Yo vi jugar a Toni Kroos

Habría querido que mi padre viera jugar al arquitecto: no pudo ser, se quedó en nueve copas. En las últimas cuatro le he dicho al Cielo: “Papá, yo vi jugar a Toni Kroos”

Antes del año 1998, cuando andaba el Madrid anclado en la sexta Copa de Europa, y sin visos de subir al séptimo escalón -hubo que sacar a Mijatovic del Turia-, mi padre recitaba de memoria las alineaciones del Madrid campeón y me decía: “Yo vi jugar a Di Stéfano, Puskas y Gento”. Yo rebuscaba en mi memoria algunos atisbos de la final del 66, la de los yeyés, pero apenas podía identificar en la banda izquierda al genio de Guarnizo, fallecido como presidente de honor, y que atesora su calle en la localidad que le vio nacer.

Con el paso del tiempo, y merced al desbloqueo de la séptima que costó la friolera de 32 años, el Madrid cogió carrerilla y sumó ocho títulos más que esta temporada podrían ser nueve si, con todo respeto al rival, es capaz de conquistar la 15. En ese camino han sido muchos los artífices de la gloria blanca: desde Zidane a Raúl, pasando por Cristiano y Benzema, Casillas y Modric, Marcelo y Vini JR, aunque hay muchos más y tan importantes como ellos.

Nadie, pese a ser todos ellos estrellas galácticas, me ha impresionado tanto como Toni Kroos, el fichaje más racional de Florentino

En este amorío profundo de la Copa de Europa con el Madrid son decenas los jugadores que tienen labrado en oro un lugar en lo más alto: cómo olvidar a Helguera, otro cántabro, a Hierro, Roberto Carlos, Morientes, Ronaldo Nazario (que no la ganó, pero como si lo hubiera hecho), y así un largo etcétera. Sin embargo, he de decir que nadie, pese a ser todos ellos estrellas galácticas -así se los calificó al menos en la época- me ha impresionado tanto como Toni Kroos, el fichaje más racional de Florentino -un ser superior que se supera siempre a sí mismo- porque sin volante el colectivo no va a ninguna parte.

Habría querido que mi padre viera jugar al arquitecto: no pudo ser, se quedó en nueve copas. En las últimas cuatro le he dicho al Cielo: “Papá, yo vi jugar a Toni Kroos”, el Dios del Pase, tiralíneas del desmarque que en unas semanas dirá adiós en los más alto. Elegante y único también en eso. El Cielo escucha.
 

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