Bodas tamién en cántabru

Seamos únicas y únicos, pero sobre todo “calamorru” (terco, tenaz) o “calamorra” a la hora de exigir el poder celebrar la ceremonia o el enlace en la lengua que es nuestra y nos pertenece

Celebrar bodas en cántabru, o en cántabru y en castellano, ahora que precisamente llega el Verano (y que habitualmente es la fecha más solicitada para este tipo de eventos), sin duda puede ser también un método muy efectivo y útil a la hora de poder afianzar y extender nuestra lengua de una manera siempre original y singular en favor de nuestros deseos e intereses.

Se recomendará solicitar que la ceremonia se desarrolle en cántabru (y para ello habrá que llevar un texto escrito en cántabru que aportaremos)

Sin necesidad de tener que demostrar nada a nadie, y sin necesidad tampoco de tener que cuestionar ningún tipo de lengua, lo que en verdad hacemos mediante estos actos administrativos, o bien durante las ceremonias oficiales, es hacer que el cántabru puede tener su lugar en la vida cotidiana del país de una manera más que notable y simbólica; encontrando así el cántabru el lugar que verdaderamente le corresponde y éste desea y debe de tener.

Y por eso y para eso, nada mejor que practicarlo, ya que el lugar elegido al final también es importante: en los templos, en los ayuntamientos, en las playas, o si fuera necesario, simplemente al aire libre y a la vieja usanza antigua a como antes lo hacían nuestros ancestros celtas. Junto a por ejemplo una inmensa cajiga (roble), en medio de un calambrojal (lugar donde se apiñan muchos rosales silvestres o escaramujos), o sencillamente en lo profundo de un bosque y en contacto directo con la Naturaleza. ¡¡Qué más da!! Y es que al final lo que cuenta y vale es el sentimiento y la intención.

Habrá que tener en cuenta que para la celebración de un enlace de los que podríamos definir como “formal” e “institucional”, siempre habrá que estar atentos y presentar una solicitud para definir el día y la hora de la ceremonia de matrimonio en el Registro Civil (o Juzgado de Paz) de la localidad en la que esté empadronada al menos una de las dos personas que componen la pareja. A continuación se indicarán qué días y a qué horas se desea llevar a cabo la ceremonia: los días disponibles con los que cuenten, así como también otras cuestiones varias entre otras muchas a considerar.

Se recomendará solicitar que la ceremonia se desarrolle en cántabru (y para ello habrá que llevar un texto escrito en cántabru que aportaremos) el mismo día en el que se acuda a reservar la fecha y la hora para la misma. En ese caso podríamos encontrarnos diferentes situaciones:

- Juez/a cántabroparlante: situación poco habitual.

- Juez/a sin conocimiento suficiente para hablar en cántabru, pero con disposición para dar lectura al texto de la ceremonia de matrimonio en cántabru: situación posible.

- Juez/a con desconocimiento absoluto del idioma y necesidad de requerir un intérprete: aportarlo, o bien facilitar un texto en cántabru con su correspondiente traducción al castellano.

Conforme a la legislación del Registro Civil, una vez tramitado el expediente, y tras acreditar la capacidad para contraer matrimonio (Art. 56 del Código Civil), las personas contrayentes prestarán consentimiento ante la autoridad competente y dos testigos.

En cuanto a la forma, el Art. 58 del Código Civil dispone lo siguiente: “El Juez, Alcalde o funcionario, después de leídos los artículos 66, 67 y 68, preguntará a cada uno de los contrayentes si consienten en contraer matrimonio con el otro, y si efectivamente lo contraen en dicho acto y respondiendo ambos afirmativamente, declarará que los mismos quedan unidos en matrimonio y extenderá la inscripción o el acta correspondiente”.

Seamos únicas y únicos, pero sobre todo “calamorru” (terco, tenaz) o “calamorra” a la hora de exigir el poder celebrar la ceremonia o el enlace en la lengua que es nuestra y nos pertenece. Y sobre todo, atrevámonos a expandir nuestra lengua de la manera que sea más original y más atrayente posible. Esta será sin duda una lucha más ganada, o si lo preferimos, una batalla más en favor de una lengua que reclama su derecho a existir y a permanecer, mostrando así ejemplo extraordinario para las generaciones que más tarde vendrán.

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