La obesidad, uno de los factores de riesgo para la salud, ha empeorado en los últimos años entre la población infantil de Cantabria, algo que puede continuar cuando estos niños lleguen a una edad adulta y que repercute además en otros ámbitos, como sociales o en la autoestima.

También ha aumentado y de manera "muy importante" además desde 2018 el número de casos de salud mental, al igual que ha ocurrido en el resto de España a raíz de la pandemia del Covid, y la prevalencia de estas patologías en mujeres es "el doble" que en hombres. De hecho, la primera causa de muerte que se puede evitar en personas de entre 20 y 40 años es el suicidio y las autolesiones, manteniéndose los tumores y las enfermedades cardiovasculares a la cabeza de los motivos de fallecimiento de la población general en la comunidad autónoma.

En relación con el cáncer, el Gobierno de Cantabria sigue trabajando en ampliar la edad de los programas de cribado en mamá y colón (para pasar del rango actual de 50-69 años a los 45-74) y para poner también en marcha el sistema de detección precoz de casos de cérvix.

Son algunos datos y reflexiones que se desprenden de un análisis de la situación de la salud de los cántabros y de la presentación del mismo que ha realizado este viernes el consejero de Salud, César Pascual, en una rueda de prensa que ha ofrecido junto a la directora general de Salud Pública, Isabel de Frutos. En su comparecencia ante los medios, han explicado que el aumento de los casos de salud mental se debe en parte a que era algo que antes estaba "infradiagnosticado", algo que persiste más entre los hombres, y a que está "desapareciendo" el estigma social hacia este tipo de enfermedades.

El estudio, que compara datos de 2022 con 2010, recoge el envejecimiento poblacional y la bajada "significativa" de los nacimientos en ese periodo, y se hace eco de las adicciones de los jóvenes, como el alcohol y el tabaco, que empiezan a consumir a los 14 años, o el cannabis, a los 15.

También, que fuman "más" las chicas que los chicos, o que las bebidas energéticas y los 'vapers' figuran entre las adicciones emergentes.