sábado. 20.04.2024

Gay Pride, por Ramón...

Este país nuestro está lleno de Ramones que se merecen todo nuestro reconocimiento. Y nuestro cariño, y nuestro inmenso respeto.

Hace un montón de años, cuando yo tenía casi la mitad de los que voy teniendo, conocí a Ramón. Frecuentaba por las tardes el mismo local que yo, y hablábamos. Ramón era un jubilado mayor, con una familia de esposa e hijos, un importante negocio local, casa en Madrid, y toda una vida de ocultamiento y disimulo, porque Ramón era homosexual. En la barra del bar, charlando, Ramón se soltaba, y entre copa y copa de güisqui, contaba cómo había sido llevar su sexualidad entre la trampa y la impostura. Cómo venir de buena familia le había hecho adquirir obligaciones convencionales, y por qué había tenido que vivir una realidad que en realidad no era la suya. Ramón tenía pasta, o la había tenido, y eso le había dejado de cuando en cuando aligerar la carga con algún paseo por el sórdido mundo en el que malvivían los homosexuales durante el franquismo.

Ramón era un jubilado mayor, con una familia de esposa e hijos

Cuando conocí a Ramón, las cosas para el colectivo gay habían empezado a moverse. Despacio, pero con energía y sin ninguna intención de freno. Empezaba la apertura, y aquello a aquel hombre con 70 años de frustración a la espalda, le divertía y le alegraba. Se sabía fuera de tiempo, y lo decía, pero lo disfrutaba como un notable espectador que conocía el otro lado.

Le perdí la pista el invierno después de conocerle, y supongo que ya no andará por aquí. Pero no le he olvidado. Desde entonces, cada vez que algo ha ido bien para gays y para lesbianas, con cada paso hacia la igualdad plena, con cada avance en el respeto a la diferencia, me acuerdo de Ramón y de cuánto bien se lo estaría pasando. Hoy sería el hombre más feliz del mundo con su vaso en la mano, retrepado en una silla, viendo pasar la cabalgata del Gay Pride por las calles de Madrid. Le compensaría de tanto...

Este país nuestro está lleno de Ramones que se merecen todo nuestro reconocimiento. Y nuestro cariño, y nuestro inmenso respeto. Yo, en cada celebración del Orgullo les tengo muy presentes como un símbolo de vidas que no pudieron ser lo que debieron porque no les dejaron. Este ha de ser su tiempo, por todo aquel que les robaron.

Por Ramón...

Gay Pride, por Ramón...
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