jueves. 28.03.2024

Reconocida en los años cincuenta del pasado siglo, guardiana de un impresionante yacimiento del Magdaleniense Inferior e importantes estructuras prehistóricas y ahora amenazada por unas obras “de motu proprio y sin licencia”. La cueva del Juyo, históricamente cerrada al público y entorno protegido por la Ley de Patrimonio Cultural de Cantabria, ha sufrido en los últimos días las consecuencias de la mano del hombre sin autorización en sus alrededores, la mano de la Junta Vecinal de Igollo de Camargo dirigida por la popular Nieves Portilla, quien quiere “mantenerse al margen de la polémica hasta que salgan los informes que evalúen los daños”.

"Se han metido también dos tubos para desviar el curso del agua que baja de la dolina, que es lo más gordo para la cueva"

“Han puesto varios puntos de luz para poner luminarias, con lo cual hicieron zanjas en el terreno; se han metido también dos tubos para desviar el curso del agua que baja de la dolina, que es lo más gordo para la cueva; y han aplanado todo el entorno metiendo un montón de toneladas de pavimento todo-uno”. Así han sido las labores que se han llevado a cabo en el entorno del BIC, apunta la directora general de Patrimonio Zoraida Hijosa. Para muchos, un “atropello” al patrimonio prehistórico del cantábrico que se ha materializado, en un primer momento, en forma de argayo y ‘soplao’ en las inmediaciones de la cueva y que debería traer consecuencias, pero que no podrán hacerse efectivas hasta que no se tengan en la mano los informes con los daños realmente causados. Se considera que el hundimiento del terreno en forma de 'soplao', que se ha producido junto a la zona afectada es el primer efecto visible de esta actuación incontrolada, como podría serlo igualmente el argayo producido en lo alto de la colina.

La matiz que tome el futuro para el arte rupestre paleolítico de El Juyo está pendiente de unos informes que arrojen luz sobre la magnitud de los daños causados. Grisácea, oscura o a color, todo dependerá de si, como se presupone, los trabajos acarrean graves perjuicios al equilibrio del sistema kárstico en el que se integra la cavidad y, por tanto, a la conservación de la propia cueva, o, por el contrario y para sorpresa y fortuna de la historia y cultura cántabra, se quedan en consecuencias menores.

Será inspeccionada por geólogos de la UC la semana que viene

La cueva, que se encuentra en una dolina desarrollada en la parte alta de Igollo, a donde se accede por una pequeña pista que finaliza en la cavidad, será inspeccionada por geólogos de la UC la semana que viene. “A parte del informe arqueológico que están haciendo los arqueólogos del servicio de patrimonio cultural se ha encargado otro geológico a geólogos de la UC. Tendrán que ver todo lo que ha pasado en el entorno de la cueva, en el entorno de protección y entrar en la cavidad también para ver cómo está la conservación de la misma”, detalla Zoraida. 

Desde patrimonio tomarán las medidas correspondientes en función de lo que revelen los estudios. “Necesitamos saber qué es lo que ha pasado, cuáles han sido las afecciones a la cueva y al entorno y después ya seguir el procedimiento que corresponda según los daños o no que se hayan producido, según la relación causa efecto que haya habido o que se pueda demostrar”, afirma Zoraida, que apela por la prudencia hasta conocer el verdadero alcance de las obras.

Preocupación, irresponsabilidad y peligro rodean a la cueva de El Juyo estos días, que está a la espera de saber cuan de afectada ha sido o será su riqueza cultural. Patrimonio y autoridades pertinentes están preparados para dar pasos hacia adelante cuando sea preciso, mientras, la alarma social continúa.

“Abrir zanjas, meter toneladas de pavimento, aplanar y desviar el agua”, una obra sin...
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