El salto es espectacular, aunque el aterrizaje haya sido un poco abrupto. Rosie es una perrita que vive feliz con su familia en Gold Coast, en Australia. Sus dueños fueron con ella a dar un paseo a un parque muy cerca de una playa, para jugar a tirar y coger la pelota. En una de estas, la pelota se fue tras la valla que separa el parque y el arenal, pero a Rosie no le importó en absoluto y fue detrás de la bola. Aunque en su camino estaba la dichosa valla, no fue obstáculo para ella, que la saltó sin prácticamente ningún esfuerzo.
El problema estuvo en el aterrizaje. La perrita no midió bien el salto y no comprendió que entre el parque y la playa había cierto desnivel, por lo que, en vez de caer limpiamente con las patas, dio una vuelta casi entera en el aire. Al verlo, sus dueños comenzaron a reír por el acrobático y mal medido salto de su mascota.