MÚSICA

Una de las diez mejores sinfónicas del mundo actuará en el FIS

Budapest Festival Orchestra | Foto: Archivo
Budapest Festival Orchestra | Foto: Archivo

El Festival Internacional de Santander (FIS) vivirá el próximo lunes, 19 de agosto, una de las "grandes" citas sinfónicas de esta edición, al recibir en el escenario de la Sala Argenta del Palacio de Festivales de Cantabria a la Orquesta del Festival de Budapest (BFO), considerada "una de las diez mejores del mundo", junto a su director titular y fundador, el maestro Iván Fischer.

Una de las jóvenes "estrellas" del violín, Patricia Kopatchinskaja, interpretará junto a la sinfónica húngara el "exigente" segundo concierto de Bartók para su instrumento, en un programa que se completa con la Obertura sobre temas hebreos de Prokófiev y la Sinfonía n.º 7 en re menor de Dvorák, según ha indicado el FIS en una nota de prensa.

Fischer, que también es director musical y artístico de las producciones de ópera de la orquesta y director honorario de la Konzerthaus y Konzerthausorchester de Berlín, hizo realidad su sueño cuando fundó la BFO en 1983 junto con Zoltán Kocsis. Desde el principio, la ambición del conjunto ha sido compartir música de la más alta calidad y servir a la comunidad de las más diversas formas. La BFO actúa regularmente en las salas de conciertos más importantes de la escena musical internacional, y ha sido nominada y ganadora de premios de prestigio. Algunas de sus originales iniciativas son los Conciertos Cocoa para personas autistas, los Conciertos Sorpresa y los maratones musicales.

MARCOS HISTÓRICOS EN CASTRO Y AJO

Por otra parte, el violín será también protagonista esta semana de la programación de la sección 'Marcos Históricos'. De esta forma, el ciclo llegará el lunes 19 de agosto a la iglesia de Santa María de Castro Urdiales, y el martes 20 a la iglesia de San Martín de Tours en Ajo, ambas citas a las 21.00 horas con el grupo Gli Incogniti y la violinista Amandine Beyer.

Los artistas interpretarán el programa A charming rarity ("Una rareza encantadora"), compuesto fundamentalmente por sonatas de Händel y Telemann con la idea de mostrar cómo dos de los compositores alemanes más importantes de la segunda mitad del siglo XVIII estaban ligados no solo musicalmente, sino también emocionalmente, como muestra su correspondencia. La de "dos genios en los que la admiración mutua se entrelaza con la amistad", ha señalado el FIS.

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