Los paisajes que nos han llevado a la UNESCO
Costa Quebrada es la compañera perfecta del Mar Cantábrico. Su singular formación, producto de la fuerza más arrolladora de la naturaleza, se remonta hasta hace 125 millones de años, durante los cuales la naturaleza se ha ido moldeando como arcilla hasta crear las morfologías rocosas y litorales que hoy podemos disfrutar.
Acantilados, tómbolos, ensenadas, cuevas, dunas, marismas, islotes y playas… Durante 345 kilómetros cuadrados, de los cuales 270 corresponden a área terrestres y los otros 75 son áreas marinas, aún en gran parte por explorar, se puede disfrutar del gran pliegue geológico que supone esta porción del litoral cántabro, que este domingo se ha sabido que pasará a formar parte de la Red de Ecoparques de la UNESCO.
Fue este el objetivo que llevó a la denominación de Parque Geológico, que se concibió en 2015, y cuyo destino es poner en valor este territorio, y conseguir una colaboración institucional para aprovecharlo, además, de un modo cultural.
La asociación Costa Quebrada también está formada por los ocho ayuntamientos de los municipios implicados, Santander, Camargo, Santa Cruz de Bezana, Piélagos, Miengo, Polanco, Suances y Santillana del Mar.
El logro de este sueño compartido por casi diez años podría tener implicaciones positivas, además de la evidente visibilidad global, como la posibilidad de trabajar en red, aprendiendo de otros geoparques, y reforzando la identidad y la protección del territorio, y poner en valor su singularidad natural y su aportación a la cultura e historia que le ha rodeado durante miles de años.