REPORTAJE

El futuro del tenis se llama Zeig Rodríguez

Zeig en uno de sus entrenamientos

Deportivamente, el año 2014 acogió varios acontecimientos importantes. Por tercera vez en cinco años tres españoles se alzaron como campeones en las tres categorías del Mundial de motociclismo, un triplete encabezado por Marc Márquez en MotoGP; la cántabra Ruth Beitia revalidó su segunda medalla de oro consecutiva en la final de altura de los Campeonatos de Europa; en el mundo de la NBA, Pau Gasol decidió dejar un gran mercado como Los Ángeles para recalar en otro como Chicago para fichar finalmente por los Bulls de Michael Jordan; Carolina Marín hizo historia proclamándose campeona del mundo de bádminton; Javier Fernández López se alzaba con la medalla de bronce en el Mundial de Patinaje Artístico sobre Hielo de Japón, y, como no, Rafa Nadal, tras un duro año de lesiones y entre tanta sombra, conquistó su noveno Roland Garros, convirtiéndose en el tenista masculino que más coronas acumulaba en un Grand Slam -quien actualmente posee 14-.

Y, si hablamos de tenis, concretamente en octubre de 2014 nació en Santander Zeig Rodríguez. Pero, ¿qué tiene que ver este joven de 9 años y este deporte de raqueta? Mucho, y todo comienza con la carrera como entrenador de tenis de jugadores de competición profesionales de la Federación Española de su padre, Juan Rodríguez, quien comenzó a colaborar en la formación de una niña de apenas 10 años, de Torrelavega y que entrenaba duramente para llegar a lo que es hoy: Cristina Bucsa, una reputada tenista nacida en el 98 y que este mismo año en Madrid consiguió el título más importante de su carrera hasta el momento junto a Sara Sorribes, derrotar en la final a las experimentadas Laura Siegemund y Barbora Krecjikova con un apabullante resultado de 6-0 y 6-2, convirtiéndose en la primera pareja española en ganar en el Mutua Madrid Open.

Y es que la familia Rodríguez y Bucsa comparten dos cosas: tenis y amistad y ahí, en ese hueco tan mágico, es donde nació el pequeño Zeig. En el lugar idóneo para golpear pelotas de derechas, de revés y de escándalo, prometiendo ser alguien reconocido en el tenis y con la suerte de estar, no a pie de pista, sino con el pie dentro de la pista. Tras muchas siestas en brazos de su padre viendo tenis, tras su primer Trofeo Conde de Godó como espectador -aunque se llevó una raqueta y una pelota que por aquel entonces para él era enorme- y tras sus primeros llantos en las pistas por lo pequeño que era, Zeig ya mostraba inquietud por este bonito deporte y con apenas dos años, su rutina y su sesión de tenis ya era todo un ritual, al igual que asistir al mundial Sub14 Les Petit As en Francia. Así, lejos de las escuelas de tenis pero cerca de las pistas, comenzó su historia, una historia recogida en estas páginas de la Revista Peloteros. 

LOS VIAJES DE ZEIG

Aunque por su comportamiento su pasión empezó antes, fue con apenas 5 años cuando Zeig emprendió su viaje en el tenis profesional, como espectador, pero sobre todo como aprendiz, algo que a día de hoy puede comprobarse solo viéndole golpear una pelota con esa facilidad. El día en el que cumplía esa edad, él ya preparó su maleta para acompañar a Cristina Bucsa -cuyo ranking rondaba ya la número 200 del mundo en su gira por Francia, un gesto que se convertía en habitual: Francia, Alemania, Estados Unidos, España… acumulando viajes y experiencias. Siempre con su raqueta en mano y entrenando tanto en la pista como en el gimnasio, rodeado de todos los jugadores profesionales, así se desenvolvía el pequeño en estos viajes que acabaron siendo su día a día. Uno de los grandes momentos que hasta ahora posee Zeig, es su rápido “partido” contra Andy Murray, el jugador de origen escocés y un histórico del tenis que consiguió ser campeón olímpico en Londres 2012 y en Río de Janeiro en 2016, cuando coincidieron en uno de sus viajes con Bucsa.

Zeig junto a figuras del tenis como Murray, Alcaraz o Bucsa

Una experiencia que, llegue donde llegue Zeig, ya está con él. Al igual que los abrazos con Carlos Alcaraz, que con 21 años está revolucionando el mundo del tenis, en instalaciones deportivas, los saludos con Rafa Nadal antes de un torneo o los autógrafos y las fotos que este muchacho ya firma a quienes se están interesando por su carrera. A todas las vivencias que suma Zeig se encuentra una que ha tenido lugar recientemente y que hace que esté, nunca mejor dicho, como un niño con zapatillas nuevas, de tal manera que su actitud en la pista no ha podido pasar desapercibida para aquellos que apuestan por los tenistas del futuro: la marca YONEX, una de las grandes marcas del mercado se ha fijado en este joven santanderino que parte y reparte en las pistas y por eso le han incluido entre sus jugadores seleccionados, quien seguramente sea el más joven de todos porque, no nos olvidemos que esta futura promesa en el presente tiene 9 años. Ahora tanto Zeig como su padre, entrenan duramente cada día en la pista que tienen cerca de su casa -que ya está llena de elementos para ejercitar su físico- y que es para ellos un templo y donde pasan las horas con el objetivo de mejorar los aspectos de juego que más necesita para desarrollarse en sus etapas posteriores, teniendo en cuenta aspectos tácticos y físicos, y, por otra parte, la educación psicología y mental para su aplicación y que pueda cosechar grandes triunfos en su todavía larga vida.

Se podría decir que Zeig aspira a convertirse en un tenista profesional y, tanto él como su familia, confían en poder llegar al más alto nivel a través del entrenamiento y del esfuerzo de un niño de solamente nueve años en un cuerpo de tenista reputado. El tiempo dirá hasta dónde puede llegar este niño prodigio, pero por ahora, su futuro en el tenis es más que prometedor.