jueves. 28.03.2024

El chiflo del afilador (y el PSOE)

Lo esencial se ha quedado para la lírica. Que pregunten en el PSOE, que vive su enésima revolución repitiendo escenas de los 90, pero con muy peores intérpretes. Lo de hoy es un remake cutre y casi que sin gracia, en el que parecen defenderse diputados y subvenciones.

Hace unos días me crucé con un afilador por Montera, que es calle de turistas y de putas (no sé bien cómo quiere Carmena que me refiera a ellas. Así seguro que nos entendemos todos, porque además respeto no me falta). Iba en bicicleta de montaña (el afilador. Yo malandando, arrastrando mi fascitis y mi hartazgo por mi fascitis a tiempos iguales) y con el sonido del chiflo grabado. Un policía le llamó la atención por ir molestando a la gente que sube y baja la calle en montones. Pero no le riñó por usar un megáfono para reproducir enlatada la música del chiflo, que es donde de verdad estaba el delito. Por estas cosas que ya no son auténticas es por lo que se está acabando el mundo.

El drama no está solo en el vulgar plagio. También lo está en que la gente se lo quede como bueno. O que se conforme con el sucedáneo pretendiendo que le rinda como pieza auténtica. Es el sino de los tiempos

Estamos rodeados de copias y de malas imitaciones. Lo esencial se ha quedado para la lírica. Que pregunten en el PSOE, que vive su enésima revolución -a puñalada trapera, como es de ley en las izquierdas- repitiendo escenas de los 90, pero con muy peores intérpretes. Aquellas guerras de guerristas y renovadores eran auténticas, ideológicas, con trasfondo. Lo de hoy es un remake cutre y casi que sin gracia, en el que parecen defenderse diputados y subvenciones. Una bufonada insustancial con pretensiones, en la que los mediocres van de divas y a las reinas verdaderas se las insulta sin vergüenza alguna o se las usa para dar color al decorado. Al PSOE le pasa como al afilador de Montera, que ha grabado el sonido del chiflo porque no se respetan las esencias, y el que tiene que soplar se ha vuelto vago.

Pero el drama no está solo en el vulgar plagio -ni en el PSOE ni con el chiflo-. También lo está en que la gente se lo quede como bueno. O que se conforme con el sucedáneo pretendiendo que le rinda como pieza auténtica. Es el sino de los tiempos, atrapados en la vagancia de aceptar la bisutería por no hacer más esfuerzo en alcanzar orígenes y calidades. Claro que luego vienen las quejas y el crujir de dientes (que si la tijera no corta, que si este PSOE no es mi PSOE), aunque mientras aguanten las falsearías, ríase la gente. 

El chiflo del afilador (y el PSOE)
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