La mirada perdida, derramando lágrimas, seguramente aprovechaba la ausencia de clientes para “soltar presión” y digerir la mala noticia o el recuerdo que tenía que superar.
¿Qué comparten los modernos escaladores del Himalaya con aquellos Padres del Desierto que, en los primeros siglos del cristianismo, llevaban una vida de privaciones en los páramos del imperio…