SANTANDER

Denuncian un acto taurino para menores en la plaza de toros de Santander que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento

Plaza de toros de Santander
Plaza de toros de Santander

La Fundación Franz Weber ha censurado este viernes el apoyo del Ayuntamiento de Santander, responsable último de la plaza de toros, a una convocatoria de "alumnos" de “varias mal llamadas escuelas taurinas torturen hasta la muerte a bóvidos” prevista para este sábado 10, tal y como ha informado la organización demandante.

Así, los naturalistas recuerdan que el Comité de los Derechos del Niño pidió a España en 2018 alejar a cualquier persona menor de la tauromaquia para prevenir posibles efectos nocivos sobre su desarrollo psicológico y moral, “algo que desprecia abiertamente el consistorio con su aval a entradas de menores o con esta convocatoria”.

Imagen del cartel de la actividad
Imagen del cartel de la actividad

“A este evidente desplante a la opinión de un consejo de especialistas en protección de la infancia se suma el posible apoyo institucional en su parte económica”, expone la Fundación. Además, la ONG internacional desconoce si el ejecutivo ha dispuesto alguna partida presupuestaria y el mismo tampoco ha aclarado nada de forma pública y transparente.

Es esta violencia la que el ejecutivo municipal parece aplaudir como mejor ejemplo de aprendizaje

Según informan, los animales que serán torturados también son de corta edad. En estos certámenes o "clases prácticas" es habitual la adquisición de bóvidos de hasta entre 3 y 4 años, llamados novillos, donde los practicantes ensartan el estoque en multitud de ocasiones, provocando un sufrimiento atroz a estos seres.

“Es esta violencia la que el ejecutivo municipal parece aplaudir como mejor ejemplo de aprendizaje para que cualquier niña o niño cántabro "descubra" la realidad de la tauromaquia”, sentencian.

ESCUELA TAURINA DE SANTANDER

En 2023 FFW también reclamó la clausura de la escuela taurina de Santander, única en la comunidad y asociada con una peña de otro territorio donde una minoría de chavales intenta destacar como futuro novillero con un panorama cada vez más oscuro para el lobby taurino.

Este entramado llegó a perder la mitad de los menores inscritos en apenas un año, lo que evidencia el desinterés de las familias santanderinas, y cántabras, por actividades que solo ensalzan el maltrato animal. Ahora habría únicamente una decena de chavales asociados a dichas prácticas, un número irrisorio en comparación con cualquier colectivo cultural, social o deportivo de la ciudad.

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