave año y uno de los supuestos también por tenencia ilícita de armas.

NINGUNA PRUEBA

Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los magistrados no han encontrado ninguna prueba de cargo, ni siquiera indiciarias, para atribuir a uno de los hombres que negó lo sucedido su participación en la distribución de drogas supuestamente entregadas por otros dos.

La resolución judicial señala que "no hay más pruebas que las que acreditan" que se conocen, se reúnen a menudo y que uno de ellos tiene varias pólizas de seguros concertadas con la compañía en la que el implicado en cuestión interviene como mediador o corredor.

Pero "en ningún momento se ha visto materialmente", prosigue el fallo, que le entreguen drogas, dinero o cualquier artefacto o elemento relacionado con el tráfico de sustancias estupefacientes. Tampoco lo deduce así la Sala de las conversaciones telefónicas grabadas y las escuchas realizadas, como sí lo apreció el fiscal.

Del segundo acusado que negó los hechos y que ha quedado libremente absuelto "lo único que puede afirmarse es que es un consumidor importante de cocaína", sentencian los magistrados en base a los informes médico-forenses. Así, en este caso tampoco hay "prueba alguna" que permita imputarle el delito del que había sido acusado. Y lo mismo sucede con la tercera implicada, de la que "solo se puede afirmar" que es sobrina del jefe de la banda y que le prestó su coche, "nada más", pues a ojos de los magistrados no se ha probado que ella supiera cuál era el objeto del viaje que su tío hizo en el vehículo, a Tarazona, en Zaragoza, y con el que se destapó la trama. Tampoco se ha intervenido "absolutamente nada" en el registro practicado en su vivienda, "nunca la han visto reunirse con nadie" y no hay "ninguna conversación" que la implique "en los negocios de su tío".

Estos tres acusados rechazaron en el juicio las calificaciones y condenadas reclamadas para ellos, y sus letrados interesaron la libre absolución para ellos a la par que criticaron la investigación policial.

De los que reconocieron los hechos destaca el líder de la trama, condenado a siete años de cárcel y una multa de 90.000 euros. La segunda mayor pena, de tres años y medio de prisión y el pago de 40.000 euros, recayó en una mujer, mientras que cuatro hombres más se conformaron con tres años y 35.000 euros cada uno -penas que rechazaron otros dos, los que se declararon inocentes-.

También lo hizo la sobrina del cabecilla, para la que el fiscal pedía dos años de encarcelamiento, los mismos que aceptó otro procesado -junto con el pago de 500 euros- en tanto que sobre el último recayeron 18 meses de prisión.

TRÁFICO DE DROGAS

De acuerdo con el ministerio público tres de los encausados se dedicaban al tráfico ilícito de sustancias estupefacientes, hecho que veía corroborado en los distintos seguimientos policiales de los que fueron objeto y de las sustancias y efectos encontrados, tanto en el momento de su detención como en los registros de sus domicilios.

Los dos principales procesados -un hombre y una mujer- fueron arrestados cuando llegaban a la vivienda que compartían en Bezana con una bolsa de plástico con más de 34.000 euros procedentes, según el fiscal, de la venta de droga, presumiblemente cocaína, en Tarazona.

En esa casa y en otra de Mompía, en el mismo municipio, se localizaron sustancias estupefacientes -cocaína y bellotas de resina de cannabis, de casi dos kilos de peso- y elementos para preparar la droga, así como un revólver y una pistola detonadora.

El tercer sospechoso fue detenido horas después cuando portaba más de un kilo de cocaína que llevaba al domicilio del primero. En su vivienda encontraron esta sustancia, hachís y 41.060 euros procedentes del tráfico de sustancias. La droga ocupada a los tres estaba valorada en el mercado negro en más de 130.000 euros.El ministerio público entendía que para su actividad ilícita se valían de la colaboración de otras personas, también acusadas. Dos de ellas les prestaban sendos vehículos y un garaje, para que los principales procesados no fueran localizados -sus coches estaban balizados-; otras tres formaban parte de la red de contactos para la distribuir la droga a menudeo, en Cabezón de la Sal, San Juan de la Canal y Santander; y el último usaba su profesión de taxista para distribuir con facilidad la droga.

Absuelven a tres acusados de una red de tráfico de drogas que no lo reconocieron
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